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lunes, 25 de abril de 2011

VOLANDO AVION LIGERO (2a parte)

De repente Robert, a último momento, haló fuertemente la cabrilla para subir la nariz de este avión ligero al mismo tiempo que me miraba de reojo para notar mi reacción. Nos miramos y nos reimos. Él no sabía sobre mis andanzas en parapente y lo costumbrado que tengo el estómago a esta esa clase de vacíos.
Después de otro sobrevuelo por el hotel, tomamos rumbo hacia Pereira. Íbamos conversando tranquilamente, disfrutando del verde y fértil paisaje del departamento del Quindío. Cruzamos por encima de La Tebaida y Montenegro, cerca al Parque Nacional del Café.

Vista desde el avión del Parque del Café.

Al lado izquierdo vimos un municipio llamado Quimbaya, famoso por las fiestas del alumbrado en el día de la Virgen María el 8 de diciembre, logrando el Record Guinness a la mayor cantidad de faroles encendidos. Más adelante teníamos a Armenia a la derecha y detrás de ella Calarcá y su mariposario. Unos minutos más tarde encontramos a Salento y el Valle del Cocora sobre la misma cordillera, para luego, al lado de Robert, tener a Circasia, tradicional por las almojábanas, algo así como un esponjoso pan de queso. Siguió Filandia, un típico pueblito cafetero al final del departamento de Quindío.

El vuelo continuó sobre praderas, bosques, cultivos y pequeñas colinas, hasta tener a la vista a Pereira. Robert hizo el patrón de aproximación y aterrizamos. Mientras carreteábamos recuerdo haber visto en la plataforma un hermoso A320 de Avianca. – ¡Es mi avión favorito!- Le comenté emocionada a mi ‘capitán’, mientras él me sonreía. Llegamos a la zona de tanqueo y había también estacionado un Beechcraft 90... ¡Se veía espectacular, imponente, elegante, sofisticado! Me sentía idiotizada por tener esta clase de aeronaves al lado mío que no es frecuente verlas en Armenia.
Robert se bajó del pequeño Magic y ni modos ... yo también tendría que hacerlo pues por regulaciones no podían tanquear el avión conmigo adentro. ¡Me moría de la vergüenza! Nos informaron que tardaría un poco el procedimiento, por lo que a Robert se le ocurrió la ‘genial’ idea de ir al edificio a tomarnos algo. Caminamos unos 150 ardientes metros hasta poder librarme del asfalto caliente y entramos a los locales comerciales. De nuevo me sentí centro de atención, no es frecuente ver a alguien con atuendo de piscina en este aeropuerto. En el primer local que encontramos Robert pidió una combinación muy típica Colombiana – Me da un tinto (café oscuro) y un cigarrillo, por favor- Yo pedí un jugo de mora y asi descansamos un poco.


Nuestro avioncito en la rampa. Al fondo un ultraliviano "trike".

Llegó la hora de regresar y nos devolvimos por las mismas escaleras por las que entramos al aeropuerto pero un guardia de seguridad bastante antipático nos detuvo. Era una zona restringida y no se permitía la circulación de particulares. Le explicamos que por allí habíamos ingresado pero no aprobó la salida, ni siquiera viendo mi “descalza” situación. La única opción era salir del edificio del aeropuerto, caminar por la avenida y entrar por el edificio de aviación privada. Definitivamente era el dia de castigo para mis pobres piesitos.

!Asi me sentía yo!


Después de unos infernales minutos de caminata descalza llegamos al otro edificio por donde nos dejaron entrar. El avión estaba listo. Subí al avión y por fin descansaron mis pies del piso caliente. Nos alistamos para despegar. Ésta vez me acomodé mejor en el avión, ya sentía más confianza en mi atuendo y pude sentarme con los pies cruzados, como un ‘Buda’. Siempre he pensado que es una posición muy cómoda. Audífonos, cinturones y puertas cerradas. Me encantaba escuchar la forma de comunicarse de Robert con la torre de control. Después de estar un rato en espera llevamos el avioncito rojo por las calles de rodaje hacia la cabecera de la pista.De regreso tomamos la misma ruta por la que veníamos con una leve diferencia: Robert me prometió que sería especial para mí. Apenas estabilizó el vuelo, me explicó sus planes. ¡Dejaría que yo tomara los controles! Era la primera vez que sería consciente de lo que haría. Cuando estaba pequeña, de unos 8 o 9 años ya lo había hecho, pero para mí había sido como estar en un video juego. Además en esa ocasión tenía a mi papá al lado. Miré a Robert con ojos de incredulidad pero de emoción al mismo tiempo. Sé que para muchos que lean esto es algo trivial, rutinario, cotidiano. Pero en lo que a mí respecta alimentó inmensamente mi sueño de ser piloto.
Después de una sencilla explicación tomé firmemente los controles y pude sentir los efectos de mis movimientos en el avión. Un gesto de mi ‘capitán’ me dio la aprobación para hacer un viraje leve hacia la derecha, lo que nos hizo desviarnos del rumbo inicial. Luego a la izquierda. Y otra vez a la derecha. No podía creer que yo estaba dirigiendo el avión hacia donde yo quisiera. Robert me señaló el altímetro para estar pendiente de la altura. Antes de esto sentía frio por la poca ropa que tenía, pero la adrenalina me invadía y el frio desapareció. De tantas vueltas perdí el sentido de orientación y ya no sabía hacia donde estaba Armenia. Intenté ubicarme con la ayuda de la cordillera pero mi mente estaba a mil por hora y me atolondré. – Bueno, se te acabó el jueguito. – Dijo mi capitán.
Volvimos a la seriedad del vuelo pero en mi cabeza seguían rondando esos minutos en los controles en que me sentí la mujer más realizada del planeta. Se me olvidaron las ampollas en los pies y los colores que se me subieron a la cara haciendo el papel de reina perdida desfilando con gafas oscuras en dia nublado. Olvidé también , las ganas de esconderme y la mirada de sorpresa de tanta gente que de seguro pensaban ‘!Esta niña está loca! Se le perdió la playa?’
De repente Robert soltó una gran carcajada y yo no entendía que pasaba. Me dijo – Manu... es que me acordé de un chiste...!Ya sé! ¡Contemos chistes de aviación! – Yo me reí porque no me sabía ninguno pero él si tenía en su mente un buen repertorio de chistes que nos hicieron, literalmente, llorar de la risa. Se burló de todos, de los pilotos, las azafatas, los instructores de vuelo, los pasajeros y el personal de tierra. !Barrimos y trapeamos con todos! Es agradable saber que estamos rodeados de personas con buen humor, que sin ánimo de ofender a nadie, se aprovechan de los estereotipos y hace de ellos un momento para disfrutar.
Pasamos de largo por Armenia y era hora de aproximar en El Edén.


Aproximando a la pista de El Eden... miren el paisaje!

 Dejamos los chistes, nos pusimos serios y Robert fue llevando habilmente este pequeño avión hacia la pista de aterrizaje. Con mucha suavidad lo posó sobre el pavimento... un aterrizaje ‘mantequilludito’ como dice mi papá cuando aterriza suavemente sus aeromodelos. Llevamos el avión al mismo lugar de donde partimos. Descendimos y caminé rápido para no calentarme los pies. Cuando llegamos al terminal de pasajeros,  los mismos policías que nos habían requisado nos miraron con la misma cara de sorpresa que tenían cuando nos vieron salir. Ya no me importaba estar en vestido de baño y esta vez crucé la sala de pasajeros como si fuera la sala de mi casa sin importarme que pensaban de mi. Tomamos luego un taxi que nos llevó hasta el hotel. Agradecí a Robert esta bella experiencia con una de mis mejores sonrisas y lo que hacía solo unos momentos me había permitido hacer... ¡Volar un avión! Es algo que aún me marca y recuerdo bastante. Me senté en la piscina, pedí una limonada, y al recordar todo ese hermoso paisaje pensé en voz alta – ¡QUE HERMOSO ES SOBREVOLAR MI PAIS!... ¡QUE VIVA COLOMBIA CARAJO!-

Manuela Jaramillo

Panel del Magic GS 700 (Foto Airliners.Net)

El avioncito de Robert en Airliners.Net!!




viernes, 22 de abril de 2011

VOLANDO AVION LIGERO

Esta es otra divertida historia de Manuela Jaramillo donde nos cuenta sus aventuras en un avión ligero. Disfrutenla.

VOLANDO AVION LIGERO

Era un hermoso día soleado del 2006 y me encontraba con mi familia y algunos amigos en lo que en esa época era el Hotel Gaviotas Fly Inn, en La Tebaida, Quindío en Colombia. Entre ellos se encontraba Roberto Caldas, aviador, director de la Revista “Aviación” de Colombia y viejo amigo de mi padre. Los señores estaban en la pista del hotel volando aeromodelos. Mi madre, mi hermana y yo estábamos en la piscina, jugando, tomando limonada y conversando. Hacía unos 15 minutos yo estaba por fuera del agua, comiendo papas a la francesa, cuando llegó ‘Robert’, como le decimos de cariño. Me dijo – Manu, estás ocupada? Te gustaría acompañarme al aeropuerto un instante? – Los aeropuertos son uno de los sitios donde más cómoda me siento. – Yo me reí y le dije que con mucho gusto lo haría si me daba 10 minutos para cambiarme el vestido de baño y ponerme ropa deportiva. Robert se negó, diciéndome apresuradamente que debía salir rápido, que no importaba que me fuera así pues no nos demoraríamos y regresaríamos pronto al hotel. 

No tuve más opción que ponerme una falda en forma de improvisada salida de baño, dejar el orgullo de mujer al salir siempre arreglada y subirme descalza a un taxi que nos llevaría al Aeropuerto El Edén de la ciudad de Armenia ubicado a unos 7 ó 10 minutos del hotel.

Yo le creí y cuando llegamos no me bajé del taxi, a lo que Robert reaccionó diciendome – !Vamos Manu! No te vas a quedar ahí, o si? – Lo miré con cara de asombro y me bajé. Ahí estaba yo parada, en toda la entrada del aeropuerto, sin zapatos, con una falda, el top del vestido de baño, el cabello enredado y oliendo a cloro. “!Lo voy a ahorcar!” pensé, pero ya no había nada que hacer.Por ahora debía aguantarme la mirada de los maleteros, pasajeros, taxistas y conductores que pasaban por el lugar.


Entramos al edificio y Robert caminaba rápidamente por lo que me tocó apurar el paso. Subimos unas escaleras y no entendía cuál era el motivo de su afán. Se acercó a una puerta que decía “Plan de vuelo”. Yo me quedé afuera, y cuando salió ya no tenía tanto afán. De pronto entendí. ¡Ibamos a volar! No sé a dónde, pero lo haríamos. Bajamos las escaleras y entramos a la sala de abordaje, que se encontraba llena de pasajeros pues había un vuelo de Avianca pendiente por salir. Para mi fortuna la atravesamos rápidamente y salimos a la plataforma. Allí estaba aparcado el avión de Robert. Era un Urraco Magic GS 700 rojo con blanco y azul, muy lindo!




El Urraco de Robert

Yo estaba realmente incómoda pues el pavimento estaba muy caliente y no tenía zapatos. Tenía mezclados sentimientos de malgenio, vergüenza, emoción, nervios, incertidumbre y sorpresa. Robert notó mi cara de angustia y abrió enseguida el avión para que yo me sentara. Enseguida nos dio un ataque de risa incontenible.  A las autoridades del aeropuerto la situación les pareció algo sospechosa y enviaron policías a revisar. !Eran como cuatro! Nos requisaron y preguntaron muchas más cosas de las que normalmente preguntan, entre ellas el destino y motivo del vuelo. Ahí fue cuando me enteré de lo que me esperaba. Debíamos volar a Pereira para tanquear el avión, ya que ese mismo día Robert regresaba a Bogotá y en Armenia no lo podía hacer...y yo sería la “afortunada” acompañante!

Terminaron la requisa y nosotros seguimos con la revisión pre-vuelo. Encendió el motor y eso me llenó de emoción pues me sentía ya en ese medio que me fascina...el medio de la aviación. Me miró con una expresión de ‘Estás lista?’ y yo asentí con la cabeza. Por instinto, como si fuera en una moto, me sostuve la pequeña y sedosa falda que cubría mis piernas. Llegamos a la cabecera de la pista, habló por el radio, aceleró y en un pequeño trayecto nuestras alas nos levantaron por los aires. El paisaje se hacía cada vez más extenso a medida que subíamos. Después de solo subir unos 100 metros ya empecé a sentir mucho frio! Sobrevolamos la zona por unos minutos y Robert alineó el avión con la pista del hotel. En esa época la pista estaba cerrada, ya que se logró comprobar que había sido utilizada por el narcotráfico

y era totalmente prohibido el aterrizaje de aeronaves tripuladas. Sólo permitían su uso para aeromodelismo o piques de cuarto de milla y por este motivo habían unos conos atravesados en ella. Procedimos a hacer un rasante muy bajo, y de repente los porteros del hotel corrieron a quitar los conos! ¡Pensaban que íbamos a aterrizar ahí y querian evitar una tragedia! Fue muy gracioso verlos desde el aire con cara de preocupación. Seguimos sobre la pista y al final de esta había un árbol gigante. Yo estaba entretenida viendo a mi padre saludarme desde el volco de la camioneta que se convertía en su taller móvil de aeromodelismo cada domingo. Robert seguía mirando hacia un lado de la pista. El avión avanzaba y el árbol se acercaba. ¡Creo que no lo ha visto!


Continuará...

jueves, 14 de abril de 2011

POLLO AZUL (2a parte)

Continuación...

Cuando acabaron de salir los pasajeros del avión al terminal aéreo de Miami nos avisaron que había otro vuelo más a Haití esa misma tarde para regresar ya en la noche a Miami. La auxiliar jefe hizo una llamada a la oficina central exigiendo que viniera el mismo presidente de la compañía pues por razones de seguridad aérea se negaba rotundamente abordar el siguiente vuelo hasta que el sistema de aire acondicionado no fuera arreglado .

Para empeorar las cosas llegó el mecánico de nuestro avión con la mala noticia que el sistema de desagüe del baño trasero estaba atascado y no se podía drenar el contenido del tanque. Si salíamos asi tendríamos que soportar no solo las altas temperaturas sino un olor insoportable en casi todo el avión.

El presidente mandó al jefe de despacho y este empezó a discutir con la auxiliar de vuelo y el capitán la situación justo afuera del avión en el puente que conecta al terminal. Desde donde yo estaba podía ver al mecánico, afuera del avión, tratando de conectar la gruesa manguera de desague del carro cisterna a la toma del baño trasero y en vano el sistema no dejaba sacar nada.


Operario colocando el sistema de drenaje en este B-727


Carro cisterna en proceso de succión.
El mecánico se subió al avión y fue al baño comentando - Creo que hay algo muy grande tapando el conducto...voy a ver que es.- Se puso unos guantes de goma largos especiales y dijo - A quien  le toca meter la mano en la mierda? !Al mecánico! !Claro! - Y refunfuñando metió la mano en el tanque y empezó a buscar en el fondo.

Mientras tanto el encargado de despacho le dijo a la auxiliar que estábamos obligados a hacer el siguiente vuelo inclusive con el aire acondicionado malo y el tanque del baño lleno de inmundicia. La auxiliar a punto de perder la calma le dijo que ninguno de nosotros iba a tomar el vuelo y que si llamaban a los auxiliares de reserva iba a poner la queja ante la FAA de inmediato.

Mientras ellos discutían,  mi compañera auxiliar y yo nos acercamos al baño a ver como sufría el pobre mecánico "pescando" dentro del pestilente tanque. En estos tanques se usa un líquido especial de color azul oscuro con aditamentos y desodorantes especiales. De pronto abrió bien los ojos, hizo un gesto de interrogación y exclamó - !Que carajos es esto! - Con un poco de esfuerzo sacó al causante del atascamiento. !Un pollo muerto desplumado azul!

La compañera pegó un grito que se escuchó hasta el frente del avión mientras yo me atacaba de la risa. El mecánico dijo - Pero que carajos hace un pollo desplumado en este tanque?...Ahhh! Ya se!  Supe que en otro vuelo de Haití hicieron algo similar para echarle brujería a algún pasajero o al avión! Ja,ja,ja! !Brujería Vudú!-

Nos fuimos enseguida hacia el frente del avión para contarle el chisme a la jefe pero cuando llegamos el jefe de despacho nos tenía un ultimatum.  - Ustedes dos...se quedan o toman el vuelo. - Los dos nos miramos con los ojos todavía bien abiertos y le dijimos. - !No! !No vamos! !Este avión esta embrujado! - Los jefes se quedaron mirándonos con el ceño fruncido. Los compañeros auxiliares apoyamos a la jefe y decidimos no ir aunque nos obligaran.

 Atrás nuestro salió el mecánico con el pollo azul muerto en la mano y mi amiga pegó otro grito - !Bote ese pollo lejos de aqui! !Que horror! - Y el mecánico muerto de la risa le dice - Se lo regalo para que haga un pollo azul asado a la Vudú! Ja,ja,ja,ja! -

Afortunadamente el presidente de la empresa entendió la situación, mandó a cancelar el vuelo y hasta ahí llegó la brujería.

miércoles, 13 de abril de 2011

POLLO AZUL


Uno de los destinos que teníamos en la aerolínea charter Falcon Air Express era Port au Prince (Puerto Príncipe) capital de Haití a una hora y media de vuelo de Miami.

Al acercarnos al litoral Haitiano podía ver parte de la ciudad y el árido paisaje al rededor. Debido a la extensa deforestación, casi todo Haití esta convertido en un desierto y en verano el aire se torna muy caliente y seco haciendo que la aproximación final sea bastante turbulenta.

Ya a unos 300 pies (100 mts)  antes de aterrizar se puede ver a lado y lado del avión lo que parece un inmenso campamento. Son miles de humildes viviendas hechas de laminas de metal, madera y cartón. El contraste es muy fuerte al venir de la gran ciudad y ver como viven en el país más pobre de América.


Barriadas en Haití



Aeropuerto internacional de Port au Prince

Recuerdo que en uno de los vuelos en el verano del año 2001 nos preparábamos para despegar de Haití con destino a Miami en uno de los B-727 más viejos de Falcon y tuvimos problemas con una pasajera.

Este avión tenía ya las tuberías del aire acondicionado bastante averiadas y antes del despegue el calor se acumulaba exageradamente en la parte trasera de la cabina de pasajeros. Esto se agravaba debido a que para el despegue toca apagar el aire acondicionado por unos minutos para darle toda la potencia a los motores si vamos con el máximo de pasajeros.

La auxiliar jefe llevó un termómetro para medir la temperatura y mostrarle al ingeniero de vuelo que no era invento de ella que la temperatura subía hasta los 95 F° (35 C°).

Los pasajeros abordaron después del mediodía y esto sumado a que en este aeropuerto no había suministro de aire acondicionado, la temperatura empezó a subir rápidamente. Manteníamos todas las puertas del avión abiertas pues el aire del avión era insuficiente. De pronto una señora haitiana empezó a vociferar y a exigir que pusieran el aire.

Nosotros tratamos de explicarle la situación pero ella, abanicándose desesperadamente, empezó a perder la calma y a maldecir en su idioma Creol. No se porqué pero creo que nos estaba lanzando una maldición en la brujería "Vudú"!!.

Tratamos de calmarla pero se puso peor y delante de todos se quitó la blusa y los brazieres. !Ahora esto si parecía una película de horror! !Encerrados en un avión hirviendo con una bruja "empelota" y con maldiciones Vudús!!

Por fin, con un refresco con hielo, logramos que se calmara y se pusiera la ropa de nuevo. Cerramos las puertas y el capitán llevó el avión hasta la cabecera de la pista con destino a Miami. Justo antes de despegar cortaron los "packs" del aire y ahi si sentí lo más cercano a estar en un sauna con toda la ropa puesta y miré a la señora esperando que no se fuera a "empelotar" de nuevo.

La jefe me mostró el termómetro y pudimos ver que en efecto subió a los 95 F°. Yo rogaba para que despegáramos rápido y poder volver a tener el aire a presión de los motores. Pero justo en la carrera de despegue la señora alzó los brazos con su brazier en las manos vociferando de seguro la peor maldición de brujería que se sabía!

Por fin tomamos altura y el avión se refrescó rápidamente. Algo que me gustaba de este vuelo de regreso era la comida caliente que dábamos a los pasajeros preparada en Haiti. Era principalmente carne de cerdo a la parrilla. Recuerdo que lo único que sabía decir en Creol era "poulle" (pollo) y "Grilló" (Cerdo a la parrilla) y al ofrecerles a los pasajeros "pulé or grilló"  ellos creían que yo sabía hablar Creol y me preguntaban una y un mil cosas...yo solamente les sonreia y les decía que no sabia Creol.

Después de terminar el servicio a toda la cabina pasábamos a nuestros puestos a darnos nuestro merecido banquete y en mi caso con mi plato favorito "Grilló"!

Llegamos a Miami y pude ver a la señora "bruja" bajandose todavía con mala cara. Pensé que la maldición Vudú estaba ya impregnada en todo el avión... y en efecto no tardó en hacerse realidad...

Continuará...

martes, 12 de abril de 2011

YO VOLE ESTE AVION (2a parte)

Continuación...

Seguía mirando la punta del ala tratando de descifrar el significado de aquellas tres capas de pintura. Me acerqué al fuselaje buscando marcas de las otras capas de pintura y deduje que tenía una capa interior de color rojo bastante extensa.

Se me pasó por la cabeza la loca idea de que tal vez este avión pudo haber pertenecido a la flota de Avianca. Enseguida busqué el número de matrícula en el fuselaje y decia... N203 AV !No podía creerlo! AV...Alfa Victor... Este es el código designado a algunos aviones que adquirió originalmente Avianca hacía unos treinta años atrás! !Esto es demasiada coincidencia! !Había estado volando todo este tiempo en un ex-Avianca!

Me quedé perplejo viendo el avión como si fuera toda una aparición con la mano en la boca. Pero ahora mi mente veía venir otra coincidencia más. Vinieron recuerdos de este avión cuando estuve en mi entrenamiento en Avianca para copiloto del B-727 hacía 14 años atrás... abrí de nuevo mis ojos y al mismo tiempo grité ...!YO VOLE ESTE AVION!!!

Recordé perfectamente que había tenido la oportunidad de volar este avión al lado derecho como copiloto cuando varios capitanes me habían dado chance de hacer despegues , vuelos y aterrizajes.

Enseguida subí a la cabina de los pilotos y les conté mi descubrimiento. Ellos primero me miraron con cara de que les estaba tomando del pelo pues aunque sabían que yo era piloto no creian que habia volado un 727.

El copiloto le dijo al capitán - Este avión yo se que perteneció antes a AEROMAR una compañía también charter, pero no se antes de quien fue. - Enseguida el capitán dijo - Claro. Alfa Victor era originalmente de Avianca...waooo!! Y usted lo voló? - Y asi estuvimos hablando sobre el tema hasta que llegaron los pasajeros para abordar y nos centramos de nuevo en nuestras obligaciones.


Este es el N203AV con la pintura de Falcon Air.




El N203 AV en Aeromar



Cuando era de la flota de Avianca


Después recordando esas épocas de entrenamiento recuerdo que un dia me hice al frente de un 727 y como si este avión me pudiese escuchar le dije mentalmente - Quiero que nos volvamos a ver en el futuro. - Ahora se que el destino me hizo realidad este deseo y estoy  seguro que ese avión al que le hablé ese dia era el N203AV.

En esta foto se puede apreciar el N203AV de Falcon Air en el centro en el cementerio de aviones de Tucson en Arizona al cumplir su ciclo máximo de vuelos. Una grata memoria de este maravilloso avión lleno de mil historias y que tuve la dicha de volar.
(Fotos de Airliners.net)

lunes, 11 de abril de 2011

YO VOLE ESTE AVION


Un día de verano del año 2000 hacía un vuelo a la Habana, Cuba, como auxiliar de vuelo en el B 727 de la compañía Falcon Air Express.

Había hecho un curso especial para ser agente de seguridad del avión en algunos aeropuertos donde se requería vigilancia extra. La Habana era uno de estos aeropuertos.

Una de nuestras asignaciones era, después de que bajaran los pasajeros, bajar a la rampa y vigilar el avión. Con el calor del verano me daba pena ver como sudaban los trabajadores encargados de bajar las maletas a pleno rayo del sol.

Este día en especial subí de nuevo al avión y bajé varios refrescos bien frios para ellos. Cuando terminaron de bajar las maletas les entregué los refrescos y ellos muy felices me lo agradecieron. De pronto llegó un "verde olivo" o guardia de seguridad militar del gobierno de Cuba y muy molesto les dijo que me devolvieran los refrescos.

En vano traté de explicarle que era un regalo. Le dije a los trabajadores que se acercaran a la escalera del avión y les recibí los refrescos pero en secreto se los volvi a dar para que los escondieran en sus ropas. Todo al rededor tenía un lúgubre ambiente de carcel.

Al ver los edificios y hangares era lo más parecido a estar en un aeropuerto militar. Se podían ver letreros de consignas como "Patria es humanidad" escritos con grandes letras en algunos muros del aeropuerto.

Mientras caminaba alrededor del avión pensaba que asi podría ser mi pais Colombia si algún dia llegaba la guerrilla al poder. Subi al avión y la chica que estaba barriendo el pasillo me dijo que si le podía regalar algún refresco. Yo con gusto le regalé uno y también un sandwich de jamón y queso. Ella en vez de abrirlos los escondió en su camisa diciéndome que se los llevaría a su hijo. Ahi pude presenciar como mucha gente allí se sienten  presos en su propia isla.

Continuando con mi ronda de vigilancia caminaba cerca de la nariz del avión y de pronto un papel salió volando de la ventanilla de la cabina. El copiloto se asomó por la ventanilla, me miró y me dijo sonriendo en inglés - !Carlos agarra ese documento rápido antes de que caiga en manos de los enemigos!.

Corrí por la rampa persiguiendo el valioso documento hasta que lo agarré. El copiloto era un americano y esto me hizo sentir en medio de una película de espionaje donde los americanos habían osado aterrizar en terreno comunista y no podían cometer ningún error estratégico.

Después decidí alejarme un poco del avión para asi poder ver mejor las calles de rodaje y la pista principal del aeropuerto José Martí y ver también algunos aviones que despegaban y aterrizaban. De pronto vi aproximando a muy baja velocidad lo que parecía un antiguo avión. Caminé hacia la pista para poder ver mejor de que avión se trataba. Era un biplano que volaba cada vez más y más lento a medida que se acercaba a la pista. Me parecía estar en los años cuarenta en algún lado de la segunda guerra viendo en vivo un avión de esa época.

Al tocar tierra solo rodó unos metros para detenerse y virar a una de las calles que lo llevaría a otra rampa de pasajeros. Simplemente quedé con la boca abierta al ver este espectáculo. Se trataba de un enorme biplano Antonov AN-2 de la compañía Aerotaxi de Cuba.



Antonov AN-2 de la compañía Aerotaxi en el aeropuerto de Holguín, Cuba. Foto sacada del blog:
http://elobservatoriocuyano.blogspot.com/2009/09/antonov-2-2-de-la-fuerza-aerea-polaca.html


Panel de instrumentos del AN-2 de Aerotaxi. Se alcanzan a ver algunas letras en español y ruso.

Después de disfrutar del show aéreo del Antonov me acerqué de nuevo a nuestro B-727-200 de Falcon Air que hacía un fuerte contraste con el escenario ruso-caribeño que nos rodeaba. Como buen piloto gomoso empecé a caminar bajo el ala para ver en detalle los sistemas de hipersustentación tan especiales y fascinantes que tiene este jet.

Llegué a la punta del ala y noté que la pintura gris tenía algunos raspones y dejaba ver una antigua capa de pintura. Me quedé mirando con más detenimiento y me di cuenta que tenía unas tres capas de pintura diferentes. De que aerolínea habrá sido este avión antes?...

Continuará...

viernes, 1 de abril de 2011

EMERGENCIA EN MIAMI (2a parte)

Continuación...

Nuestro B-727-200 llevaba solo un minuto subiendo después de haber despegado de la pista 9 derecha del aeropuerto internacional de Miami con destino a Centro América. Un pasajero que iba en la ventana del lado derecho dijo algo señalando hacia el ala del avión. Lo que vio por su ventana pienso que era incomprensible para él.

Encima del ala se levantaba una especie de niebla de color rojo. Sin saberlo estaba presenciando como se desangraba rápidamente este gran pájaro metálico.

Una de las líneas hidráulicas del ala acababa de reventarse dejando salir el preciado liquido de color rojo llamado "Skydrol" que es el usado para mover algunas superficies de control. Alvaro, nuestro ingeniero de vuelo se percató de inmediato al ver las luces de alarma en su panel indicándole que la cantidad de uno de los tres sistemas se había bajado a cero y alertó de inmediato al capitán.

Enseguida se escuchó por el parlante la voz del capitán en español y luego en inglés - " Señores pasajeros, debido a un problema en nuestro sistema hidráulico debemos volver de inmediato al aeropuerto de Miami. Auxiliares procedan a la demostración. -

Saltamos de nuestros asientos y rápidamente la auxiliar jefe tomó el micrófono y empezó a dar todos los detalles de las salidas de emergencia y la información necesaria mientras nosotros hacíamos en el pasillo la demostración. Empecé a ver que unos pasajeros atrás se empezaron a poner nerviosos, sacaron del bolsillo bajo su asiento los chalecos salvavidas y se los colocaron rápidamente como si estuvieramos a punto de amarizar.

Mientras que acababa la demostración vi un panorama diferente, todos los pasajeros estaban con los ojos bien abiertos observándonos como si tuvieran que aprenderse de memoria cada detalle de lo que les mostrábamos.

Al finalizar la demostración pasamos puesto por puesto preparando a los pasajeros y respondiendo preguntas. Dos pasajeros sacaron una biblia y se pusieron a rezar completamente concentrados. Una señora me tomó el brazo y mirándome fijamente con cara de terror me preguntó - Señor "azafato" por favor dígame ... nos vamos a matar? -

Tratamos de calmar a los más angustiados pero habían otros pasajeros que tal vez habían volado bastante y continuaban en sus asientos leyendo alguna revista como si nada. Tal vez pensaban... "Una emergencia más....será tener paciencia porque que más."

Fui a calmar a los dos pasajeros que habían roto el record de velocidad en colocarse los chalecos.

El capitán volvió a llamar explicando que nos dirigíamos sobre los Everglades al oeste de Miami para botar por las alas un poco de combustible pues estábamos muy pesados para el aterrizaje.

Cuando llegamos sobre los inmensos pantanos verdes de los Everglades pudimos ver que de las puntas de las alas empezó a salir un brillante chorro blanco que se retorcia a alta velocidad hacia atrás.


Expulsión de combustible en el B-727. (Foto Airliners.net)


Varios pasajeros se alarmaron y les explicamos que se trataba de la expulsión de un poco de combustible para bajar de peso al avión.  Un pasajero me señaló hacia el ala derecha preguntandome porqué se estaban alzando esos paneles sobre las alas. Pensé que se refería a los alerones pero sorprendido vi como varios aerofrenos estaban sueltos y flotaban ligeramente hacia arriba.

Recordé que al faltar el líquido hidráulico estos quedaban inservibles y flotaban como si fueran grandes plumas agitadas por el viento. Una de las auxiliares se asomó también a ver los aerofrenos sueltos y enseguida corrió hacia mi. Con los ojos bien abiertos me preguntó, - !Carlitos! Tu que sabes de estos aparatos...se está desbaratando el ala? - Yo sonriendo le expliqué lo que sucedía y ella ya más calmada le explicaba a los pasajeros que le preguntaban.


Aerofrenos desplegados en un B-727

Iniciamos la aproximación y aterrizamos normalmente ya que el avión dispone de otros sistemas para operar los controles. Enseguida tocamos tierra todos los pasajeros empezaron a aplaudir y algunos gritaban - !Aleluya! !Gracias a Dios estamos vivos! -

Pero lo que no sabían es que todavía no podíamos cantar victoria pues podíamos también tener problemas con los frenos y la dirección. Afortunadamente los frenos no fallaron pero el sistema no pudo mantener la suficiente presión para mover el tren de nariz y escasamente logramos salir de la pista. El capitán llamó al equipo de tierra para que vinieran con un carro remolque para llevar al enfermo avión de regreso a la rampa.

Luego cambiamos de avión y lo interesante es que ningún pasajero abandonó el vuelo.
Esta fue mi primera emergencia como auxiliar de vuelo y estaba agradecido con Dios y con la tripulación que ese dia todo salió bien y que los pasajeros no habían perdido los estribos y abierto las salidas de emergencia sin autorización y saltado al pavimento para quebrase todo...!Porque ha pasado! !Menos mal!