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domingo, 13 de abril de 2014

DIA DE LA INDEPENDENCIA (3a parte)


JULIO 4
 DIA DE LA INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS


Volvimos a salir del apartamento rumbo al aeropuerto de Miami por cuarta vez con la esperanza de que este día pudiera por fin viajar a Colombia. En el camino veía la autopista, los edificios y me preguntaba si los iba a ver de nuevo mañana en caso de no conseguir cupo otra vez. Afortunadamente no tenía que estar andando con mis maletas y los aeromodelos pues estaban ya chequeados con la aerolínea.

Nos despedimos y volví a mi acostumbrado ritual de irme a presentar con el encargado de los cupos en una nueva sala de espera.  El grupo de espera andaba muy ansioso y andábamos preguntando constantemente por información. Pasaron unas tres horas y nos encontrábamos de nuevo con la incertidumbre de encontrar cupo y el comentario era que tal vez hoy por ser día de la independencia mucho menos habría cupo.

De pronto la encargada llamó a los que quedábamos del grupo de espera que éramos unos cuatro y dijo, “Señores les tenemos buenas noticias, hay cinco cupos disponibles así que por favor vayan pasando en orden para tomar sus datos y asignarles su asiento”. Yo dejé que todos pasaran primero y cuando me tocó mi turno me dijo la encargada que quedaban dos puestos y el pasajero de clase económica había aparecido a último momento y solo quedaba uno en primera clase.

No podía creerlo! American Airlines me iba a llevar en primera clase! Me miró la encargada y con una amplia sonrisa me dijo, “ El que ríe de ultimo ríe mejor!”. Sentía como el Universo estaba confabulando a mi favor! Llamé enseguida a mi esposa se puso muy feliz y gritó, “Aleluya por fin! No debería de alegrarme poque te vas pero que dicha que lograste el cupo!! Yeheee!!”.




Entre de último al avión y no sé porque podía ya oler el aroma a nuestro café colombiano preparándose en el Galley de este hermoso B-737-800. La primera clase tenía los asientos más amplios de lo que yo me imaginaba, me senté y pronto una bella auxiliar me dio la bienvenida con una deliciosa champaña con jugo de naranja.





Entraba la noche e iniciamos el carreteo a la pista rodeados de esas fabulosas luces azules que guían al piloto hacia la pista para despegar. Gozaba cada instante como un regalo muy especial del universo y recordaba todos estos días de espera y que por fin dieron fruto.

Despegamos y me divertía reconociendo cada una de las pistas del aeropuerto, los canales de agua que lo rodean, las magníficas autopistas que tanto gocé.  Dejaba todo atrás para entregarme al sueño de llegar a Colombia y empezar una nueva vida. A medida que tomábamos altura podía ver un hermoso atardecer en el horizonte y la noche ya envolviendo el sur de Miami. Otra vez gozaba de ese hermoso espectáculo del vuelo nocturno como cuando rentaba el avión Cessna 172 en las noches llevando parejas en los “vuelos del amor”, ver ese millón de luces de la ciudad como diamantes sobre terciopelo negro.

 De pronto vi como en varias partes de la ciudad explotaban luces de mil colores. Eran los fuegos artificiales de la independencia! Sabía que mi familia estaba reunida viéndolos y habrán comentado, “ De lo que se perdió Carlos”, pero no se imaginaban que estaba viéndolos desde arriba! Desde donde nadie más sino los que están volando pueden verlos!


 A medida que avanzaba el vuelo el atardecer se volvió una hermosa línea roja en el horizonte y me daba la sensación de poder ver la curva de nuestro planeta tierra. Media hora después me dieron una exquisita cena con un buen vino con todas las atenciones que brindaba American Airlines.  Luego al entrar completamente la noche pude ver que pasábamos sobre Jamaica y sus luces parecían un conglomerado de estrellas. Pude reconocer las pistas de Montego Bay y de su capital Kingston y recordé cuando viajaba allí como auxiliar de vuelo.

Después de un par de horas, sorpresa, la línea costera de Colombia y me dije aquí vamos! Recordé mis antiguas épocas de entrenamiento en el B-727 en Avianca y pude reconocer la mayoría de la ciudades que sobrevolábamos. Disfrute paso a paso la aproximación al aeropuerto El Dorado de Bogotá y cuando iniciamos la aproximación agudizaba mi vista para tratar de reconocer el paisaje Bogotano.

Flotamos sobre la pista y el avión se sacudió ligeramente anunciando su contacto con la pista… aleluya, ya estaba en Bogotá! Disfrute pegado a la ventana cada metro en el rodaje hasta la rampa de parqueo. Ver a los auxiliares de tierra, a los agentes con su uniforme amarillo fosforescente que decía POLICIA en español.. Ahh!! Si! Definitivamente estaba en Colombia!
Cuatro de Julio, dia de la independencia de los Estados Unidos… y si, ese dia me independicé de los Estados Unidos!

Gracias capitán Andrés Gómez de American Airlines por brindarme este vuelo hacia mi gran aventura de regreso a Colombia. 

sábado, 12 de abril de 2014

DIA DE LA INDEPENDENCIA (2a parte)


JULIO 2

La noche del primero de Julio acomodamos a mi amigo del grupo de espera en el sofá del apartamento en Hollywood y recordé las épocas en que llegué a la Florida y solo había un sofá donde mi hermana para dormir.  Nos levantamos bien temprano el día 2 pues debíamos confirmar asistencia con la aerolínea. Me sentí  bien de haber ayudado a mi amigo y así evitar que pasara la noche en una incómoda silla en el frio aeropuerto.

A la izquierda  mi amigo a quien le di posada en mi apartamento... las caras de resignación!

 Llegamos  y nos reencontramos con el grupo de espera y al ser todos de origen colombiano nos sentíamos más cómodos para compartir nuestras frustraciones, planes, historias tristes y divertidas.  Nos dijeron que el vuelo era en la tarde y que debíamos esperar los cupos disponibles. Llegó el mediodía y después de comer lo más barato posible decidí dar un paseo por esa zona del aeropuerto de Miami que no conocía. Para mi sorpresa me encontré con una serie de esculturas de peces de mar muy llamativas y me puse a tomarles fotos cual turista en otro país.

Arte con figuras de peces de mar en el aeropuerto de Miami




Escultura con pequeñas cometas.


De pronto más adelante vi colgado del techo un artefacto que parecía una estructura de un planeador antiguo o algo así, pero era una hermosa escultura de una silla de ruedas ensamblada a una estructura de un planeador…se veía fantástica y muy interesante pues parecía que de verdad estuviese hecha para volar!






Llegó la tarde y a la hora señalada  todos los del grupo nos reunimos ansiosos al frente de la sala de espera de American Airlines donde debíamos estar pendientes de cupo para ese vuelo. Malas noticias de nuevo. No había cupo ni siquiera para uno de nosotros…Para nadie! Los vuelos estaban completamente llenos. Todos con cara de decepción nos preparamos para regresar unos a hotel y otros a sus casas. Llame a mi esposa y de nuevo sorprendida vino a recogernos a mi amigo y a mi. Esta vez aprovechamos para hacer una deliciosa cena y de nuevo prepararnos para el siguiente día.

JULIO 3

Con más optimismo pero aun preocupados por lo que sucedía salimos de nuevo al aeropuerto. Llegamos y el encuentro del grupo fue más efusivo y bastante divertido pues ya habíamos hecho una buena amistad entre todos. Nunca me había pasado algo así y aunque había mucha ansiedad por conseguir el vuelo también se me hacia bastante interesante el compartir con personas que también estaban viviendo lo mismo que yo.
Llegó el momento del vuelo y salió una hermosa morenita y con voz ceremoniosa nos dijo… “ Señores pasajeros en espera para el vuelo a Bogotá…solo hay cupo para una persona!” …Todos ya habíamos convenido que si eso pasaba le dábamos prioridad a una señora ya de edad y debido a su salud, debía viajar pronto.  

Con la señora que por fin pudo embarcarse al presentarse un cupo.

Así que ella se embarcó y debido a la situación varios desistieron de hacer el viaje, cancelaron su cupo y se fueron para sus casas.  Mi amigo decidió tomar un vuelo de regreso a su casa y posponer la ida a Colombia para otra ocasión.
Pero este no era mi caso… yo me iba…o me iba, así me tocara quedarme una semana tratando! De nuevo llamé a mi esposa y ya ella me respondió entre brava e indignada con el sistema de espera pero sabía que para mí no había otra opción sino esperar.  Mi familia me invitó a pasar el  4 de Julio, día de la independencia,  con ellos pues es un día muy familiar donde se hacen asados con cervecita bien fría y en la noche se va a algún sitio a observar los fuegos artificiales que es un espectáculo maravilloso.  Pero les dije que debía volver e insistir pues no podía perder mi tiquete.  Me puse a pensar que tal vez el día de la independencia sería peor la espera pues habría mucha  más gente viajando…  pero decidí ir de nuevo al aeropuerto y volver a intentarlo. Mi sueño de volver a Colombia parecía cada vez más lejano.


Continuará…

viernes, 11 de abril de 2014

DIA DE LA INDEPENDENCIA


Después de mi fallido proceso para copiloto en LAN Perú, decidí continuar con mi plan original para viajar a Colombia y presentarme en las aerolíneas locales donde tenía la ventaja de mi inglés, ciudadanía y mis licencias de Colombia. Sabía que si me iba a Colombia debía irme del todo pues los procesos en Colombia suelen ser muy largos además que se necesita conseguir contactos para poder acceder a las cerradas esferas de recursos humanos de las aerolíneas.

Pensaba en lo difícil que iba a ser el cambio sobre todo porque llevaba casi 20 años viviendo en los EU y sería difícil adaptarme de nuevo al diario vivir de una sociedad con muchas diferencias culturales. Acordamos con mi esposa Luz Dary que ella fuera a Colombia por temporadas y que yo vendría a la Florida lo más posible ya que su hija la necesitaba mucho con el cuidado de sus dos bebes pues ella estaba estudiando.

Conseguir actualizar mi pasaporte Colombiano fue una odisea. Entrando al consulado Colombiano en Miami y hacer tantas diligencias me recordó la época en que quería venir a los EU y debía ir a la embajada en Bogotá a hacer colas y rogar porque todo saliera bien. Esto hacia crecer cada vez más mi sueño de volver a Colombia y empezar a vivir una nueva vida y adentrarme otra vez en el mundo de la aviación.

Logré conseguir dos trabajos para así ahorrar lo necesario para poder conseguir el valor del tiquete de ida a Bogotá. No solo debía conseguir el tiquete sino conseguir donde llegar a Bogotá y un trabajo temporal para sobrevivir. Afortunadamente mi hijo mayor Andrés me dijo que me podía quedar en su casa y mi hermano Felipe me ofreció trabajo temporal como asistente en su oficina de Amerijet en Bogotá.

Aunque había ahorrado no veía que me alcanzaba para el tiquete aéreo y de pronto se entretejió otro milagro. Mi amigo Andrés Gómez que trabajaba como piloto en American Airlines me llamo al saber que me iba a Colombia y me ofreció que me regalaba el tiquete de ida a Bogotá. No podía creerlo! Que dicha que me ayudara! Mi esposa Luz Dary se sorprendió y dijo, - Si Andrés te regaló el tiquete es que todo está fluyendo y el universo se está confabulando para que puedas viajar a Colombia!

Llegaba el año 2011 y decidí viajar en Julio primero después de haber coordinado con mi amigo Andrés cuando él me podía dar el pasaje. La hija de mi esposa le pidió que se fuera a vivir con ella para que le ayudara con los bebes y después de mucho "negociar" por fin Luz Dary accedió pues ella es muy independiente. Algo que nos costó mucho trabajo fue buscar quien pudiese adoptar dos de nuestros tres gatos pues pensaba mandar luego a mi gato Zeus a Bogotá apenas me estableciera.

Pasaron tres meses de ardua búsqueda y debido a la decreciente economía en los EU las familias no adoptaban mascotas ni tampoco las casas refugio de mascotas. Lleno de dolor no tuve más remedio que llevar a mis dos gatitas a un refugio de mascotas donde hice lo posible por que las pusieran en la lista para adoptar y no las sacrificaran. Todavía sufro al pensar que habrá pasado con ellas pero pienso que si las rescate de la calle lo mejor era no devolverlas a la calle sino a un refugio.

Organicé todos mis papeles y bitácoras de aviación y regalé algunos libros que no iba a necesitar en Colombia. Hicimos una venta de garaje con Luz Dary para así lograr salir de cosas que no íbamos a necesitar y también lograr algún dinero extra.

Se llegó el primero de Julio, el día esperado para continuar con mis sueños. Me despedí de mi madre, hermanos, amigos, me desearon suerte y algunos no comprendían que emigraba por tiempo indefinido a Colombia. " Como? Se va a regresar a Colombia? Esta loco?", fueron algunos de los comentarios y prefería no explicarles pues había mucha historia detrás. Fue tremendo trabajo elegir que ropa me llevaba y que aeromodelos me llevaba y cuales debía dejar pues tenía el peso de equipaje medido por las regulaciones de mi pasaje.

Mi esposa me llevó al aeropuerto y en la entrega de equipajes para mi disgusto me obligaron a quitarle las cajas a los aeromodelos para reducir espacio y tuve que protegerlos con toallas y ropa.
Después me encontré con la noticia de que debía esperar pues mi tiquete al ser regalado estaba sujeto a cupo...y parecía que no había cupo por el momento!



En la sala de espera de American Airlines.




Grupo de espera condicional. Estaba una familia de 5 y varios
 pasajeros más con los que empezamos a hacer amistad.

Mi esposa se regresó a la casa y cuando llegó la hora de mi vuelo, sorpresa... definitivamente no había cupo debido a que la gente antes del 4 de Julio, día de la independencia de los EU viajaba mucho. No podía viajar ese día!
Ya había hecho algunos amigos en el grupo de los que tenían pasajes regalados y que tampoco pudieron viajar. Uno de ellos me dijo, " Carlos yo no vivo aquí en Miami y me va a tocar dormir en el aeropuerto." Le dije que viniera a mi casa y pasara la noche para después volver a intentar cupo. Llamé a Luz Dary para que nos recogiera y ella se sorprendió de que no había logrado cupo y vino a recogerme.  La aventura del viaje a Colombia apenas empezaba.

Continuará...

jueves, 3 de abril de 2014

LAS HISTORIAS DE ROBERTO SANMARTÍN (2a parte)


Aqui les traigo otra interesante historia de Roberto Sanmartin. Cuando la leo me llegan aires y aromas de esas épocas tempranas de la aviación llenas de verdaderas aventuras en los aires. Disfrutenla.


LAS MOJARRAS TAMBIÉN VUELAN


Tal vez esto sucedió hace unos cincuenta y tantos años. Estamos en el aeropuerto Guaymaral, al norte de Bogotá en las instalaciones del Aeroclub de Colombia, reunidos alrededor de la mesa compartiendo gaseosas, empanadas y refrescos; si mal no recuerdo están Fabio Escobar, Daniel D´Costa, tal vez Mauricio Obregón y Rodolfo Faccini con quien éramos amigos desde niños ya que familiarmente existía algún parentesco.

“Camine Roberto! Vamos a dar una vuelta!” me dice Rodolfo. Frente a nosotros, con su característico color amarillo está un Piper PA-11.
Ágil y experto como pocos, Rodolfo manipula controles y palancas, se comunica por la radio, recibe instrucciones y minutos después estamos en el aire. La tarde es clara y despejada, la vista maravillosa y el vuelo tranquilo.

Pienso que ya nos disponemos a regresar porque Rodolfo corta un poco los gases e inicia un picado no muy pronunciado; la velocidad aumenta rápidamente, de pronto siento que nos elevamos casi en vertical y que ahora 3 Ges me mantienen clavado en el asiento. En cuestión de segundos estamos volando “patas arriba”, echo la cabeza hacia atrás tratando de ver el horizonte pero estoy completamente despistado, se inicia el descenso y cuando volamos nuevamente a nivel Rodolfo se voltea y muerto de la risa, socarronamente me dice: “Eso fue un rizo, ¿cómo le pareció?”. — ¡Qué rizo ni que carajos, eso lo que se llama es un looping! —




Piper PA-11



Realmente y por cierto bastante movida, fue esa mi primera experiencia de vuelo en un Piper. Pasaron los años y muy ocasionalmente volví a verme con Rodolfo; seguramente hoy, en el más allá, sigue divertiéndose en su Pitts Special de color rojo, haciendo toda suerte de loops, toneles, chandells, barrenas, ochos cubanos, immelmanns, y todo un sinnúmero de acrobacias con la misma gracia y destreza de aquel entonces.

Posteriormente mi actividad como publicista y mi vinculación con Avianca me llevaron a pasar cientos de horas metido en un avión y aunque anteriormente habían sido muchos los DC-4, DC-6, los Connie y los Superconstellation y los Electra en que había volado, con la transición al jet, creo que entre los sesenta y los ochenta, fueron muchos los diferentes reactores en que tuve oportunidad de viajar, pero debo confesar que nunca jamás, en ninguno de esos denominados “heavy metal” he podido sentir lo que se llama el verdadero placer de volar.

Una cosa es el estar volando cómodamente sentado a 33.000 pies de altura, a una velocidad cercana a los 500 nudos, frente a una pantalla digital, saboreando una deliciosa copa de Poully-Fuissé y gozando de una deliciosa temperatura ambiente aunque por fuera esté muchos grados por debajo de los 0º C y otra cosa es estar en mangas de camisa, sentir el calor volando a pocos metros sobre el rio Magdalena a escasos 90 nudos o dejar que la brisa marina entre a bocanadas por tu ventanilla cuando estás en “final” para aterrizar en Tolú, en Cartagena o en Santa Marta.

 Una cosa es ver “allá abajo” la Sierra Nevada y otra muy distinta es, después de reportar Zipaquirá y Buvis al control de ruta, tener a tu derecha los aterradores farallones de la Serranía de los Cobardes. Eso es el verdadero y real placer de volar y esas fueron algunas de las experiencias que viví cuando con mi amigo Gabriel volábamos en su PA-18, la famosa “mojarrita”.

Sinceramente añoro y extraño aquellas épocas y hoy en día ni él ni yo estamos en edad de volver a las andanzas. Fueron muchas las ocasiones en las que estando en mi oficina, a eso de las 9 o 10 de la mañana sonaba el teléfono y era Gabriel proponiéndome que fuéramos a almorzar a alguna parte, pero no era propiamente a tal restaurante en el centro o en el norte de la ciudad, sino bien podía ser a Mariquita, Girardot o Paipa ya que por lo avanzado de la hora en el PA-18 no podríamos ir más lejos.

Media hora después estábamos en Guaymaral y mientras él iba a hacer el plan de vuelo yo me encargaba de ir adelantando la inspección de rigor de la “mojarrita”. Por lo general el almuerzo era en Girardot y en más de una ocasión nos tocó dormir en la ciudad porque en el vuelo de regreso, las condiciones meteorológicas “cerraban” las entradas visuales a la Sabana y ni el PA-18 estaba equipado ni Gabriel estaba autorizado para volar instrumentos. Cambio de rumbo 180º, vuelta a aterrizar en el Santiago Vila, pista19, caminata hasta la ciudad, compra de cepillos de dientes y… hasta el día siguiente!

¿Que lo gozamos? Desde luego que si y gracias a ello posteriormente podré contarles algo más sobre “la mojarrita”.

Cordialmente,
Roberto Sanmartín

Continuará...