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domingo, 14 de febrero de 2016

LAS HISTORIAS DE JORGE ENRIQUE (3a parte)


 LLEGO EL VUELO SOLO


El día llegó, era un viernes 12 de septiembre del año 2014. Mi gran sueño de volar solo un avión se acercaba. Volaría en el HK-1458G, un avión tipo Cessna 150 con motor re potenciado, era el único de los Cessna con más caballos de potencia que tenía la escuela.

En este mismo avión yo había venido volando mis últimas horas. Me iban a programar volar en otro Cessna pero le pedí a Andrea, la encargada de programación, que me cambiara de avión, que me programara el HK-1458G puesto que ya había volado las últimas horas en él, me sentía muy familiarizado y tenía más confianza en este avión.

Mi instructor de vuelo asignado era el capitán Francisco Manrique, con quien venía volando todas las horas anteriores, una gran persona, carismático, muy chistoso, amigable y con una gran capacidad de hacer sentir seguro a sus alumnos durante el entrenamiento de vuelo. En lo personal pienso que tiene esa química instructor alumno de hacer fácil aprender a volar. A este capitán le guardo gran aprecio ya que fue él quien me dio la seguridad y las alas para aventurarme a volar solo por primera vez.

Tenía programado mi vuelo a las 4:15 de la tarde, el último vuelo del día, ya que a esa hora el viento usualmente está más calmado. Decidí llegar al aeropuerto como una hora y media antes de lo programado, al llegar entré a la oficina de plan de vuelo para llevar los documentos necesarios y dejar listo el peso y balance. Me sentía emocionalmente tranquilo, pero no podía ocultar mi felicidad. Volar el avión…solo…waoo!. Había ya asimilado la idea de volar solo y por fin, después de una larga espera a lo largo de mi vida, había llegado ya ese momento.

Ese mismo día en la mañana estudié un poco sobre los trabajos de pista, técnica de vuelo, también pude dormir algo después de almorzar, y mentalmente estaba ya listo para este grandioso momento. Sobre las 4 de la tarde otro alumno aterrizó el avión que yo iba a volar, terminando su instrucción y yo contaba con 15 minutos para alistar este Cessna que me iba a convertir mi sueño en realidad. Realicé la inspección pre vuelo, revisé el nivel de aceite, medí los tanques de combustible. Todo lo hallé normal y enseguida llegó mi instructor. Nunca podré olvidar esa graciosa escena de mis compañeros Camilo, Yesid, el Paísa, Andrés y Yeison jugando a lanzar un sombrero vueltiao y meterlo en una barra al lado del hangar apostando quien gastaba el almuerzo. Yo hice algunos lanzamientos sin éxito antes de que el avión aterrizara.

Enseguida nos subimos al avión y ahí me di cuenta que había dejado mi guante de vuelo. Pensé: - "siempre vuelo con mi guante" y preciso se me quedó "ahggg", entonces le conté a mi instructor lo que me había sucedido, a él con tono muy serio me respondió: -“Uyy! Ah nooo! Sin el guante no solea!”. Enseguida nos echamos a reir y le dije: -"Piloto es piloto con o sin el guante". Así que me abroché el cinturón de seguridad y comencé a hacer la lista de procedimientos. Hice el llamado a la torre de control solicitando autorización y luego de unos minutos en vos alta grité: - "Libre!!". Esto para alertar a cualquier persona afuera del avión de que iba a dar inicio al motor. Después llevé el avión por la calle de rodaje Charlie y cuando llegué al borde de la pista llamé a la torre: “Listo en el punto de espera pista 14”. Mi instructor me indicó que íbamos a hacer un par de aterrizajes en preparación para mi vuelo solo. Recibí la autorización de la torre para despegar, aceleré y nuevamente la concentración era total, mantener el eje de la pista durante la carrera de despegue, cantar las velocidades, chequear la temperatura y presión en arcos verdes..... luego alcancé la velocidad de rotación y saque el avión a vuelo.

Había ganado apenas algunos pies de altura cuando de repente mi instructor cortó la mezcla al motor.... (el control del paso de gasolina), enseguida me miro diciéndome: EMERGENCIA!!!. De inmediato se apagó el motor y se paró la hélice totalmente. Yo de inmediato recordé el briefing de emergencia para falla de motor después del despegue con pista remanente...... Así que mantuve los 65 nudos, baje los flaps (aletas sustentadoras) y con nervios de acero lo llevé planeando suavemente a la pista hasta sentar ruedas y luego logré frenar totalmente el avión antes del final de la pista. Enseguida me miró diciéndome: -“Bien George!! eso es exactamente lo que usted siempre debe hacer en caso de falla al despegue”. Estaba un poco agitado por la adrenalina pero ya no sentía temor.

Mi instructor nuevamente dio inicio al motor y tomó el control del avión, abandonamos la pista activa por alpha (calle de rodaje), y nuevamente buscamos la cabecera de la pista 14 de Ibagué. Al pasar frente a la plataforma de la escuela observamos a mis compañeros entretenidos jugando y uno de ellos metió el sombrero en la barra, y le dije a mi instructor: -“Vea capi! Estos verracos lo metieron!” Nos reímos y continuamos. Me di cuenta que no se querían ir.... iba a haber "SOLEO" y estaban preparando el balde con tierra, miados, y cuanta porquería encontraran para luego divertirse conmigo, Je Je Je.

Me entró una preocupación en mi mente.. “Será que si soleo?”. Preciso este man me hace una emergencia y ya no tenía más horas pagadas en la escuela, era mi hora número 15 y si no me dejaba solear ese día, eso podía representar unas 3 horas de vuelo adicionales o sea un millón y medio de pesos más!!

Nuevamente ingresé a la posición, me centré con la pista, aceleré, y en cuestión de segundos estaba nuevamente volando. Ya había hecho el primer toque y despegue.... cuando iba para el segundo aterrizaje del circuito justo lateral a la torre de control mi instructor redujo la potencia al mínimo y enseguida me dijo: “EMERGENCIA!!, Métalo a la pista!!". Parecia que a mi instructor le quedó gustando hacerme emergencias el día de mi "soleo" yo solo podía pensar y decirme a mí mismo: "Porque preciso hoy?!... no jodás!" Ja Ja Ja.

Yo como pude intenté hacer bien el viraje por la izquierda para entrar a la pista, sin embargo no pude con toda la maniobra por mi falta de experiencia y enseguida mi instructor intervino diciendo: - “Mio el avión!!” . Realizó una maniobra llamada deslizamiento la cual permite perder altura de una manera rápida sin ganar velocidad, una sensación nueva para mí, fue como sentir una caída semi libre, porque sentía como resbalándonos!.... Si.. esa misma sensación cuando uno dice: “ Mierda se me subieron las guevas a la garganta!” Ja Ja Ja. Por primera vez sentí un poco de miedo, ya que me imaginé que eso mismo se debía sentir en una caída por accidente. Mi instructor aterrizó sin problemas, abandonamos la pista y rodamos hacia la plataforma de la escuela. Supongo que me quería “medir el aceite” para ver si se decidía a soltarme! Je Je Je. Después de esta simulación de emergencias todavía no sabía si iba a volar solo.

Enseguida mi instructor dijo: - “Listo George… está haciendo las cosas bien, va a volar solo, hágame un toque y despegue, y uno con parada completa..... George, va a sentir el avión más liviano de lo normal, van a ser 100 kilos menos. Tenga cuidado cuando despegue, saque el avión a vuelo suavemente para que no se vaya a ir como un cohete. Recuerde que este es el Cessna más potente de la escuela, y no olvide mantener la velocidad en la aproximación de 70 nudos.... Pilas no vaya a entrar a aterrizar demasiado rápido”. A lo que le respondí: -“Listo Capi!”. Y prosiguió: “Yo veré, no se preocupe por la mezcla ya se la deje ajustada así que no tiene que tocar nada..... voy a estar en la torre mirándolo, si me necesita estoy por la frecuencia”. ..... Lo mire y le dije: -“Gracias capitán por la confianza que me ha dado”.

No lo podía creer... Solo pensé: -"Se vino esta vaina ahora sí". Enseguida cerró la puerta y se fue hacia el hangar. Lo de la torre era mentira, se subió al segundo piso y prendió el Handy, que es un radio móvil que puede interactuar con la frecuencia de la torre. Estaba viviendo algo que había soñado y planificado durante toda mi vida y no era un simple simulador de vuelo. Era algo real... muy real y por eso me sentía muy agradecido con Dios.

Solicité nuevamente autorización para rodar hacia la pista, me autorizaron, puse un poco de potencia y enseguida comencé a moverme hacia el punto de espera.... era un silencio ensordecedor y en mi mente dije: -“Vamos George solo debo hacer exactamente lo mismo, con la diferencia de que mi instructor no estará sentado a mi lado pendiente para corregirme”.

Llegue al punto de espera. Estaba en la frontera con el comienzo de mi sueño. Esperé a que aterrizara el HK-2090G en donde volaba mi amigo Leonardo Torres, quien estaba también haciendo trabajos de pista. Mientras esperaba reflexioné sobre cuánto había anhelado este momento, tiempos de preocupaciones por no tener el dinero para estudiar aviación, una carrera tan costosa…Miré al frente y vi esa inmensa pista …toda para mi… esa misma pista donde iban a despegar mis sueños. Ahí en ese mismo instante comprendí que el único que lo hizo posible fue DIOS Y SU SANTA VOLUNTAD... Enseguida le agradecí por ese momento y se lo dedique.... junto a todas mis metas y sueños por realizar.

Enseguida la torre me dio autorización para despegar, pero no sólo despegaba el avión, también despegaba mi gran sueño. Me alineé con el número de la cabecera sobre la pista, me di la bendición y puse full potencia, me metí en una especie de película, concentración 200% manteniendo el eje de la pista, enseguida pude alcanzar la velocidad de rotación y de inmediato saque el avión a vuelo.

Es difícil describir ese momento, miraba incrédulo por las ventanillas del avión y solo pude decir: -“DIOS ESTOY VOLANDO SOLO!” En ese momento mi imaginación me ganó, el pequeño Cessna se convirtió en un súper jumbo 747, yo me sentía como el comandante de ese inmenso avión, y no se trataba de arrogancia ni prepotencia, como alguien comentó por ahí, se trataba de esa satisfacción personal después de años de espera, no cabía de la felicidad y me llené de muchísimo orgullo.

Después de hacer el circuito alrededor del aeropuerto pude sin problemas hacer mi primer aterrizaje solo. Recuerdo en mi primera aproximación final ver rápidamente unos patos nadar en un lago pequeño antes de la cabecera de la pista. Enseguida aceleré, de nuevo despegué y, la torre me dijo textualmente: - “IVIETA 1458G notifique iniciando básico”, yo le colacione enseguida: -“Notificaré básico IVIETA 1458G”. Empecé a virar iniciando el tramo básico cuando la torre me dijo: -HK1458G para no tener conflicto de tráfico ejerza básico amplio.

Resulta que mi amigo Leonardo estaba en básico y no podíamos estar en el mismo tramo del circuito por seguridad. Enseguida interrumpí mi viraje y continúe con el rumbo que tenía anteriormente, al fondo podía ver los cerros y calculé extenderme casi unos dos minutos, luego vire y busque mi final, vi la pista en la lejanía y continúe con la aproximación. Cuando nuevamente la torre me hablo, diciéndome: -“IVIETA 1458G autorizado toque y despegue”. De inmediato le confirmé que era un aterrizaje completo, es decir un aterrizaje con parada total, concentrado en mantener los 70 nudos como me había dicho mi instructor cruce el umbral de la pista y para mí sorpresa y colmo de males llevaba un poco más de 70 nudos y empecé a flotar sobre la pista. Enseguida nivelé el avión y dejé que redujera la velocidad hasta que terminé el planeo, levanté la nariz un poco para colocar las ruedas suavemente sobre el pavimento y así felizmente aterricé.

Dejé correr el avión por la pista para matar la inercia y empecé a aplicar suavemente los frenos. Pero había olvidado que el avión estaba largo del freno izquierdo, entonces me halaba poco a poco hacia la izquierda pero lograba contrarrestar la fuerza con el freno derecho.

Me detuve por fin. Había logrado mi gran sueño, había volado solo en un avión, y lo mejor: estaba sano y salvo, "Que alegría!", me dije… Estaba dichoso!

Giré para rodar hacia la plataforma de la escuela donde me esperaban mis amigos como perros hambrientos con hambre de soleo, Je Je Je. Abandoné la pista y rodé por alpha (calle de rodaje) hacia el hangar, cuando vi que todos me estaban esperando, uno de ellos me mostró la tabla, el otro el balde con cuanta porquería tenían y otro su correa… Ayayay! Lo que me esperaba!

Apagué el avión, me bajé y escuché una voz que me dijo: - “Bueno a empelotarse!.....Era el capi Manrique que me dio un abrazo y me dijo, - “Felicitaciones mijo y que sean muchos vuelos más.” Me quité la corbata y los zapatos. Me cortaron el pantalón, las medias, el pelo, y lo único que se salvó fue la camisa, donde allí me escribieron sus nombres junto con las felicitaciones de cada uno de mis compañeros. Ahora esta camisa es un hermoso recuerdo que aún conservo con mucho cariño de aquel fantástico día.






Después de haberme bañado bien y haberme quitado toda esa porquería que me echaron por todo el cuerpo me cambié con ropa limpia, salimos del aeropuerto con mis amigos, me comuniqué con mis padres para contarles la buena nueva. Estaba lleno de felicidad.

Y así fue la historia de mi primer vuelo solo, un sueño realizado en el transcurso de una hora.

Doy gracias a Dios por permitirme vivirlo y así compartirlo hoy con todos ustedes.



Gracias!

sábado, 13 de febrero de 2016

LAS HISTORIAS DE JORGE ENRIQUE (2a parte)


NORDOS


Amanecía en Ibagué y así despertaba "la capital musical de Colombia". Desperté y me asomé al balcón de mi apartamento para mirar el cielo. Estaba cubierto por un colchón de nubes cargado de mucha humedad y caía una leve llovizna. Sin duda lo confirmé cuando leí el reporte meteorológico de Ibagué, el aeropuerto estaba operando por instrumentos, es decir que no tenía condiciones para vuelo visual. Yo tenía que volar a las 10 de la mañana, así que guardaba la esperanza de que se destapara el cielo y me permitiera volar sobre el hermoso valle de la zona del Magdalena, sobre ese tapete verde inconfundible donde se siembra y se cosecha el mejor arroz del Tolima. Estaba muy entusiasmado porqué era mi quinta hora de vuelo en la escuela de aviación, y el plan era volar hasta Girardot e ir identificando las poblaciones sobre la ruta, los puntos de referencia, y en Girardot hacer un aterrizaje seguido de un despegue y de ahí regresarnos a Ibagué.

Entonces sin perder la esperanza me alisté, me puse mi uniforme y salí rumbo al aeropuerto Perales. Llegue eso sí muy temprano, a las 8:40 ya estaba allá, entré a la escuela para saludar y luego fui a la oficina de plan de vuelo para ver cómo seguía la cosa. No se veía mejoría en el cielo. Entré y me encontré con don Oscar, quien era el despachador de la aerolínea Avianca en Ibagué, nos saludamos y me contó también que su vuelo estaba retrasado, que no había podido salir el avión desde Bogotá por las malas condiciones en nuestra estación.... ah y también que buscara algo para hacer diferente a volar por el día de hoy. Entonces frustrado me senté en la cafetería del aeropuerto a tomar algo con la esperanza que mejorarán las condiciones.

Por mi mente pasaba que ya no iba a poder volar, y que mi vuelo a Girardot quedaría aplazado para el día siguiente, pues si no mejoraban las condiciones visuales antes de la hora de mi vuelo iba a perder el turno. Impotente ante la situación me quede charlando con un compañero en la cafetería y sobre las 9:35 de la mañana entro mi instructor.... el capitán Santiago Caicedo, pidió un café, se dio vuelta y me dijo: -Jorge! Ya van a abrir el aeropuerto! Ya está mejorando el tiempo, vaya y haga el plan de vuelo a Girardot, ponga la ruta: Ibagué - Buenos aires - Gualanday - Coello - Girardot y viceversa. Salí contento corriendo de nuevo para la oficina de plan de vuelo entregar los documentos necesarios y poco después ya estaba en la plataforma de la escuela preparando el avión, era el HK1458G.

Como resultó siendo el primer vuelo del día drené cuidadosamente los tanques de combustible buscando no hallar anomalías, que estuviese puro y libre de agua, verificar el nivel del aceite, y hacer la inspección pre-vuelo. Justamente siempre que hago la inspección pre-vuelo recuerdo un suceso que marcó mi vida y fue cuando el capitán Iván Rojas en mi tercera hora me dijo una frase que me heló hasta los huesos, - “ Joven… recuerde que su vida depende de un buen pre-vuelo". Por esa razón desde aquel momento la inspección pre-vuelo para mi es tan importante pues se trata de mi vida y la de mis pasajeros. Después de unos minutos tenía todo casi listo y mi instructor me dijo: - Jorge, haga la lista de chequeo y caliente el motor durante diez minutos a 1000 rpm (revoluciones por minuto) y este pendiente con los arcos de temperatura y presión en "verdes" que yo ya vengo. Mientras el capitán se fue yo tomé la lista de procedimientos y comencé a ejecutarla, con mucho cuidado al hacer todo, paso por paso para no ir a "cagarla", justo en ese momento me acorde que en una clase de radio en la escuela de tierra me dijo mi instructor: - Nunca pierda tiempo Jorge, siempre vaya adelante del vuelo, si por alguna razón su instructor se demora pida autorización y tenga listo el avión. Así que me adelanté a todo, y cuando me di cuenta ya tenía autorización y estaba pendiente llamar para rodar.

Unos minutos más tarde volvió el capi, subió al avión, se ajustó el cinturón, notifiqué listo a la torre y me autorizaron a rodar por la calle de rodaje Charlie para la pista 14. Estaba muy feliz, comenzaba mi primer paseo fuera de Ibagué y de las zonas de entrenamiento. Lo llamaba "paseo" por qué era prácticamente un reconocimiento de ruta al aeropuerto alterno más cercano de Ibagué. Me dieron autorización para despegar, puse full potencia y en unos segundos estaba en el aire. Y como siempre hay para todo una primera a vez, fue la primera vez que no peleaba con los pedales tratando de mantener el rumbo de pista durante el despegue, y además el avión respondía a todos los movimientos que le ordenaba con los controles perfectamente, sin ser celoso, sin movimientos agresivos, se volvió sumiso a mis manos..... Era un león imponente que había comprendido que debía obedecerme siempre. Pero bueno… esto tenía una explicación, había llovido recientemente, se había ya disipado la tormenta y no había nada de viento, todo estaba en absoluta calma.

Habían nubes dispersas a mí alrededor, todas eran estratos pequeños y medianos. Más adelante nos encontramos con la primera población, un pequeño corregimiento llamado "Buenos Aires", unas millas más adelante Gualanday, posteriormente el río Coello, y su municipio llamado también Coello, ya más al norte, nos encontramos de frente con el imponente río Magdalena en la entrada a Girardot. Al llegar cruzamos la estación y nos incorporamos al tráfico izquierdo de la pista 20. Yo por mi parte miraba todos esos condominios lujosos con piscinas, zonas verdes y pensaba que quizás algún día iba a tener una casita de esas, je je je je, luego enfrentamos la pista y después de una suave aproximación sentamos ruedas, volví a acelerar y unos segundos más adelante nuevamente estábamos en los aires.

Yo quería ver el famoso santuario a la virgen de Loreto que dicen hay en Santiago Vila, pero no lo pude identificar.... Así que nos dispusimos nuevamente a volar de regreso a Ibagué. Unas millas más adelante para mi sorpresa y colmo de males pasó algo que ni mi instructor ni yo lo esperábamos, no sé si fue un castigo divino por no haber visto el santuario de la virgen de Loreto o que fue lo que pasó.







Ya había dejado la zona de control de Girardot, y debía sintonizar la frecuencia de Ibagué en la radio, pero para mí sorpresa me dijo mí instructor: - Mierda… y esto que fue? Tengo “seteada” Ibagué, pero se escucha es la torre de Mariquita! Y también me copian allá.- Algo había pasado con el radio, se había vuelto loco o algo así, no podíamos entender, ni tampoco hacer contacto vía radio con Ibagué. Así que el capi sacó su teléfono celular y llamó a la torre de Ibagué mientras yo volaba el avión. Felizmente logró contactar la torre por medio de celular, y sin inconveniente logró avisar sobre la falla y continuar con la llegada, me dijo que ajustara el código Transponder 7600 para NORDO (Situación donde no se puede escuchar o recibir señal de radio).

Yo no me asuste en ningún momento, pues no se trataba de ninguna emergencia que pusiera en riesgo la seguridad del vuelo. Entonces me dijo el capi: -Ponga atención al procedimiento que vamos a hacer, vamos a enfrentar la torre y hacer varios movimientos de banqueo con las alas, esté pendiente de alguna señal de luz… Color verde es la autorización para aterrizar, y nos incorporamos con el viento derecho de la pista 14, viramos iniciando el tramo básico y luego buscamos final.- Sentía mucha curiosidad por ver las famosas luces verdes que siempre había escuchado en las clases teóricas de radio. Este era el primer percance que tenía en mi corta experiencia de vuelo, así que enfrentamos la torre y me quede con las ganas de poder ver algo nuevo para mí, por qué no vi ninguna luz de ningún color, ningún tipo de señal luminosa, así que me quede con esa duda.

Pudimos aterrizar sin contratiempo alguno, abandonar la pista activa y rodar a la plataforma de la escuela, al apagar el avión le dije a mi instructor que de una u otra manera había sido bueno lo que sucedió ya que había podido apreciar un procedimiento en situación NORDO y lo importante que era tener celular con minutos! Ja,ja,ja!! Y además los teléfonos de las torres de los aeropuertos más cercanos, a lo que me respondió: -Claro marica… usted puede tener el teléfono de la misma Natalia Paris, pero si no tiene minutos.. grave!!. Y nos atacamos de la risa.

Finalmente llené el libro del avión y luego el mío de alumno, pues los alumnos llevamos un control sobre lo que hicimos durante la hora, los ítems que se hicieron, si fue satisfactorio, lo que debemos mejorar según el instructor, y como nos sentimos durante el entrenamiento. De esta manera agradecí a Dios por no haber tenido un percance más grave y así haber aprendido sobre el procedimiento en caso de quedar incomunicado con el planeta tierra.

Continuará...

viernes, 12 de febrero de 2016

LAS HISTORIAS DE JORGE ENRIQUE


Al capitán Jorge Enrique Sanchez, oriundo de Aguazul a la puerta de los llanos orientales de Colombia, lo conoci como lector de este Blog y se animó a escribir sus historias, no fue fácil pues tuvimos que hacer muchas correcciones y adaptaciones que finalmente nos dieron unas buenas y divertidas historias que dejan ver cuanto gozamos con nuestra pasión por el vuelo.
Aqui estan sus historias,


MI PRIMERA VEZ VOLANDO EN UN CESSNA


Así fue, era la primera vez que iba a volar en un avión Cessna. Era diciembre del 2010 y disfrutaba de mis vacaciones de fin de año con mi familia en la ciudad de Arauca en los llanos orientales de Colombia. Tenía un amigo piloto que me había prometido un "vuelito" pues conocía mi gran afición por la aviación y mi interés de convertirme también en piloto… en un aventurero del aire. Pues se trataba de mi amigo el capitán Luis Humberto Camejo, quien llegó a buscarme muy temprano a eso de las 6:15 de la mañana. Mi mamá me despertó y me avisó que me llamaban, enseguida entró el capitán y me dijo: - “Jorge, alístese! Vamos a volar! En media hora lo recojo!”


De una vez el sueño y la pereza se fueron como “pepa e guama” Je,je,je. Me llené de mucha felicidad, era para mí una nueva experiencia volar en un avión Cessna 182! Por fin llegó el capi a recogerme, mi madre me dio la bendición y salimos rumbo al aeropuerto. Estaba muy emocionado y por el camino hablábamos de los vuelos que él había hecho y mi pasión por la aviación. Al rato llegamos al aeropuerto de Arauca, Santiago Pérez Quiroz y me presentó con su hermano y sus dos sobrinas, Evelyn y Estefany, dos adolescentes gemelas con quien hoy día mantengo contacto.


Una vez llegamos a la plataforma fije la mirada en el Cessna, que desde lejos parecía un pequeño avión, un avión que convertía sueños en realidad, pero que al acercarnos dejó de ser pequeño y vi que era una máquina de tamaño considerable.






Por primera vez sentí un olor nuevo, un olor diferente, un olor a brisa de plataforma, olor a motor y aceite de avión, mmmm... no lo puedo describir, pero sé volvió un recuerdo muy especial para mí.


Luego de haber visto con detalle el avión y tomar algunas fotografías para el recuerdo nos embarcamos a la aventura. Una vez a bordo, mientras me colocaba mi cinturón de seguridad le dije al piloto: -“¿Oiga capi si estamos bien de peso?”, a lo que me respondió con una carcajada diciéndome: -“Si, estamos sobrados!” Pues era evidente, ¿Que podíamos pesar tres jóvenes que no superábamos los 60 kg? El capi inició el motor y dimos marcha a la aventura.


Yo no dejaba de observar los instrumentos en el panel del piloto. Estaba muy atento a todo lo que hacía y no quería dejar escapar ningún detalle. Luego de autorizarnos la torre de control despegamos y mientras ganábamos altura el campo visual de mis ojos percibían ese cuadro perfecto de la inmensa llanura. A mi lado izquierdo el majestuoso río Arauca que baña esa bella tierra y desemboca al norte en Venezuela mezclándose con el río Orinoco. También identifiqué el puente internacional "José Antonio Páez”, la puerta a la hermana república venezolana.


Más adelante viramos a la derecha, y nos adentramos en las inmensas sabanas del departamento de Arauca, Veía más allá el ganado pastando apaciblemente, lo caballos corrían por la inmensa llanura, y las garzas adornaban con delicadeza el paisaje. Sobrevolamos por esteros y morichales, por varias haciendas, y la finca de uno de mis tíos, pues para mí sorpresa el capitán había colocado las coordenadas en su GPS. Fue una aventura de nunca olvidar! Estaba feliz!










Este avión era un monomotor Cessna 182 que estaba afiliado a la empresa SAVIARE que por coincidencia es la empresa donde más adelante me iba a desempeñar en el área de despacho. Luego de volar durante unos 40 minutos regresamos y me dispuse a observar atentamente el procedimiento de aproximación y aterrizaje, que para mi es la parte más interesante del vuelo.

No quitaba los ojos del horizonte y de la cabina. Se acercó la pista, pasamos el umbral, suavemente sentó ruedas, como untando mantequilla sobre un pan y escuché el inconfundible chillido de las llantas al hacer contacto con la pista. Carreteamos hasta la plataforma, frenó y con un toque mágico accionó varios controles y el motor se detuvo. Nos bajamos, caminamos hasta el terminal y me quede un buen rato charlando con los otros pilotos de la empresa, me sentía en mi salsa hablando de aviones e historias de pilotos.


Ese avión Cessna me llevó no sólo a volar aquel día, sino a afianzar ese sentimiento de lo que yo quería para mi vida, y que debía seguir luchando y trabajar duro para así algún día volver realidad mi sueño de ser piloto.


Gracias capitán Luis Humberto por tan maravillosa invitación!

Continuará....