Entre esas experiencias tuvo varias emergencias de las que salió milagrosamente ileso. Me pidió que lo ayudara a crear su libro donde pondría sus mejores historias desde que se inició en la aviación. Yo accedí a apoyarlo con mucho entusiasmo y empezamos trabajando con su primera historia. El, agradecido conmigo, me mandó una gorra de piloto que guardo con mucho cariño.
El 8 de Agosto del 2015 recibí con dolor la noticia de que había muerto en un accidente al norte de Bogotá después de haber reportado una emergencia en un vuelo de instrucción. No logró llegar al aeropuerto y aterrizó aparatosamente en una vereda y fallecieron él y dos estudiantes más.
Nuestro trabajo con su libro quedó truncado con su muerte pero decidí acabar la corrección gramatical y la redacción de su primera historia que estábamos trabajando y compartirla con todos ustedes como así él lo hubiese querido.
Esta, la primera historia de su libro se llama " Mi primera visión" y aunque no nos dejó más historias esta es lo suficientemente hermosa para describirnos su inmenso amor por la aviación.
Aquí la transcribo. Disfrútenla.
MI PRIMERA VISIÓN
El primer contacto visual que tuve con un aeroplano fue en el año 1964 a mis 7 años de edad cuando una mañana mi mamá apresuradamente me tomó de la mano para ir a comprar el pan para el desayuno. Íbamos llegando a la panadería del barrio cuando de repente escuché un ruido que cautivó mi atención.
Alcé mi cabeza y vi un aparato que se desplazaba a gran velocidad por los cielos bogotanos. Me quedé inmóvil mirándolo surcar el cielo.
Tenía mi mirada puesta en ese enorme aparato y en pocos minutos se perdió en el horizonte. Quedé estupefacto y mi mamá, con el afán de ir a comprar el pan me preguntó ¿Qué pasó hijo? Me quedé sin palabras y no me quería mover de ese sitio como esperando a que pasará por encima otra vez. Mi pequeño corazón palpitaba a gran velocidad.
Mi mamá al ver el impacto que aquel avión había causado en mí prometió llevarme al aeropuerto donde yo podría ver muchos más de esos. Yo accedí con la promesa de que el siguiente sábado iríamos al aeropuerto, una palabra que era nueva para mí, pero no sé por qué me atraía tanto. Después de ese momento jamás volví a ser el mismo y soñaba con ese momento de volver a ver ese aparato que con el paso de los años supe era el legendario carguero DC-6 que volaba a Leticia capital del departamento Amazonas.
Contaba los días para que el sábado llegara y constantemente le recordaba a mi mama las horas que faltaban para que nos fuéramos a donde ella me había prometido. Al fin llegó el tan anhelado día. Recuerdo que casi no pude dormir la noche anterior y deje todo lo que me iba a poner listo.
Me levanté y aún estaba oscuro, pero eso poco me importó, yo quería ver nuevamente ese aparato llamado avión, aquel que se desplazó a gran velocidad sobre mi cabeza. Mi mamá despertó y para mí fue eterno mientras se arreglaba hasta que por fin estuvo lista. Aunque no quería, desayuné para que ella no se enojara y así poder irnos rápido. Luego mi papa se ofreció a llevarnos en un su Buick verde. Yo no veía la hora de llegar al aeropuerto donde mi sueño estaba por cumplirse.
Llegamos al aeropuerto “El Dorado” de Bogotá y mi mamá hizo lo que pudo para llevarme lo más cerca a los aviones hasta donde nos permitieron. Trataba de empinarme pero por mi corta estatura era poco lo que podía ver. Por fin pude ver esas maravillosas máquinas con sus alas plateadas en la rampa del aeropuerto. Quería quedarme ahí para ver más y devorar cada detalle de esas hermosas aeronaves. Ahora sabía que ese era mi mundo. Estaba completamente maravillado.
Mi mamá me convenció por fin de volver a la casa y me prometió volver al aeropuerto solo si respondía bien en mi comportamiento académico en el colegio. Al regresar a casa, en vez de sentirme feliz, me sentía muy ansioso pues tenía muchas preguntas que pasaban por mi cabeza. ¿Cómo esos hermosos aparatos podían volar? ¿Cómo hacia uno para poder llegar a ser piloto de un avión? ¿Sería muy difícil lograrlo? Después yo mismo me respondía-“Esto debe de ser muy difícil. Este mundo tan hermoso de los aviones tal vez sea inalcanzable para mí”.
Me encerré en mi habitación, no quería hablar con nadie, estaba confundido. Pero sabía que después de ese viaje al aeropuerto yo ya pertenecía a ese maravilloso mundo y me prometí a mí mismo que no descansaría y que haría lo que fuera necesario para lograr ser tripulante de un avión.
Pero no tenía la menor idea de cómo lograrlo y cuando volví a tomar conciencia de la realidad estaba mi mama diciéndome ¡HIJO! ¡Se te va hacer tarde, para el colegio! Me había quedado profundamente dormido, soñando, con todo ese misterioso mundo… que se llama AVIACION!
Capitán Oscar Téllez
Capitán Oscar Tellez en un vuelo de instrucción. |
Publicación de Aviacol con motivo de su fallecimiento. |
NOTA: Esta nota la estoy escribiendo un poco mas de 2 años después de su accidente que ocurrió en en el año 2015.
Para mi gran sorpresa y dicha la hermana del capitán Téllez me contactó por medio de las redes sociales y me dijo que ella y su familia habían logrado rescatar y compilar sus historias. Luego lograron editar sus historias y publicar un bello libro.
Me emocioné mucho cuando recibí un sobre en Villavicencio y al abrirlo estaba su libro. Su hermana me lo había enviado como un regalo especial. Sentía la presencia del alma del capi Téllez y su sueño por publicar sus historias...su sueño se hizo realidad. Gracias a su familia!
Aquí publico una foto de la portada y de la dedicatoria de su hermana:
En esta portada aparece el e mail itzacristal@hotmail.com para quienes estén interesados en conseguir su libro.
Lo lograste mi capi! Gracias por este maravilloso regalo...tu libro!! Desde aquí miramos al cielo y sabemos que estas alla feliz volando a través del océano del infinito.