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miércoles, 16 de marzo de 2011

LAS HISTORIAS DE ROBERTO CONTI (13a parte)

Continuación...

DE PATAGONIA CON AMOR (Continuación)


Con bastante dolor viré mi cabeza para verla entrar al cuarto. Entre las gazas que cubrían mi cara me quedé mirandola a sus ojos sin saber que decirle. Me dijo dulcemente - Hola Roberto, soy Solange Cameron. Gracias a Dios despertaste. Tuviste un aterrizaje de emergencia en nuestra granja “Dos Laguitos”. Encontramos tu nombre “Roberto Conti” en tu uniforme que ya lavamos. –

Y le respondí, - ¡Gracias!... como… bueno… eeh… - Por un segundo me imaginé a esta bella mujer desvistiéndome y lavando mis heridas…waooo, pero al agitarme casi me desmayo. – Gracias Solange por ser tan amables y les pido disculpas por todos los inconvenientes que les haya causado. – Y con voz alegre me dijo, - ¡Nooo, gracias a ti por traer algo excitante a estas lejanas tierras! El chance de que algo raro pase por aquí es muy remoto. –

Esto enseguida le dio calor a mi corazón. Ella estaba parada allí con mucho aplomo con ambas manos en su cintura mirándome como si me conociera de antes. Tenía un mentón muy bello. Su voz era suave pero firme. Cuando se sonreía dos hoyuelos aparecían a cada lado de su rostro. -

¡Pobrecito tu! Eres muy afortunado de estar vivo. ¿Cómo lograste aterrizar un avión así en tu estado? Tú debes ser muy buen piloto. – Y le respondí, - Creo que simplemente mi virgencita de la buena suerte estaba de mi lado. Gracias por tu apoyo moral. Estaba volando muy bajo ignorando completamente las regulaciones y olvidé que bandadas de aves son muy frecuentes en esta región. De seguro iré a corte marcial y el capitán Rodríguez estará feliz de tomar mi caso pues no soy su favorito, ¡Estuve haciendo el burro!

Y ni siquiera hice la llamada “may-day” antes de “embarrigar” el avión. En realidad lo que quería era ver los Andes de la Patagonia. El vuelo que tenía que hacer era más al sur. Me entró temor de que se enteraran que había sobrevolado territorio Argentino sin permiso pero pienso que nadie me vio excepto algunos Gauchos y sus rebaños. –

Y me dice Solange - Mi padre ya notificó tu base y a tus superiores acerca de tu accidente y tu condición. Estaban muy preocupados cuando empezaste a demorarte y no respondías en la radio. Tampoco sabían que estabas tan lejos y por eso los aviones de búsqueda no pasaron por aquí. Ya mandaron un grupo de rescate para recogerte a ti y al avión.

Les insistimos que mi madre y yo podemos cuidarte pues ahora no debes moverte. Mi madre fue enfermera durante la guerra y ella sabe como cuidar pilotos derribados… como tu, je, je. – Al decir esto sus ojos azules se iluminaron con una sonrisa. Le pregunté - ¿Cómo está el avión, se quemó? –

-No, no se quemó, parece que no tuvo mucho daño teniendo en cuenta por lo que pasaste. Mi padre dice que necesitará una hélice nueva, algunas reparaciones y un buen lavado. ¡Oh, mi Dios, nunca había visto tanta sangre y tantas plumas pegadas como en el interior de tu avión! Esta mañana vi un par de zorros rojos y aves de carroña interesados en la cabina de tu avión. Tuvimos que colocarle una lona encima. –

Y le pregunté - ¿Pero Solange, cuanto tiempo estuve inconsciente? – ¡Por casi catorce horas jovencito! Te veías bien mal cuando te encontramos. ¿Sabias? Creíamos que estabas muerto, tirado ahí en el piso todo ensangrentado y cubierto con plumas blancas. ¡Parecías una gallina muerta! ¡Ja, ja, ja!

Estamos preparando comida y estadía en una casita que tenemos llamada “comedor chico”para el grupo de rescate que viene. Tenemos un tractor que podemos usar para halar el avión si se necesita. Y en cuanto a ti jovencito yo te cuidaré. –

- Solange… - Le pregunté - ¿Ese es un hermoso nombre Francés y tu apellido es Inglés, porque? – Gracias Roberto, lo que sucedió es que mi padre, que es Inglés, estuvo en Francia durante la guerra y se enamoró de mi madre Solange Marie que justo ahora esta cocinando tu almuerzo mientras hablamos. – Luego Solange desapareció por el corredor.

Continuará...


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