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domingo, 20 de marzo de 2011

LAS HISTORIAS DE ROBERTO CONTI (16a parte)

DE PATAGONIA CON AMOR (Continuación)


El capitán Rodriguez entró a mi cuarto y de un grito casi me para el corazón - ¡Teniente Conti! ¡No se ve muy bien el día de hoy! Usted esta muy de buenas de estar vivo y de que lo esté cuidando esta maravillosa familia. Cuando la señora Cameron y el médico decidan que ya está recuperado lo llevarán a la base donde le espera una corte militar por lo sucedido así que vaya preparando muy bien su defensa. - Y después de dar algunas vueltas caminando de lado a lado de la habitación con las manos atrás dijo - Bueno teniente Conti... me largo de aqui… buena suerte... ¡La necesitará! – Solange y su madre subieron sus cejas en respuesta al “sermón" del capitán. Le respondí llevando mi mano a mi frente - ¡Si mi capitán! – Y silenciosamente se retiraron todos de la habitación dejándome solo con mis pensamientos.

Me senté en la cama. Recordé el rígido trayecto militar de mi abuelo y de mi padre y después de esta “embarrada” mía de seguro mi padre no me iba a ayudar… ¡Ni en un millón de años! Para completar la tortura entraron los dos oficiales que acompañaban al capitán a decirme bobadas y a burlarse de mí. Los eché del cuarto para que me dejaran en paz. Sentía que mi vida llegaba a un brusco cambio y no sabía que hacer con mi futuro. Por lo menos sabía que tenía cerca a la preciosa de Solange.

Pasó una semana de la partida de los militares con el avión y ya podía caminar mejor. Mi cara mostraba solo unos cuantos moretones.
Una mañana Jim con cierto aire de misterio me dijo - “Robertou” ven conmigo al galpón quiero que veas algo que te va gustar. - Cerca al galpón Solange se acercó y me dijo - Roberto, no creo que estés listo para aventuras ahora, debes cuidarte más. -¿Qué aventuras? - Le dije. Jim me entregó un maletín y me dijo que iba a necesitar todo lo que había dentro. No entendía. Al abrirse los portones del galpón apareció ante mí un hermoso biplano de un rojo reluciente, con hélice nueva de madera barnizada y muy bien mantenido. Jim orgulloso y con cara de diablillo sonriente me dijo - !Te “presentou” mi “pelirouja” Clementina! Clementine era una novia que tuve en Inglaterra, pelirroja, flaquita y nerviosa como este biplano… ¡Ah! ¡Pero muy maniobrable! je, je. Este avión es un De Havilland Gipsy Moth del año 1926 y en uno como este volé solo por primera vez en la RAF. Por mucho tiempo pilotos en todo el mundo han seguido volando estos biplanos. Está cubierto con tela, tiene estructura de madera y metal y le he puesto un motor casi nuevo. - Y añadió Solange. – Una reliquia muy bien conservada que mi padre insiste en volar.

Continuará...

De Havilland DH-60G  "Gipsy Moth"

 Gipsy Moth del Club Aéreo de Magallanes en Chile.
(Foto tomada del Blog "El observador aeronáutico" de Iván Siminic de Chile:
http://ivansiminic.blogspot.com/2007/11/beechcraft-baron-en-el-club-areo-de.html )




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