Después de que pasé las entrevistas en la aerolínea Falcon Air inicié el entrenamiento para auxiliar de vuelo. Me fue muy bien en los exámenes y en las pruebas ante la autoridad aeronáutica FAA (Federal Aviation Administration). Llegó el dia de la graduación en abril del año 2000 y mi sueño de entrar otra vez al medio aeronáutico se hizo realidad.
Recien graduado de "Flight Attendant" (Auxiliar de vuelo) |
Siempre que veía a Ammi, la auxiliar de vuelo que me ayudó a entrar, me detenía para darle las gracias y mandarle saludos a su esposo quien fue el intermediario con mi angelito en este verdadero milagro.
Pronto empezamos a volar las rutas de esta aerolínea en el Boeing 727 y todo el dia estaba en contacto con agentes del aeropuerto, agentes de carga de comida, mecánicos de vuelo, pasajeros y con nuestros jefes el ingeniero de vuelo, el copiloto y el capitán. Estaba feliz de estar de nuevo en mi mundo. Cuando regresábamos de algún vuelo sin pasajeros no desperdiciaba la oportunidad de pedirles a los pilotos que me permitieran ir en el puesto del observador atrás del capitán para disfrutar del vuelo con más detalle.
Pronto empezamos a volar las rutas de esta aerolínea en el Boeing 727 y todo el dia estaba en contacto con agentes del aeropuerto, agentes de carga de comida, mecánicos de vuelo, pasajeros y con nuestros jefes el ingeniero de vuelo, el copiloto y el capitán. Estaba feliz de estar de nuevo en mi mundo. Cuando regresábamos de algún vuelo sin pasajeros no desperdiciaba la oportunidad de pedirles a los pilotos que me permitieran ir en el puesto del observador atrás del capitán para disfrutar del vuelo con más detalle.
Cuando me encontraba con una tripulación conversadora les contaba sobre mi experiencia en este tipo de avión cuando estuve en Colombia en la aerolínea Avianca en entrenamiento para copiloto del B-727. Escuchaba de ellos también muchas anécdotas.
Volábamos a varios destinos en la zona de las islas del Caribe, Centro América, Venezuela y también hacíamos vuelos charter dentro de los Estados Unidos a grupos de turismo y a equipos de fútbol americano. Cada vuelo era una aventura completamente diferente y traía nuevas anécdotas al mismo tiempo que iba enriqueciendo mis conocimientos como piloto.
Volábamos a varios destinos en la zona de las islas del Caribe, Centro América, Venezuela y también hacíamos vuelos charter dentro de los Estados Unidos a grupos de turismo y a equipos de fútbol americano. Cada vuelo era una aventura completamente diferente y traía nuevas anécdotas al mismo tiempo que iba enriqueciendo mis conocimientos como piloto.
Entre las muchas historias que tuve en esta aerolínea viene una a mi mente una muy especial y fue una emergencia que tuvimos saliendo del aeropuerto de Miami hacía Centro América.
Eran las dos de la tarde aproximadamente cuando estábamos abordando los pasajeros. Ese dia se me hizo interesante que no llevábamos el cupo completo de 110 pasajeros como solían ser estos vuelos y estábamos con unos 60 pasajeros aproximadamente.
Después de abordar las comidas calientes y los pasajeros cerramos las puertas, fui a la cola del avión y accionando una palanca en la pared subí la escalera trasera de este Boeing 727-200 mientras que se escuchaba ese delicioso silbido de los motores iniciándose.
Pasamos a nuestros lugares en el pasillo para hacer la demostración del uso de los chalecos salvavidas y la señalización de las salidas de emergencia. Lo que nunca se me pasó por la cabeza es que dentro de poco iba otra vez a hacer la misma demostración con los pasajeros prestando mucha más atención.
Pasamos a nuestros puestos asignados. Yo estaba sentado atrás en un asiento doble con una hermosa compañera de trabajo. Nuestros pilotos llevaron el avión hasta la cabecera de la pista 9 derecha para despegar en dirección Este hacia el océano Atlántico para luego virar a la derecha hacia el sur Oeste.
Iniciamos la carrera de despegue. En mi puesto podía sentir el rugido de los tres motores 1 y 3 que se encontraban a cada lado y el motor 2 justo arriba de nuestra silla. Me fascinaba sentir la presión de la aceleración de este maravillosa máquina tomando pista para vencer la gravedad que nos ataba al planeta. La nariz subió y pude sentir como nosotros en la cola bajamos ligeramente mientras el avión rota y se transfiere todo el peso del avión a las alas.Eran las dos de la tarde aproximadamente cuando estábamos abordando los pasajeros. Ese dia se me hizo interesante que no llevábamos el cupo completo de 110 pasajeros como solían ser estos vuelos y estábamos con unos 60 pasajeros aproximadamente.
Después de abordar las comidas calientes y los pasajeros cerramos las puertas, fui a la cola del avión y accionando una palanca en la pared subí la escalera trasera de este Boeing 727-200 mientras que se escuchaba ese delicioso silbido de los motores iniciándose.
Pasamos a nuestros lugares en el pasillo para hacer la demostración del uso de los chalecos salvavidas y la señalización de las salidas de emergencia. Lo que nunca se me pasó por la cabeza es que dentro de poco iba otra vez a hacer la misma demostración con los pasajeros prestando mucha más atención.
Pasamos a nuestros puestos asignados. Yo estaba sentado atrás en un asiento doble con una hermosa compañera de trabajo. Nuestros pilotos llevaron el avión hasta la cabecera de la pista 9 derecha para despegar en dirección Este hacia el océano Atlántico para luego virar a la derecha hacia el sur Oeste.
Enseguida vino esa sensación en el estómago de presión hacia arriba justo en el momento en que nos liberábamos de la pista. Vino ese sonido del tren de aterrizaje acomodándose dentro del vientre del avión y luego las compuertas cerrándose dejando enseguida solo el sonido del viento y las turbinas trabajando casi al máximo para seguir subiendo.
De pronto escuché a un pasajero murmurar algo que veía desde su ventana y mi instinto de piloto enseguida supo que lo que estaba observando ese pasajero no era algo normal.
Continuará...