DE PATAGONIA CON AMOR (Continuación)
Jim recuperó la caída inclinando el aparato hacia la izquierda para evitar mucha carga de gravedad en las antiguas estructuras del aparato. Comenzó nuevamente su ascenso hasta los cuatro mil pies, inclinó la nariz hacia adelante y tomando velocidad máxima subió la nariz y creí que íbamos a continuar con el círculo pero Jim al llegar al punto mas alto invirtió el aparato convirtiendo la maniobra en un “Immelman”, una famosa acrobacia de persecución en la guerra. Desde esa altura se podían apreciar en la distancia las montañas y los cinco lagos del Paine que Solange tanto me había hablado y me prometió llevarme un día. Jim hizo cuanta acrobacia recordaba de sus tiempos en la RAF impresionándome con su pericia.
Hizo las inclinaciones a la izquierda y derecha y eso significaba que me tocaba a mí volar. Era el momento de “matar el chuncho”… ¡El avión era mío! Traté lo mejor posible de sacarle provecho a los cien caballos de fuerza del pequeño motor con todas las maniobras que sabía y me ayudó la fuerte sustentación que las dobles alas generaban para hacer acrobacias y cerrados virajes. Luego le entregué el control a Jim y descendió en dirección a Dos Laguitos sobrevolando los galpones y casas en corto tiempo.
Pasamos entre dos árboles, sentó el biplano en la suave hierba del campo detrás de la granja y carreteó por un corto trecho hasta detenernos nuevamente frente al galpón de donde habíamos salido. Apagó el motor y empezamos a conversar animadamente sobre esta maravillosa experiencia. Me dio un par de palmadas en la espalda y me dijo - Hey “Robertou” que placer es volar ¿No es así? No hay nada que se compare con convertirse en un “pájarou”. Yo salgo siempre que puedo a volar… es mi terapia favorita. ¡Las mujeres no me comprenden! He querido que Solange aprendiera a pilotear pero nunca tomó interés. Quise después tener un hijo varón pero mi esposa tuvo complicaciones después del nacimiento de Solange y no pudimos tener más hijos. –
Y mientras guardábamos el avión Jim me dice, - ¿Roberto, porqué no te quedas con nosotros aquí en Dos Laguitos y tal vez con el tiempo compramos otro avión y hacemos verdaderas persecuciones entre los dos estilo “dog fights”? – Con esto Jim había tocado mi cuerda más alta y me excitó bastante la idea y su proposición, pero diplomáticamente decliné la oferta argumentando que por ahora estaba el caso pendiente de mi accidente y tendría que regresar pronto a la realidad con los abogados de la Fuerza Aérea en la capital. Jim me dijo que lo pensara y que después del juicio podía volver y que él me ensañaría todo lo relacionado con las múltiples tareas de la granja para que trabajáramos juntos. – Roberto, yo se que mi hija está muy envuelta contigo, y creo que ella estaría muy feliz si volvieras a quedarte en Dos Laguitos. –
Me sentía muy agradecido pero con un nudo en la garganta en una encrucijada sin salida pues tenía otras metas en mi vida que quería explorar y me daba pena desilusionar a tan buen hombre. Entonces agregué - Ten paciencia conmigo capitán Jim, es imposible para mí pensar en nada definitivo por ahora con todo lo que ha sucedido.
Luego en la noche Jim me invitó a tomar un whiskey– Roberto, me he dado cuenta que te la llevas muy bien con Solange ¿Cómo te sientes con ella? – ¡Uff! que pregunta tan directa Jim. Ella es una joven muy atractiva y a mi se me doblan las rodillas por ella. Me ha invitado a conocer el área de las Torres del Paine. Me dice que es un sitio bellísimo. – Mi mujer y yo estamos muy contentos de ver a Solange como se divierte con tus chistes e historias. Esas montañas son muy preciosas. Vayan en el Rover pues el camino y el tiempo varían mucho. Lleven también la cámara pues hay manadas de guanacos y otros animales. – . – No sabes cuanto agradezco tu hospitalidad Jim. Tengo ahora muchas dudas sobre mi futuro y ni siquiera he querido llamar a mi padre. –. – Bueno, no solo piensa en tus problemas sino en lo que realmente quieres para tu futuro de acuerdo a tus cualidades.-
Después de un par de días nos preparamos con Solange para nuestra gran aventura a Torres del Paine.
Continuará...
1 comentario:
Muy interesante el relato de las experiencias de Roberto; qué no daría yo por poder repetir algunas de sus experiencias y sobrevolar las Torres del Paine algún día.
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