A Robson lo conocí en la compañía de limosina donde él trabajaba también como chofer en el año 2007. Un dia, mientras esperábamos en el aeropuerto por nuestros clientes con el pequeño letrero en mano, me dió por hablarle de mi pasión por el paracaidismo. Me sorprendió cuando me dijo que siempre se había soñado con saltar.
Por su acento descubrí que era de origen brasilero. Le compartí mis experiencias en este deporte y me dijo que lo ayudara a iniciarse pues no conocía gente que practicara este deporte que lo motivara. Tomamos nota de nuestros correos electrónicos y teléfonos. Lo invité un dia a que nos reuniéramos con mi amigo paracaidista Felipe Hurtado y comenzamos asi a rodearlo de la motivación y el ambiente para iniciar su curso.
Le sugerí que fuéramos a Orlando a un simulador de caida libre y al siguiente fin de semana ya estábamos de paseo en la tierra de Disney buscando el centro de paracaidismo simulado. Era un gigantesco túnel de viento donde después de colocarse un traje especial, casco y gafas para el viento entraba en una caída libre simulada.
Estudiante practicando la posición básica en caida libre dentro de un tunel de viento de paracaidismo. |
Hizo varias sesiones y salió de allá encantado y con muchas más ganas de saltar.
En cuestión de un mes ya estaba en la escuela de salto de Homstead haciendo su curso de preparación para su primer salto. Coordinamos para ir juntos varias veces a su primer salto pero el mal tiempo o problemas con el avión lo pospusieron.
Por fin llegó el dia y guardo de recuerdo algunas fotos. Me sentí muy orgulloso de haberle abierto las puertas a este amigo brasilero al maravilloso deporte de la caída libre.
Robson saliendo del avión sobre Homestead al sur de Miami en prácticas más avanzadas de este bello deporte. |
Robson volando su paracaidas a varios miles de pies. |
En aquellos dias él supo que yo estaba estudiando aviación y me confesó que su sueño profesional era ser piloto de helicóptero. Yo me sorprendí de saber que compartiamos tambien los mismos sueños en la aviación comercial pero con la variante que queria volar el ala rotatoria.
Una noche mientras esperábamos turno en la limosina en una estación de gasolina le expliqué todo lo que sabía sobre la teoría de vuelo del helicóptero. El estaba feliz escuchando a alguien que por fin le hablara de helicópteros. Pero también estaba un poco pesimista con un posible curso debido a que es muy costoso.
Lo motivé a que de todas formas se iniciara en la primera fase para así irlo haciendo por etapas. Esto le subió la moral y le di varias direcciones de escuelas para que fuera personalmente a averiguar sobre el proceso del curso para piloto comercial de helicóptero.
Un dia me llamó y me dió la sorpresa de que había contactado a un brasilero que estaba tomando un curso en una escuela de Pompano Beach al norte de Fort Lauderdale. Se encontraron en la escuela y quedó muy contento con lo que vio. Pidió un préstamo y afortunadamente logró financiamiento para la etapa inicial de piloto privado. Un dia me contó que antes de ir a la escuela todo coincidió para lograr su primer vuelo en un helicóptero. Aqui transcribo su interesante historia.
MI PRIMER VUELO EN HELICOPTERO
Aquel día tenía un trabajo de limosina a Key West. Era demasiado tarde para regresarme y preferí dormir en la limosina hasta el amanecer para asi manejar en mejores condiciones. Inicié mi regreso hacia Miami y aproximadamente a la mitad del camino me llamó la atención un helicóptero parqueado en un aeropuerto al lado izquierdo de la via.
Más adelante vi un aviso que decía “Helicopter Store” donde estaban los precios para los vuelos en helicóptero. Este era el aeropuerto de Cayo Marathon y pensé - !Waooo! !Esta es la oportunidad que estaba esperando para hacer mi primer vuelo! –
Había estado pensando que si quería ser piloto de helicópteros tenía que hacer un primer vuelo para saber lo que se siente. Como podría yo querer ser piloto si nunca había sentido lo que era volar en un aparato de estos? Este era el momento para probar esta sensación. Todo se dió en el momento perfecto. Hice la vuelta en U para devolverme hacia la entrada del aeropuerto.
Asi vi el helicóptero desde afuera del aeropuerto... |
Llegué a la oficina y busqué al piloto pero no estaba. Lo llamé por teléfono y esperé a que llegara. Cuando llegó me dijo que el helicóptero, un Robinson, tenía cuatro puestos y necesitaba tener dos o tres pasajeros para hacer el vuelo. Le expliqué que quería ser piloto, que quería hacer mi primer vuelo y que si era necesario pagaba el costo de otro pasajero. El piloto al fin aceptó y nos fuimos a preparar el helicóptero.
Revisó el aparato y me sentó al lado izquierdo. El piloto se sienta al lado derecho. Inició el motor, aceleró y cuando el aparato se desprendió del piso, en ese momento estaba ya seguro de lo que yo quería hacer. Era la sensación que estaba esperando tener. No sé… es indescriptible. Era como lo había imaginado.
Subimos sobre el área de Marathon y cuando hacía los virajes podía sentir la fuerza de gravedad hundiéndome en el asiento. Recordé una sensación similar en mi motocicleta. Durante el vuelo me explicaba el funcionamiento básico de los controles de vuelo, el radio, los instrumentos de vuelo y del motor. Solo me indicaba como funcionaban pero no me dejó tocar los mandos.
Vista en pleno vuelo sobre los cayos de la Florida. |
Mi primera foto en vuelo en un helicóptero. |
Ya cuando regresamos y aterrizamos me dejó mover un poco los controles para entender como funcionaban el cíclico y el colectivo. Después de sentir un poco los controles me invadió unas ganas inmensas de estar completamente al mando y maniobrar en vuelo el helicóptero.
A BUSCAR ESCUELA
Después de esta experiencia empecé a buscar varias escuelas pero no encontraba lo que quería pues muchas no tenían disponibilidad de helicóptero o se veían muy inestables. De pronto un dia, buscando por internet, encontré a un muchacho brasilero que estaba tomando su curso en una escuela en Pompano Beach. Lo contacté y me habló de la escuela.
Me dijo que me ayudaba a conseguir los libros, a estudiar y a guiarme en el proceso para empezar las clases. Y para mi sorpresa asi lo hizo. Busqué por intermedio de ellos financiamiento y logré que me aprobaran un préstamo para la primera parte que es la licencia de piloto privado. No pude empezar enseguida pues tenía mucho trabajo en la limosina por la alta temporada.
Cuando vino el verano tuve más tiempo para empezar. El primer mes estuve en curso de teoría de tierra y luego empecé a volar con el instructor. Ya llevo siete horas de vuelo y me a ido muy bien. El instructor dice que ya he logrado el nivel que otros pilotos logran en doce horas. Por ahora me estoy familiarizando con los controles de vuelo y estamos haciendo las maniobras básicas.
El instructor es un muchacho joven muy buena gente que es magnifico instructor. Siempre que despego el helicóptero pienso que he debido haber empezado a volar años atrás pero bueno…ya por fin lo estoy haciendo.
Robson Coelho
Aqui estoy en el hangar con mis juguetes preferidos... helicópteros! |
1 comentario:
Mi amigo Ezio comenta:
Hola Carlos:
Su historia de Coelho me ha gustado mucho ya que demuestra su poder de motivar a otros. Creo que con su entusiamo contagia a cualquiera. Como hubiera querido ser como Ud., Carlos. En serio, ahi tiene Ud. otro titulo, motivador personal. Conoci a Coelho ahi en Aventura limo y era un muchacho tranquilo y agradable en su trato, bien educado.
Ezio.
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