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domingo, 12 de diciembre de 2010

LA HISTORIA DE JUAN K (2a parte)


Entonces solicité lo siguiente: - Aproximación, consígame una pista lejos de aquí al menos con orientación 36-18 para aproximar!!! – No hubo respuesta.

Después, uno a uno los aeropuertos cercanos empezaron a cerrar por fuerte viento, nieve y wind shear (turbulencia severa). Debajo de mi los grandes aviones estaban quedándose sin combustible y comenzaron a partir hacia los aeropuertos alternos lejanos. Con cada avión que salía hacia el alterno, los controladores de aproximación nos descendía 1000 pies.

Cuando el sexto avión partió hacia su alterno quedamos bajo el techo de nubes y pude observar la torre de control sabiendo que una masa de aire con fuertes ráfagas estaba pasando por la torre y por mi avión. Solicité confirmar el viento a la torre y su respuesta fue:  – Una ráfaga de viento acaba de tumbar el anemómetro pero tenemos una cuadrilla arreglándolo en este momento.–

Las luces “NAC NOT FULL” se encendieron en el panel anunciador indicándome que los tanques de las nacellas no estaban ya llenos y eso significa que los tanques de las alas estaban vacíos y que en 40 minutos estaría en un planeador de aluminio con 19 pasajeros y un copiloto catatónico a mí lado.

Cerrándose mi cono de seguridad y ante tan precaria situación dije por la radio: – Control, solicito aproximar. - A lo que aproximación respondió: – Autorizado, comunique con la torre para instrucciones...  !Buena suerte!–

Le dije al copiloto: – Voy a hacer una aproximación con los flaps en approach, tren abajo, hélices adelante y usted me va a avisar si la velocidad se cae 20 nudos en cualquier momento o si la velocidad cae abruptamente por debajo de los 120 nudos indicados. – No hubo respuesta. Solo una cara mirándome con unos grandes ojos abiertos y una expresión de asombro.

Una vez autorizado a aterrizar comencé a trabajar en mi descenso aplicando potencia asimétrica y banqueo para contrarrestar las ráfagas de viento y la deriva en mi aproximación final, el avión y las hélices sonaban cuando las ráfagas de viento lo impactaban y me tocaba llevar los motores casi a la línea roja para segundos después tener que cortarlos al mínimo. Mr. Pratt and Mr.Whitney estarían orgullosos de sus indestructibles motores PT-6 y de cómo nos mantenían en la final a la pista.

Estando a 500 pies del terreno un piloto de un jet dijo por la radio: – ¿Que es lo que está haciendo ese avioncito? – Casi sin pensarlo presioné el botón de mi radio y dije: – !Este avioncito lo está haciendo realmente bien!!!

Ahí estábamos ahora cruzando el umbral y haciendo el aterrizaje más suave de mi vida con toda la potencia disponible en mi avión. No creo que el avión haya recorrido más de 2 veces el tamaño del mismo sobre la pista hasta quedar quietos. Entonces llamé por la radio y dije: –Torre, el viento ahora es de 320 grados, 60 nudos con ráfagas de 80 nudos!!– Y la torre me dijo: – Y usted como sabe eso? A lo que yo respondí, – Bueno, estoy en la cabecera de la pista 32 enfrentado al viento y eso es lo que indica mi velocímetro. –

Muy lentamente carreteamos hacia la plataforma de la compañía pues no quería quedar en ridículo dejando que el viento me sacara de la calle de rodaje. Mis rodillas, mis manos y todo mi cuerpo temblaban. Cuando comencé a oír por la radio que los jets solicitaban aproximar, esa noche se rompieron records a granel acerca de la distancia recorrida por los jets al aterrizar.

No alcancé a llegar a cama para la media noche, pero llegué.....Ah!.... y jamás volví a volar con ese copiloto.

Juan K

Beech 1900  (Foto Airliners.net)

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