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miércoles, 22 de diciembre de 2010

LAS HISTORIAS DE IVAN DUQUE (2a parte)

Continuación...
ESQUIVANDO LA TORMENTA

Pues en una ida a Cartagena con el capi Guerra tuve tremenda aventura. Una vez habíamos llegado a Cartagena, como él era de allá, se iba para su casa y me dejaba de tarea hacer varios crosscountry locales.

Uno de esos fue Cartagena a Valledupar luego a Barranquilla y regresar a Cartagena. Llegué a Valledupar sin problema, puse gasolina, almorcé y me puse a charlar con los costeños. Vi que por donde iba a volar había una tormenta. Les pedi un informe meteorológico y me dicen, - Pero chico, si tu vas aqui no más a Barranquilla. Esa tormenta no viene pa’ca, eso se demora mucho en llegar!–

Pues decidi salir y preciso más adelante antes de la Sierra Nevada de Santa Marta había tremenda tormenta. Decidí bajar para no meterme dentro de las nubes y como para ese entonces no había GPS ni nada parecido solo dependía de la señal del VOR y del ADF.

El problema es que a medida que avanzaba el techo de nubes bajaba y bajé a tal punto que perdí la señal. Tenía que volar con una mano y hacer cálculos con el plotter con la otra para mantener mi navegación. Yo no sé como hacíamos para volar en esa época. Sabía que la Sierra estaba a la izquierda y entonces le hacía a la derecha para alejarme.

Estuve perdido por un buen rato. Me adentraba en la tormenta y todo se puso bien oscuro. Veia rayos por todos lados. Apenas veía un claro en las nubes me subía rápido, aprovechaba para colocar el VOR, veía en que radial estaba, llamaba para reportarme, y me bajaba otra vez. Y decía, - !Uhy estoy muy a la izquierda y corregía por tres minutos a la derecha y volvia al rumbo que tenía. Y asi poco a poco logré salir al otro lado de la tormenta.

Pero mi susto no acababa ahí.  Despues escuché por la radio una conversación entre la torre de Barranquilla y un piloto de que otra tormenta estaba acercandose al aeropuerto. Y yo dije, - !No joda! Otra tormenta? Pues como sea voy a llegar antes de que ella llegue. - Pues ajusté la potencia al máximo y le reduje un poquito debajo de la línea roja para no sobrecalentarlo. Aproximé, aterricé y justo cuando salía de la pista para parquear la torre cerró el aeropuerto por la tormenta.




AVENTURAS EN ACES

Yo al principio quería entrar a Avianca como todo el mundo. Cuando pasaba por el frente de los hangares los veía como un bunquer inpenetrable ajeno a uno. Y pensaba, - Y ahora como consigo puesto? -

En la escuela había un instructor paisa que había estado en Avianca y uno de sus mejores amigos era el jefe de operaciones en Aces. Un dia me ofreció ayudarme a entrar a Aces por intermedio de su amigo. Pues su amigo era nada menos que el capitán Jaramillo, jubilado de Avianca quien un día hizo la famosa entrada de un Jumbo 747 al aeropuerto Olaya de Medellin. Me consiguió una entrevista con él, cogí una flota(bus) y me fui para Medellin.

Pues logré entrar al curso del Twin Otter y asi inicié mi carrera profesional. Luego volé de copiloto el Fairchild y el 727. Yo volaba en sitios de Antioquia que eran pura zona de guerrilla y paramilitares.

En Puerto Nare había una mina de oro que la cuidaban los paramilitares y un día cuando íbamos a salir de este pueblo, la despachadora nos dijo que había vendido por error un tiquete más y ninguno de los dos últimos pasajeros quería bajarse del vuelo. El capitán le dijo que ella tenía que resolver eso y que mientras tanto esperaban en la pequeña sala del aeropuerto.

Estos dos últimos pasajeros eran nada menos que al que llamaban “el dueño del pueblo” que era el que manejaba la mina de oro y su guardaespaldas. Pues se subieron de primero al avión y ninguno se quería bajar. La despachadora le dice a un niño que estaba de curioso en su bicicleta que llamara a la policía del aeropuerto. El niño se montó en la cicla y empezó a andar ,pero enseguida llegó un campero lleno de paramilitares que eran los que cuidaban al “dueño del pueblo”.

Pararon y le preguntaron al niño que para donde iba y como una caricatura el niño saltó de la cicla y dijo, - Yo? Para ningún lado. – Dejó la cicla y se fue caminando hacia el pueblo. Fue chistosísimo.

Por fin llegaron un par de policias con unas carabinas viejas y prácticamente le rogaban al señor para que les colaborara y se bajaran del avión. Al fin le dijo a uno de los guardaespaldas que se quedara para así ceder el cupo y poder salir.

Continuará...

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