Ivan Duque es un antiguo compañero de la escuela Aeroclub en Bogotá. Con él compartimos muchas aventuras en nuestros vuelos crosscountry. Luego de graduarnos nos volvimos a encontrar en la empresa ACES en Medellín. Allí el siguió de cerca mis triunfos y mis tropiezos en la empresa.
Para mi sorpresa muchos años después nos reencontramos en Florida (2010) gracias a que mis amigos de ACES me dieron su numero telefónico. A él le a ido bastante bien en Los Estados Unidos como copiloto en una empresa llamada Jet Blue. Por fin se animó a ser papa y cuando fuimos a visitarlo para conocer su primogénito pude grabarle sus historias. Y dicen asi:
NO QUIERO SER MEDICO
En mi casa desde pequeño, mi familia y en especial mi mama querían que fuera médico. Yo no tenía hermanos y mi primo hermano, que era como mi hermano, si estudió medicina y era como el ejemplo a seguir.
Yo viajaba mucho con mi padrino en todo tipo de aviones y ahí fue cuando empezó a llamarme la atención ver a los pilotos volando el avión. Me daba bastante curiosidad verlos en el aeropuerto y en los hoteles donde nos quedábamos.
Como a mis quince años cuando estaba todavía en el colegio mi madre me preguntó si ya había decidido estudiar medicina, y le respondí, - No mami…yo quiero ser piloto. - !Casi se muere!
Luego con el tiempo al verme decidido a estudiar aviación me dijo que lo mejor era que estudiara para ser piloto de helicóptero. No comprendía. Primero me había dicho que no fuera piloto y ahora que fuera piloto pero de helicóptero.
Ya me tenían escuela y todo pues mi padrino conocía ya al jefe de la escuela. Pero él tuvo problema para importar los helicópteros y no pudo al fin abrirla. Fue ahi que le dije a mi madre, - Bueno, Ahora si puedo estudiar aviación comercial para aviones? –
Pues un primo lejano al que apodábamos Murdock, que ya estaba estudiando aviación fue el que me llevó por primera vez a la escuela Aeroclub. Yo solo iba a conocer y me presentó con el capitán Pierre Potes. Le dijo que yo quería estudiar en el Aeroclub y !Que iba a empezar mañana! Le dije al primo que solo iba a conocer pero él me dice, - Dígale que usted ya va a empezar, dígale,dígale. – Y así fue como empecé.
CASI NOS DAMOS
Una de las aventuras en Aeroclub que recuerdo fue cuando regresábamos de un crosscountry de Ibagué. Me acuerdo que yo iba en un avión y usted venía en el otro con el capitán Gustavo Guerra.
Estábamos cerca de Bogotá y había muchas nubes. Aunque la visibilidad estaba mala Gustavo decidió entrar a la sabana a las patadas. Me dijo por el radio que lo siguiera lo más cerca posible al estilo escuadrón militar.
Empezamos a meternos por la parte cercana a Tabio y Tenjo llamada El Rosal por donde había mejor visibilidad. Cada diez o quince minutos teníamos que estar corrigiendo el compás pues variaba con respecto a la brújula. Halé un poco fuerte el botón del compás y este se descalibró aún más lo que me tomó como cinco segundos más para recalibrarlo.
Mientras tanto estaba dejando de ver hacia afuera y sin darme cuenta en vez de estar atrás de ustedes me había subido y quedé justo al lado de su avión. Enseguida pegué tremendo pedalazo, corté potencia y viré hacia la izquierda para separarme pero alcancé a ver como Gustavo me observaba por la ventana de su avión. Y dije, - !Ah, jueputa! Ahora me va a llamar a regañarme. – Y preciso me llamó, - !Hey Ivan! !No se pegue tanto y síganos! – Y luego seguimos para aterrizar en Guaymaral. !Casi nos damos!
Continuará...
Cessna 152 HK-2247-I del Aeroclub de Colombia (Foto de Pablo Andrés Ortega) |
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