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martes, 8 de febrero de 2011

LA HISTORIA DE ANDRES GOMEZ



A Andrés Gomez lo conocí un dia del año 86 en el aeropuerto El Dorado de Bogotá en uno de los restaurantes que tiene vista a la rampa desde el cual podíamos ver los aviones. Yo estaba con mi uniforme de la escuela de aviación almorzando con un piloto de un bimotor al que yo venía rogándole que me diera chance para volar con él de copiloto. Andrés al vernos hablando de aviación desde su mesa nos preguntó si éramos pilotos de alguna aerolínea y yo le contesté que yo estaba graduandome de mi escuela y quería aplicar en Avianca.

Hablamos un poco sobre sus proyectos, me contó que quería volar en Colombia y nos despedimos. A continuación voy a copiar la primera parte de mi historia " Aterrizaje en el Jose María" donde hablo de nuestro reencuentro en Avianca:

"Un día mientras que estaba practicando en los simuladores de la escuela de Avianca noté que un copiloto con su uniforme y su gorra de la empresa nos observaba atentamente. Pensé que era copiloto del B-727. El muchacho se acercó y me preguntó si yo era copiloto de Avianca. Le respondí que no, que estaba como copiloto aprendiz. Se trataba de Andrés Gomez con quien hice una amistad que ha durado toda la vida. Le recordé que nos habíamos conocido en el restaurante del aeropuerto unos meses atrás. Aunque él era colombiano había vivido la mayor parte de su vida en los Estados Unidos y se expresaba con la ingenuidad y el acento de un gringuito. Para este entonces él era copiloto del Twin Otter (turbohélice de 20 pasajeros) en la empresa Helicol que pertenecía también a Avianca.

 Me decía que se soñaba con poder estar como yo en curso para el B-727. Le di varias ideas para que entrara al siguiente curso. Lo motivé y logró con el tiempo conseguir entrar al siguiente curso. Pasó todos los exámenes y logró entrar como copiloto a la empresa. ¡Ahora puedo decir que logré “entrar” a alguien a Avianca!

El siempre me ha agradecido por mi ayuda pues fui su mentor en su sueño de subir al jet. Cuando estudiábamos juntos el B-727, yo aveces me demoraba en responder y Andrés pegaba un manotazo en la mesa gritando – ¡Noooo sabe! – Imitando a uno de los instructores. Era muy divertido...".

Después de que terminé mi curso en Avianca, estuve siguiendo de cerca el progreso de Andrés en la compañía y me llenó de una inmensa alegría saber que él si había pasado el curso y el simulador. Un dia fui al aeropuerto a verlo en vivo desde tierra como hacía sus despegues y aproximaciones en uno de los jets de Avianca sin pasajeros en su fase final de entrenamiento antes de entrar como copiloto.

Esto me llenó aún más de alegría. Luego me fui a Medellín para mi curso en Aces y nos vinimos a reencontrar después de casi veinte años en los Estados Unidos! Aquí les transcribo su historia que muy gentilmente nos compartió para este blog.


FASCINACION

Comenzó mi fascinación por los aviones a mis cinco años cuando mi papá me regaló uno de esos avioncitos de balso con hélice y cuerda de caucho. Yo vivía en Chicago y cuando regresaba a Colombia de vacaciones en el avión era embobado viendo las nubes, el ala y todo lo relacionado con el avión. Cuando me dejaban me iba a visitar a los pilotos en la cabina.

Mi papá en vista que me gustaban tanto esos aviones de balso, un día me llevó a ver aviones de radio control (r/c). Algunos eran más grandes que yo y no podía creer que volaban, que fueran tan rápidos y que hasta se les metían las ruedas! Fue ahí cuando la aviación se volvió mi obsesión. Cuando cumplí trece años compré mi primer avión r/c y disfruté de ese hobby por unos seis años aprendiendo mucho de como vuelan los aviones.

Llegué a ser instructor en nuestro club de aeromodelismo en Chicago. Hice muchos amigos, uno de ellos fue mi primer mentor en la aviación, se llamaba Dave Schatz, el volaba un Lear Jet 35 para la compañía Motorola y me dio mi primera lección de vuelo en un avión de instrucción.

Sabiendo mi fascinación por los aviones, un día me llevó a los hangares y me mostró el Lear Jet... !!WOW!! Ahí si que quedó sellado mi destino y mi futuro en la aviación. Algún día tenía que volar un Jet.
A mis dieciocho años me gradué de bachillerato e ingresé a Lewis University cerca de Chicago, donde tomé el curso de mecánico de aviación (A&P Mechanic). Quería tener esta licencia para obtener mejor conocimiento de los aviones, motores y sus componentes además de que sería un respaldo por si algún día perdía la licencia médica de piloto y no pudiese volar.

Tan pronto me gradué, comencé a tomar clases de vuelo en el aeropuerto Midway al sur de Chicago y ahí saqué todas mis licencias. Poco a poco fui dejando el hobby de r/c pues ya no podía costear ambas cosas al mismo tiempo.

Al poco tiempo conseguí trabajo en un aeropuerto pequeño atendiendo aviones pequeños y ejecutivos; me fascinaba estar al rededor de tanto avión tan bello y no hacía sino soñar.

En ese aeropuerto llamado Pal-Waukee era donde estaban los aviones de Motorola que volaba mi amigo Dave. Siempre nos manteníamos en contacto y como dije fue mi mentor y mi inspiración pero desafortunadamente unos años después murió de cáncer. Nunca lo olvidaré.

En 1987 se me presentó la oportunidad de comenzar mi carrera de aviación profesional pues mi tío Gabriel que era el director de mantenimiento en Helicol me contó que iban a necesitar tres copilotos nuevos para el Twin-Otter pues estaban por traer el Grumman G1 y el escalafón se iba a mover.

Me fui de vacaciones un mes a Colombia a visitar la familia y de paso vi a mi tío y me dio instrucciones para entrevistarme con el director de operaciones y regresé a Chicago al poco tiempo. Dos semanas después el director de operaciones me ofreció puesto como copiloto. Después de vacilar un poco y con el apoyo de mis papas, acepté y de repente me fui del todo a Colombia dejando el nido solo. (Soy hijo único).

En ese momento comencé mi carrera profesional. Después de dos meses de tramitología y burocracia, saqué mi licencia de piloto colombiana y pude por primera vez en mi vida ponerme un uniforme de piloto.

Llevaba volando el Twin Otter con Helicol un año y medio y estaba contento pero tenía aún mas grandes anhelos. Me interesé junto con otros compañeros de Helicol por pasarme a Avianca y estando en esas averiguaciones y curiosidades me reencontré con Carlos Dario que ya estaba en curso para copiloto de Avianca y nos hicimos amigos después de recordar como nos habíamos conocido un año antes de chiripa en el aeropuerto El Dorado. Yo le ayudé a estudiar el B-727 y de paso me lo aprendí yo.

Al fin tuve el chance de presentar los exámenes de preselección y los pasé gracias a la ayuda de Carlos Dario pues me facilitó unos manuales de estudio para Avianca.

Hicimos quince el curso en Avianca de los cuales pasamos trece y yo saqué el segundo puesto. Firmé contrato en Febrero de 1989. Pasé mi chequeo de rutas y me trasladaron a base Cali donde viví dos años.
!Que rumba!


Con mi tio Gabriel.


Conversando con el ingeniero. Aqui estamos nivelados a 350
(35000 pies de altitud) en un vuelo entre Bogotá y Quito.


Después, eventualmente, me fui a base Bogotá donde seguí de copiloto de 727 hasta que pasé al 757/767 por un año largo. Luego ascendí a Capitán de Fokker-50 y volé ese avión tres años y medio y luego pasé a Capitán de MD-83.

Sin embargo en ese año de transición del F-50 al MD-83 (1998), comencé a ver oportunidades en USA; había mandado hojas de vida y solicitudes a varias aerolíneas americanas entre ellas American Airlines y en Diciembre de 1998 ellos me llamaron para una entrevista en Enero del 99 justo en los días que me iba a casar. No podía pasar esta oportunidad y acepté. Nos casamos un sábado y tuve la entrevista el siguiente miércoles.

El crucero de luna de miel lo aplazamos un mes y después de pasar la entrevista y examen médico me ofrecieron puesto en American Airlines! Me asignaron curso para el primero de Marzo del 99. Justo la semana anterior pudimos finalmente hacer el crucero de luna de miel. Después pasé directamente al curso de inducción de la compañía.


Imposición de las alas de American Airlines por el jefe
 de pilotos cuando me gradué de copiloto de la empresa.
Entré de copiloto de Fokker-100 con base Chicago y al pasar el período de prueba me pasé a copiloto del 767. Estando en esas ocurrió el ataque del 9/11 y eventualmente me desplazaron a copiloto de MD-80 y base Dallas. No quería  hacer “commute” (traslados diarios) y decidimos con mi mujer trastearnos de Chicago a Dallas y aquí llevamos algo más de siete años.

En la actualidad (2010) estoy volando de copiloto del 737-800. No he podido ascender a capitán por el estancamiento en el escalafón debido a la difícil situación en American Airlines y en general en el país, pero tengo puesto, !Bendito sea Dios!


ANECDOTAS

Unas anécdotas que tengo de Avianca fue la vez que pillé a un comandante que llegó a volar hincho (borracho) y con tufo y se iba a llevar un 727-200 lleno de pasajeros a Pereira!

Logré pegar el grito y a través de un compañero de él, lo bajaron del avión y se “incapacitó”.!Que susto pero que alivio!

Otra vez fue cuando en el F-50 íbamos a despegar de Popayán y se nos vino una manada de perros a “atacar” el avión. !Que risa! Al tercer intento los perros se aburrieron y por fin pudimos despegar.

Otra fue cuando llevamos al candidato presidencial Pizarro de Barranquilla a Bogotá un Lunes; que susto pues el narcoterrorismo estaba al rojo vivo en esa época con lo de Pablo Escobar y el jueves de esa misma semana lo mataron en un avión de Avianca que iba de Bogotá a Barranquilla.

En otra ocasión tuve el honor de llevar algunas candidatas del Reinado Nacional de Belleza de Bogotá a Manizales en el F-50.

Andrés Gomez

En esta foto estoy con el avión nuevo que fuimos a recoger apenas
salió de certificación en Seattle, un 737-800 recién salido "de paquete".


Aqui con Carlos Dario y su esposa Luz Dary (2010)
cuando los invité a cenar en Miami en uno de mis Layovers.

!Reencuentro de dos gomosos de la aviación!

2 comentarios:

Lumediana dijo...

Indudablemente Andres has tenido una vida rosa, que buen relato y que divertidas anecdotas!

DAVID dijo...

maravilloso relato ¡¡