Un día del 99 me escribió Edgar de Colombia para decirme que una amiga con su esposo y su hijo iban de viaje a Miami y querían un vuelo de Aeropaseos. Recibí luego la llamada de ellos y coordinamos el encuentro un día por la tarde. Muy contento por este nuevo vuelo, me puse mi uniforme y preparé todo para otra aventura más.
Llamaron buscando mi dirección y salí para recibirlos. Cuando llegaron, mi amigo al verme con mi uniforme se sorprendió y me dijo. – ¡Waooo! ¡No sabía que nos iba a recibir así con uniforme y todo! – Y le respondí – ¡Para que vea lo especial que es Aeropaseos! – Les pregunté si podía llevar a mi hijo Fernando pues había un espacio disponible ya que su esposa podría llevar a su hijo cargado en sus piernas. – ¡Claro que si! – Me dijo.
Salimos al aeropuerto y en el camino me dijo que él era muy apasionado a la aviación y que volaba bastante el simulador en el computador de su casa.
Simulador de vuelo personal con tres pantallas. |
Le pregunté varios detalles sobre el vuelo y me di cuenta que sabía bastante sobre la teoría y la técnica de como volar un avión pequeño. Y le dije – Bueno, como usted ya tiene bastante práctica en el simulador le ofrezco que sea usted el que tome los mandos del avión hoy y yo le ayudo con los detalles. – Me miró con una expresión de que no podía creerlo. – ¿ Me va a dejar volar el avión?...!Pero yo nunca he volado uno real! – . – Tranquilo, yo le ayudo. – , le dije.
Llegamos al aeropuerto y cuando caminábamos por la rampa mi hijo, en sus ocho, salio corriendo con el hijo de mis amigos de solo dos años y este se tropezó golpeándose su carita con el pavimento. Afortunadamente solo se rasguñó pero se levantó con cara de que iba a llorar . Su madre graciosamente se quedó mirando el pavimento y dijo – !Que va! , si no rayó el piso y no hay sangre es que no le pasó nada así que no llore. – Y de inmediato contuvo el llanto. Su esposo y yo no pudimos contener la risa, aunque su hijo estaba de mal humor.
Llegamos al avión y me gustaba ver como él estaba repasando los instrumentos de vuelo y comparando con lo que tenía en su programa de simulador. Lo integré a todo el proceso de revisión del avión. Luego de que acomodamos a su mujer y a los dos niños en el asiento de atrás iniciamos la lista de chequeo para encender el motor.
Debido a que no estaba disponible el camión de gasolina llevamos el avión hasta otra rampa donde tenían el servicio de abastecimiento. Nos bajamos todos y mientras yo colocaba la gasolina en los tanques del avión mi amigo iba leyendo los galones que iba mostrando la maquina dispensadora.
Luego volvimos a subirnos y repetimos la lista para encender el motor. Aunque sentía cierto temor decidí darle a él el control de los pedales para que pudiera carretear el avión hasta la cabecera de la pista. Poco a poco el iba aprendiendo y cogiendo más confianza. Emocionado me hablaba de los vuelos que hacia en su simulador.
Le dije que él mismo lo iba a despegar y que yo le ayudaba. Me miró de nuevo y me dijo – ¿Esta seguro? – Y le respondí afirmativamente. El sonriendo puso cara de concentración y le dije. – Tranquilo, simplemente hágalo igual a como lo hace en su simulador. Así lo hizo mientras yo le corregía.
Cuando ya teníamos la velocidad de vuelo en la pista le dije que halara ligeramente la cabrilla y así despegamos del pavimento. Su mujer atrás decía burlándose. –¡Oiga! ¡Acuérdese que lleva a su familia aquí atrás! ¡Esto no es el simulador!– Los dos nos miramos y nos reímos.
Mientras que él volaba con la cabrilla yo le ayudaba con la potencia. Más adelante dejaba que él también se encargara del acelerador. Le di los rumbos hacia el sur para que llevara el avión hasta el cayo de Key Biscayne.
El día estaba espectacular y atrás su esposa y los niños estaban hipnotizados mirando el paisaje de edificios rodeados de bahías y playas. Llegamos a Key Biscayne y bajamos un poco más para apreciar sus hermosas playas. Pudimos ver varios tiburones de arena y varios veleros navegando cerca de sus playas.
Su mujer ya más calmada empezó con los niños a señalar y a comentar todo lo que les llamaba la atención. Luego le di otro rumbo para regresar y así él llevo el avión bajo su control hasta el aeropuerto. Ya para aterrizar tomé el control pero le dije que mantuviera sus manos en la cabrilla para que sintiera lo que era aterrizar un avión real.
Después de un suave aterrizaje fuimos a la rampa dejando que él controlara los pedales y el acelerador. Nos bajamos y su esposa de nuevo haciendo chiste toca el suelo con sus manos y dice – ¡Alabado sea el Señor! !Llegamos sanos y salvos a pesar de que mi marido voló el avión! –
Y nos reíamos una vez más. Me dejaron con mi hijo en mi apartamento y unos dolarcitos extras que me quisieron dar de propina. Me quité el uniforme y me puse mi ropa casual y llevé a mi hijo a un parque para acabar de disfrutar del día con él.
Mientras jugaba con él venían a mi memoria escenas de aquel maravilloso día de vuelo con mi amigo a quien recuerdo como “el piloto de simulador”.
Llegamos al aeropuerto y cuando caminábamos por la rampa mi hijo, en sus ocho, salio corriendo con el hijo de mis amigos de solo dos años y este se tropezó golpeándose su carita con el pavimento. Afortunadamente solo se rasguñó pero se levantó con cara de que iba a llorar . Su madre graciosamente se quedó mirando el pavimento y dijo – !Que va! , si no rayó el piso y no hay sangre es que no le pasó nada así que no llore. – Y de inmediato contuvo el llanto. Su esposo y yo no pudimos contener la risa, aunque su hijo estaba de mal humor.
Llegamos al avión y me gustaba ver como él estaba repasando los instrumentos de vuelo y comparando con lo que tenía en su programa de simulador. Lo integré a todo el proceso de revisión del avión. Luego de que acomodamos a su mujer y a los dos niños en el asiento de atrás iniciamos la lista de chequeo para encender el motor.
Debido a que no estaba disponible el camión de gasolina llevamos el avión hasta otra rampa donde tenían el servicio de abastecimiento. Nos bajamos todos y mientras yo colocaba la gasolina en los tanques del avión mi amigo iba leyendo los galones que iba mostrando la maquina dispensadora.
Luego volvimos a subirnos y repetimos la lista para encender el motor. Aunque sentía cierto temor decidí darle a él el control de los pedales para que pudiera carretear el avión hasta la cabecera de la pista. Poco a poco el iba aprendiendo y cogiendo más confianza. Emocionado me hablaba de los vuelos que hacia en su simulador.
Le dije que él mismo lo iba a despegar y que yo le ayudaba. Me miró de nuevo y me dijo – ¿Esta seguro? – Y le respondí afirmativamente. El sonriendo puso cara de concentración y le dije. – Tranquilo, simplemente hágalo igual a como lo hace en su simulador. Así lo hizo mientras yo le corregía.
Cuando ya teníamos la velocidad de vuelo en la pista le dije que halara ligeramente la cabrilla y así despegamos del pavimento. Su mujer atrás decía burlándose. –¡Oiga! ¡Acuérdese que lleva a su familia aquí atrás! ¡Esto no es el simulador!– Los dos nos miramos y nos reímos.
Mientras que él volaba con la cabrilla yo le ayudaba con la potencia. Más adelante dejaba que él también se encargara del acelerador. Le di los rumbos hacia el sur para que llevara el avión hasta el cayo de Key Biscayne.
El día estaba espectacular y atrás su esposa y los niños estaban hipnotizados mirando el paisaje de edificios rodeados de bahías y playas. Llegamos a Key Biscayne y bajamos un poco más para apreciar sus hermosas playas. Pudimos ver varios tiburones de arena y varios veleros navegando cerca de sus playas.
Su mujer ya más calmada empezó con los niños a señalar y a comentar todo lo que les llamaba la atención. Luego le di otro rumbo para regresar y así él llevo el avión bajo su control hasta el aeropuerto. Ya para aterrizar tomé el control pero le dije que mantuviera sus manos en la cabrilla para que sintiera lo que era aterrizar un avión real.
Después de un suave aterrizaje fuimos a la rampa dejando que él controlara los pedales y el acelerador. Nos bajamos y su esposa de nuevo haciendo chiste toca el suelo con sus manos y dice – ¡Alabado sea el Señor! !Llegamos sanos y salvos a pesar de que mi marido voló el avión! –
Y nos reíamos una vez más. Me dejaron con mi hijo en mi apartamento y unos dolarcitos extras que me quisieron dar de propina. Me quité el uniforme y me puse mi ropa casual y llevé a mi hijo a un parque para acabar de disfrutar del día con él.
Mientras jugaba con él venían a mi memoria escenas de aquel maravilloso día de vuelo con mi amigo a quien recuerdo como “el piloto de simulador”.
Imagen virtual del panel de instrumentos en pleno vuelo en el simulador personal. |
5 comentarios:
Un amigo que mantendre anónimo y que pronto tendra sus maravillosas historias en este blog comento:Hola Carlos:
Soy su lector mas aficionado a sus historias del aire. Me gusto muchisimo su actitud con el piloto de simulador. Yo siempre tengo cuentos parecidos a los suyos. Es todo esa jodedera de vuelos y nada mas.
Antes de entrar a la Escuela de Aviacion en Chile yo habia volado el largo de Chile muchisimas veces en toda clase de aviones de la Fuerza Aerea de Chile ya que mi viejo, oficial de esa institucion, me enviaba a pasar los veranos, cuando terminaban las clases del colegio, con mi madre a mas de dos mil kilometros al norte del Estrecho de Magallanes, donde recidiamos con mi padre.
Muchas veces en esos vuelos de 12 a 15 horas los pilotos me dejaban los controles por un rato. Eso era el maximo de felicidad que podia tener. Creame, lo hice en DC3s, Beechcrafts B18, T6s, B26s de esos negros en que toda la nariz del avion era de plexi, con metralladoras, Catalinas PBY5 que amarizabamos al norte de Valparaiso en una ensenada bastante calma. Eran pilotos muy buenas personas y grandes amigos de mi padre, el meteorologo que le daba muy bien planeadas cartas de tiempo a lo largo de Chile.
Pase ochos anos iendo y viniendo de sur a norte y viceversa. Lindos recuerdos, y fui creciendo con esos viajes desde los 12 a los 19, cuando ingrese a ser piloto militar. Mi instructor de vuelo se asombro como avance en el curso y en 12 horas de instruccion vole solo. Que otra cosa podia hacer con mi vida? Volar! Pero un accidente me hizo leer las escrituras en la pared...
Abrazo Carlos, ojala hubiera podido tener un hermano mayor como Ud.
Estimado Carlos. Esta narracion de tu amigo el piloto de simulador es valiosisima para muchos que de una u otra manera sueñan con ser pilotos alguna vez. Esta comprobado que quienes usan el simulador que instalan en su propia computadora adquieren la destreza de entender lo que significa volar por referncia a los instrumentos . Lo que le paso a su amigo que en corto tiempo soleo fue por la gran oportuinidad unica diria yo que tuvo de que algunas veces le dieran el control de los aviones en que volaba y logicamente a lo acostumbrado que ya estaba de estar entre ls nubes....pero, y por eso lo menciono al comienzo lo valioso de esta narracion, es que si alguno que lee esto y piensa que el simulador que se instalan en las computadoras simplemente hablando de lo mas basico sin invertir mas que en la instalacion del progrma y un yoistick, llegara a pensar que solo es un juego o que simplemente no puede ser tan util, opino que en la actualidad quien realmente tiene el exito asegurado es quien usa el simulador de su casa con todo lo que este te pueda ofrecer. Y por eso no es de sorprenderse que pilotos que recien estan alcanzando la mayoria de edad pero que en su casa se amanecen volando en sus simuladores, se los vea ahora y cada vez con mas frecuencia formando parte de tripulaciones de aviones jet de pasjeros tan grandes que antiguamente uno estaba acostumbrado a ver solo a pilotos mayores de cabello blanco o algunos hasta sin nada de cabellera.
Carlos, soy otro piloto de simulador con ansias de ser pilot de verdad. En el simulador he visto una salida a lo dificil de serlo. En mi caso uso FS9, muy bueno y aunque no tengo computador porque me es muy caro, he contagiado a todos mis amigos instalando el FS9 en sus PC, asi es como vuelo dos horas por aqui, dos por alla, estudio par de horas mas, a eso le sumo las veces que subo a u avion por trabajo y puedo estar en la cabina, realmente el simulador ayuda mucho y se ve cuando un ¨novato¨ solea a las pocas horas de vuelo real, pero cuantas de simulador?, asi que crean un poco mas en los simuladores que para aquellos que la aviacion nos queda mas distante es la forma mas segura de acercarla..
Gracias amigos por sus comentarios. Indudablemente el mundo de entrenamiento virtual por computador esta cada dia más avanzado y llegara el dia que los alumnos hagan la mayoria del entrenamiento o todo en los simuladores...por lo menos en la aviación general pues en la de aerolinea la tecnologia pronto logrará que los aviones vuelen completamente solos. Pero mientras que las computadoras se adueñan del vuelo real tambien nos deja volar manual nuestros aviones imaginarios en el bello mundo del vuelo virtual.
Estimado compañero de tantas aventuras de vuelo. He disfrutado al leer no solo las memorias del piloto de simulador, sino también los comentarios muy interesantes.
No dudo que en el mundo existan probablemente más pilotos virtuales de PC que reales y ahora con mayor razón a raíz del forzoso encierro por causa de la pandemia del Covid19.
Desde que Microsoft puso al alcance el sueño de muchos, el Flight Simulator no solo se ha convertido en un pasatiempo sino más bien en la herramienta más valiosa para prepararse cuando te encuentras estudiando para ser piloto y aún más valioso cuando ya lograste ingresar a trabajar en alguna línea aérea ya que te permite familiarizarte y prepárate anticipadamente a los nuevos destinos que te toque volar.
No debemos subestimar a los que solo vuelan simulador en su PC ya que muchos comenzaron así y luego terminan siendo los pilotos que te llevan de manera segura en alguno de los viajes en la que seas pasajero.
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