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viernes, 17 de septiembre de 2010

VUELO DE DESPEDIDA

Esos días al final de mi pequeña carrera en la aerolínea ACES (Aerolíneas Centrales de Colombia 1989) fueron de mucha, reflexión y resignación, pero no sentía la misma tristeza como cuando me habían echado de Avianca.

Creo que empezaba a aprender las realidades del mundo de las aerolíneas en Colombia y esto me volvía mas fuerte. Sentía que había hecho lo que para mi era correcto aunque el costo había sido muy alto. Pero sentía que debía seguir mi camino en la aviación.

Al ver que habían pocas oportunidades para mi en Colombia, la idea de emigrar empezó a tomar más fuerza y empecé a planear como viajar a Los Ángeles donde tenía a mi madre y a mi tío como base para empezar una nueva vida.

Fui a la oficina a entregar mis alas de ACES y cuando las dejé sentí que me arrancaba algo de mi y lo dejaba allí en ese escritorio.

La secretaria simplemente me agradeció y dijo que lo sentía y me deseaba buena suerte. Parecía que en cierta forma ya tenía esa frase armada para los que la compañía despedía.

Se me ocurrió preguntarle si podría conseguir con la compañía un tiquete gratis para poder regresar a Bogotá. Me dijo que tenía que ser autorizado por el capitán encargado.

Empaqué mis cosas y fui a la oficina ya con mi maleta y sucedió algo interesante. Quien me iba a autorizar el tiquete era el capitán Mauricio Londoño, el mismo que me había hecho mi chequeo a Capurganá.

Me saludó y me dijo – Claro que si Madrigal, con mucho gusto le damos el tiquete de regreso, es lo menos que aquí le deben dar. – Enseguida, alzando la voz dirigiéndose al jefe de chequeadores que estaba en otra oficina al lado dijo – !Aquí mando ya para Bogotá a Madrigal para que así quede el puesto libre para los que ustedes quieren meter! –

Pude ver de más cerca las tensiones y batallas que ya había entre ellos y el capitán dejaba ver claramente su disgusto por no haberse tomado en cuenta el chequeo que él me había hecho que para él yo lo había pasado.

Y me dijo – Mire Madrigal allí esta un Fairchild que va para Bogotá, voy a llamar por el radio para que lo esperen…suerte y siento mucho lo que sucedió… ya usted sabe como es esta vaina aquí. –

Le agradecí por su buen trato y bajé a la rampa para tomar el vuelo. Ya habían quitado la escalera de pasajeros y la volvieron a colocar. La auxiliar me conocía y me saludó pensando que iba de vacaciones a Bogotá pero se entristeció cuando le conté que me habían despedido.


Fairchild 227 de ACES. Foto cortesía de Aviacol.net .

 Una vez llegué a Bogotá caminé hacia uno de los Twin Otters basados en Bogotá. Esperé al copiloto y le pedí el favor de que me tomara una foto de recuerdo en la cabina del Twin.

Esta es la foto donde aparezco en la cabina. Era en ese momento un gomoso de la aviación triste por la despedida pero contento de estar una vez más en la cabina de este bello avión con el que pasé experiencias muy bellas e increíbles.

Gracias ACES por darme la oportunidad de haber vivido este mundo de la aviación que no conocía.
Gracias Dios mio por este gran regalo de vida!

En la cabina del Twin Otter de ACES en Bogotá.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El día de hoy me he dedicado a leer todas las historias de este blog el cual alguna vez leí antes; en todas de encuentran un enorme sentido de ver el lado positivo a la vida, pero sin dudas esta es muy triste

Anónimo dijo...

Admiro la fuerza interior que tienes, para tener una sonrisa después de todo lo que pasó.

Saludos de un piloto en Barranquilla.

Unknown dijo...

A veces el talento no es suficiente y hace falta saber besar el trasero adecuado en el momento indicado.....pero no importa Carlitos, mejor ser libre que lamecu..... jejeje, un abrazo!