Era uno de los vuelos de mi planeador de radio “Guácharo” (el de mi historia “El día que me atacó un halcón ”) a inicio de los 80 en vuelo mantenido sin motor en la montaña de Chía al norte de Bogotá.
Ya tenía bastante experiencia volándolo y estaba listo para divertirme con algo de acrobacia. Se me vino a la mente hacer un “spin” o vuelta en caída en espiral. Tenía la teoría pero nunca lo había llevado a la práctica. Como había buen viento era fácil recuperar altura.
Me preparé y cuando estaba un poco más alto decidí hacer unos tres spins para probar. Me entraron los nervios de que algo saliera mal y reventara las alas del Guácharo por exceso de sustentación al nivelarlo. Le induje una pérdida y le puse todo el control hacia abajo y hacia un lado. Esto automáticamente lo puso en un rápido spin y del susto coloqué los controles en neutro y lo nivelé.
Lo hice varias veces hasta lograr cinco spins. Decidí subir hasta donde más pudiera para así batir mi propio record. Inicié la maniobra y puse especial atención en contar los spins a medida que caía. Parecía un avión abatido en la guerra cayendo en espiral hacia un trágico final. Cuando ya mi estómago no pudo más al ver el avión tan cerca de la montaña decidí nivelarlo rápidamente …. ¡Dieciocho spins!
Dibujo de mi historia "El dia que me atacó un halcón" volando el Guácharo. |
1 comentario:
Hasta yo senti el vacio, excelente descripcion!
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