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viernes, 1 de octubre de 2010

SOBRECARGADOS


En las clases del college en Long Beach (1990) conocí a un piloto llamado Manuel.
Era un muchacho mejicano de Guadalajara. Estaba estudiando también aviación y se me hizo muy interesante su historia pues al igual que yo trabajaba fuerte para ayudarse.

 Trabajaba un poco mas al norte del aeropuerto internacional de Los Ángeles como jefe de personal en un lava carros. Recuerdo que varias veces fuimos a “hacer carros” a clientes en sus casas. Lo lavábamos y luego le hacíamos el “detalle”.

Detrás de su gruesas gafas se escondía un buen “gomoso” de la aviación y así yo disfrutaba tener un amigo con quien compartir todo lo que sabíamos sobre aviones. El ya tenía su licencia de piloto privado y un buen día después de haber programado varias veces volar juntos por fin me invitó a rentar un avión Cessna 172 en la escuela de un aeropuerto local al norte de Los Ángeles.

Me dijo que si quería invitara a un par de amigos de mi trabajo. Invité a Sarah, una gringuita un poco pesadita… en cuanto a peso y en cuanto a personalidad también, je,je. Invité también a Rex, mi buen amigo de Belize en centro américa, un moreno alto y acuerpado de acento medio británico con quien la llevábamos muy bien en nuestro trabajo en Korean.

Manuel nos recogió en la bodega de Korean. Estaban contentos de que los había invitado aunque Sarah estaba un poco nerviosa y por el camino me decía, – Carlos… es en serio que nos vamos a montar a un avión?… Usted y su amigo saben volarlo? Con Manuel apenas nos reíamos. – Esta pinche gorda esta asustada y se nos va a tirar del avión hueyyy!–  decía Manuel.

Llegamos al aeropuerto y nos veían extraño pues estábamos todavía con el uniforme medio sucio de agentes de carga. Nos mirábamos entre nosotros y nos reíamos. Manuel me dijo que tenía que sacar un poco de gasolina para equilibrar el peso con los dos pasajeros. El error que cometimos fue que no pensábamos que ellos pesaban más de lo que calculamos. Los subimos al avión, hicimos el recorrido alrededor del avión revisando todo.

Me gustaba ver a Manuel dominando ya las diferentes fases antes del vuelo. – !Buena esa Manuel! Ya veo que estas dominando! - Le decia. –
Iniciamos el motor, pedimos autorización y nos dieron una pista diferente a la que pensábamos íbamos a utilizar. – Cambiaron la pista por el viento. – me dijo Manuel. El viento estaba cambiando pero todavía estaba variable y esto nos iba a dar tremenda desagradable sorpresa.

Llegamos a la cabecera, nos autorizaron a despegar y Manuel colocó toda la potencia. Sarah atrás alcanzó a gritar diciendo, – Oh mi Dios!…Si era en serio que íbamos a volar! – y Rex le dijo, – Sarah…callate. –
Y les dije, – !Ahora si vamos a volar amigos! – Llegamos a la velocidad de despegue, Manuel haló ligeramente la cabrilla para despegar, el avión subió la nariz...pero vaya sorpresa… !No despegaba! Las ruedas del tren principal seguían bien tranquilas rodando sobre el pavimento. Enseguida Manuel volteó su cara hacia mi y me dijo – Carlos…no despega. – Yo con una expresión de mucha tranquilidad le dije – Tranquilo, déjelo correr más que el despega. –

No me daba cuenta del super error que estaba cometiendo. Manuel bajó la nariz, lo dejó correr un poco más y parece que nuestros dos ángeles de la guarda combinados hicieron que nuestro viento variable se pusiera ligeramente a nuestro favor.
Manuel haló de nuevo la cabrilla y esta vez despegamos suavemente. Sonó la alarma de perdida, y Manuel reaccionó bajando la nariz. El avión se fue recuperando y fuimos subiendo lentamente. – Creo que vamos como pesados. – Me dijo.

A Partir de ese momento empecé a darme cuenta de lo cerca que estuvimos de un posible accidente durante el despegue.
Pedimos autorización para volar sobre el centro de Los Ángeles y a medida que se desvanecía la luz del día las luces de la ciudad cobraban vida y se abría ante nosotros la espectacular vista nocturna de miles de luces de la gran ciudad.

No olvido que volamos alrededor de un edificio que tenía luces de neón azules en su parte superior. Simplemente bello.
Sarah dijo, – Waooo, nunca me imaginé que iba a pasar volando sobre el “down town”… Que lindo. – Rex se mantenía callado concentrado mirando hacia las calles de la ciudad. Manuel anunció – Bueno, ahora vamos a pasar sobre el aeropuerto internacional para continuar hacia al área de Long Beach que les tengo una sorpresa–. Yo le pregunté – Pero tiene que pedir autorización? – Y me dijo – Solo tengo que llamar que voy a pasar por el corredor visual hacia al sur y eso es todo. –

Viramos y pasamos sobre LAX (Los Ángeles international airport). Fue todo un espectáculo sentirnos sobre aquellos inmensos aviones y esas largas pistas de este aeropuerto. Enseguida Sarah emocionada sacudiendo el asiento de Manuel gritó – !Ya vi la bodega de Korean donde trabajamos! – , – !Esta pinche gorda esta loca! – decia Manuel.

 Bajó un poco el ala derecha y asi pudimos ver mejor la bodega y la rampa con uno de los Jumbos parqueado. Se veía mucho mas grande de lo que me imaginaba. Continuamos volando hacia el sureste y después de unos minutos Manuel me dice señalando al frente – Adivine que es eso al frente. – Miré hacia adelante y le dije, – Waooo, ese es el famoso barco de pasajeros!…Como es que se llama! – Y me dice – El Queen Mary. –Se veía imponente y parecía como una joya con todas sus luces prendidas. Era el famoso transatlántico retirado que descansaba ahora en el puerto de Long Beach como un museo, hotel y restaurante.

Bajamos un poco y dimos un círculo alrededor del barco. Sarah decia – !No tenía ni idea que este pendejo barco estaba aqui ! – Y Manuel me decía en español riéndose – La pinche gorda no sabe ni donde vive. –

Nos regresamos, pasamos de nuevo por el corredor visual sobre el aeropuerto internacional y continuamos hacia el noroeste. Me dejó volarlo de regreso pero le dije que no le iba a quitar el deleite del aterrizaje. Ya aproximando al aeropuerto Manuel tomó el mando, preparó el avión, bajó los flaps y con mucha suavidad tocamos pista en medio de una tranquila noche.

Del aeropuerto Manuel nos llevó a la bodega pues alli teníamos nuestros carros. No nos aguantamos y fuimos los cuatro donde el supervisor del turno de la noche que estaba en la recepción para contarle nuestra aventura. Coincidencialmente era Dick quien era otro gomoso de la aviación.
Sarah le dice – Hey Dick, no nos vas a creer, hace una hora pasamos justo encima de esta bodega en un pequeño avión. – Y Dick nos dice – Si les creo, por la cara de contentos que traen.!–

Rex se despidió y pensé que Sarah y Manuel se iban a ir pero Sarah todavía como iniciada nos dijo – Hey “vatos” vamos a mi apartamento y nos tomamos unas “chelas” para celebrar el vuelo. – Contentos aceptamos y nos fuimos en los tres carros a su apartamento. Al calor de las cervezas recordamos cada parte del vuelo y Manuel me decía en español a carcajadas – !Te dije que esta gorda estaba loca! – Y enseguida Sarah le respondió en inglés – Hey vato, mi novio es mejicano y yo entiendo algo de español…te entendi, gorda y también loca! – Y nos atacamos de la risa.

Como es costumbre con estos gringuitos, Sahara nos invitó a fumar un poco de marihuana pero yo le dije que no le jalaba al vicio y decidí dejarlos a los dos que siguieran la fiesta de "mota" y "chelas".

Ese dia fue el “desquite” de muchos dias de espera por algo de acción en los aires.

Gracias Manuel por ese vuelo y donde quiera que estes…!A lo mejor comandante en Aero Mexico! Que la vida te llene de bendiciones!

Centro de Los Angeles

2 comentarios:

Lumediana dijo...

Marido, eres afortunado que la vida te ha dado la oportunidad de cumplirle la cita a tu destino, no importa la cantidad de tiempo que lo hayas hecho, lo has hecho, otros no hemos tenido esa suerte, y somos felices con la fragancia de esas citas a las que nunca sabremos, si no hemos asistido o ha sido nuestro destino quien nos ha dejado plantados...

Anónimo dijo...

Wiiiiiiiiii Carlos, que buena historia!!! Realmente pude imaginar a la gordita con la nariz pegada en la ventana del avion!!!
Ademas de eso, de cierta forma me siento identificada!! Es muy lindo sentir la emocion de volar como si fuera la primera vez... De hecho... YO QUIERO VOLAAAAAAAR!!!
Un abrazo!!!
Manu.