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martes, 27 de julio de 2010

MARGARITA MARIA

CAPITULO V (Historias de Hangar)

ACES

MARGARITA MARIA

Ya de regreso en Bogotá, después de mi fallido intento por entrar a Avianca, (1989) entré a trabajar en una bodega de carga en el barrio Fontibón cerca del aeropuerto. Mi mente no se quedaba quieta y pronto estaba ya ordenando el siguiente gran “ajedrez” en la búsqueda de poder pertenecer a alguna compañía aérea en Colombia.

Mi siguiente meta, la segunda aerolínea de ese entonces en Colombia, ACES (Aerolíneas Centrales de Colombia). Esta era una aerolínea creada en el corazón del eje cafetero. Era una aerolínea “paisa” basada en Medellín. Se había vuelto mi siguiente obsesión y empecé a convocar todas mis energías en conseguir todos los caminos que me llevaran a ella.

Para empezar averigüé el teléfono de uno de mis instructores del Aeroclub que tenía el manual del Twin Otter que serìa el avión que yo podrìa volar como copiloto. Fui hasta su casa y le pedí prestado el manual para así sacarle copia.

 Aunque ni siquiera había hecho ningún contacto, al igual que con Avianca, presentía que la oportunidad se iba a presentar y tenía que prepararme.
No sabía por donde empezar para conseguir algún contacto que me acercara a los jefes de ACES. Pero ese milagroso día llegó más rápido de lo que me imaginaba y de la forma menos pensada.

A los pocos dias estaba de paso por Medellín de camino a la costa norte en un paseo con mi familia. Me quedé una noche en la casa de mi abuela paterna. Allí se estaba quedando temporalmente mi prima Margarita María con su esposo Juan y su hija de ya varios meses Andrea.

Pensé que tal ves ella no sabría nada sobre aerolíneas pero decidí de todas formas probar suerte. Aquella mañana charlando sobre temas familiares le pregunté. – ¿Margarita, de casualidad usted no conoce a alguien que trabaje con la compañía ACES? – Y para mi sorpresa me respondió, – !Claaaro, si Sergio, el esposo de la prima de Juan es capitán de ACES! – Sentí enseguida ese escalofrío por mi espalda y esa emoción en mi corazón cuando la esperanza se llena de brillo propio.

De donde menos yo imaginaba por fin “saltó la liebre”. Sin perder tiempo hice contacto con él. Hicimos una cita en su casa y me explicó varias cosas sobre la compañía y la forma en como él me iba a recomendar con sus jefes para que me tuvieran en cuenta.

Para colmos de mi buena suerte justamente en esos días estaban buscando candidatos que dominaran el inglés pues habían tenido problemas con pilotos que volaban a los Estados Unidos y no se comunicaban bien con la torre de control. Le dije que ya tenía un buen inglés y que estaba muy agradecido de cualquier ayuda que pudiese darme para poder entrar a ACES.

De regreso a Bogotá la incertidumbre no duró mucho pues al mes ya Sergio me estaba llamando para que fuera a Medellín a concertar una cita con la secretaria del jefe de operaciones. Estaba dichoso otra vez.

Llamé a Margarita María para agradecerle por el contacto y por haberme abierto las puertas de la esperanza.



Con mi prima Margarita Maria , 2007, en un paseo hacia Santa Fe de Antioquia.

3 comentarios:

Unknown dijo...

MUY BUENO TU CAPITULO, GRACIAS POR INCLUIRME EN EL.
FUE CON MUCHO CARIÑO TODO LO QUE HICIMOS POR VOS EN ESA EPOCA.
ESPERO QUE PRONTO PUEDAS DARNOS BUENAS NOTICIAS, DE TU VIAJE A BOGOTA.

UN ABRAZO
MARGARITA MARIA.

Lumediana dijo...

Marido siempre has sido tan brujo! leyendo tus anecdotas me llenan de fe y esperanza en el futuro, esta historia me conmovio hasta los huesos, que sincronia tan barbara!

Anónimo dijo...

ME ENCANTA!!! JAJAJAJA NO ME ACUERDO DE NADA, NI MUCHO MENOS, PERO GENIAL.. NO SABIA DE ESA HISTORIA!!!

AndreA