En el año 88 disfrutaba de la oportunidad que tenía en Avianca de gozar con mis propias manos los despegues y aterrizajes del turbo jet B- 727 en la medida que tenía la suerte de que algunos capitanes me dieran chance de volarlo pues todavía no era oficialmente copiloto de la empresa.
Conocí varios aeropuertos de Colombia a los que nunca había ido y disfrute también de la buena compañía de algunas tripulaciones que brindaban un cálido ambiente de compañerismo.
Se acercaba el momento crítico del examen final mas importante para poder clasificar como primer oficial o copiloto de este magnífico jet de Avianca.
Se trataba del simulador de vuelo. Eran varios simuladores donde íbamos a ser asignados. La empresa rentaba estos simuladores en Buenos Aires, México, Miami y Denver.
CPT (Cockpit Procedures Trainer) de un B-727. Es un modulo especial para estudiar procedimientos antes de ir al simulador. |
Simulador de un Boeing 727 |
Después de haber acabado todas las materias tuve dos exámenes orales pero todavía el oftalmólogo de la empresa no me daba el certificado médico. Por lo mismo quedé como el último de la lista para ir al simulador. Lo positivo de esto fue que pude hacer muchas mas horas de observador y volar más el avión.
Llegó el dia del examen oral para poder ir al simulador. El examinador era un ingeniero de vuelo instructor con quien yo viajaría a Denver.
Al inicio de la sesión me preguntó, – ¿Usted es hijo de quien?… ¿Como es el nombre de su papa? – Al principio no entendía porque me lo preguntaba. El quería saber si yo era hijo de algún capitán o de alguien importante para así saber como llevar el proceso del examen.
Me estaba encontrando con la inmensa muralla de la realidad que no veía como franquear. Decidí no desistir y continuar hasta donde fuese posible. Afortunadamente después del examen el ingeniero me dió la aprobación para ir al simulador.
Habia sido asignado al simulador de Denver. !Que coincidencia! Al mismo sitio donde estuve de estudiante de inglés hacía unos años atrás!
Viajé a Denver haciendo escala en Miami. Estaba nervioso y cada vez que tenía un rato libre abría los manuales para estudiar. Llegué al hotel en Denver y me recibió el capitán Grajales quien iba a ser mi compañero de simulador. El iba a hacer su examen para pasar a la posición de capitán de este avión.
Este capitán me divertía mucho con sus historias pero por lo mismo no estudiábamos cuando nos encontrábamos. Por esto decidí estudiar solo en mi habitación.
Fuimos luego a tomarnos una cerveza al antiguo bar donde años atrás había estado con Jodi, una hermosa gringuita de la que estuve enamorado. Le contaba aquellas historias en Denver al capitán Grajales y se burlaba de mi diciéndome, – !A ver, llore, llore pues! –...
Continuará...
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