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martes, 20 de julio de 2010

SIMULADOR EN DENVER (2a parte)


Continuación:

Al siguiente dia nos encontramos con el capitán García, nuestro instructor y con el ingeniero de vuelo que se iba a encargar del panel del ingeniero. Nos llevaron al centro de simuladores de United Airlines donde Avianca había rentado un simulador.

Al ver los simuladores rodeados de tantos cables, tubos hidráulicos y computadores me sentía como si fuese a subirme a una nave espacial. Me emocionaba estar rodeado de tanta tecnología. Este era mi mundo. Al entrar al simulador y sentir el ruido de los instrumentos y del aire acondicionado me hacia sentir en un avión real.


Simulador muy similar al que estuve en el centro de United Airlines.

El capitán nos dió varios dias de sesiones de vuelo. Me fascinaba ver al frente en la oscuridad de la noche simulada por el computador, y ver después como aparecía la pista y las luces de la ciudad cuando aterrizábamos en aquel extraño mundo virtual.

Estaba realizando otro de mis sueños que era volar un simulador de un jet.
Recuerdo que en uno de los ejercicios, estaba volando el capitán Grajales y después de que cometimos varios errores nos puso un incendio en dos de los motores de tal forma que íbamos volando con solo un motor.

Tratamos de regresar a la pista pero el capitán redujo mucho la velocidad y caímos antes de la pista. El instructor se puso bien molesto y nos dijo – !No solo se mataron ustedes sino que justo en ese vuelo iba mi hija, mi esposa, mi mamá y mi papá! ¿Creen que asi van a pasar el chequeo? –

Nos dejó solos como quince minutos sufriendo sin saber si nos iba a dejar continuar. Luego regresó y volvió a iniciar la sesión para nuestro alivio.

Dias después le hicieron el chequeo al capitán Grajales con un examinador de la FAA y por fin pasó el examen para poder ser capitán. Varios años después supe que lo habían echado de Avianca porque dañó el tren de aterrizaje de un avión aterrizando en Santa Marta.

Acordándome de la pregunta del ingeniero sobre mi padre presentí que no me iban a considerar para el examen final y le dije al capitán García que por favor me dejara hacer todas las sesiones del simulador hasta el final y me dijo – Por mi tiene “luz verde” y si quiere hacemos todas las sesiones. –

Con esta respuesta se hacia más real mi teoría de que tenía poco chance de pasar al chequeo final. Recuerdo que empecé a sentir esa frustración y esa tristeza al presentir que se acercaba mi final en Avianca.
Esa sensación no me dejaba concentrar y me afectó durante un ejercicio de aproximación.



 En una aproximación me bajé de la senda de planeo y al sobre corregir sonó la alarma que me indicaba que había bajado mucho. De la rabia golpee la cabrilla soltando un madrazo.
Alcancé a escuchar al ingeniero decirle al capitán... – Si ve, yo le dije que este no estaba listo para el chequeo. –

Las siguientes aproximaciones fueron más y más difíciles y el capitán a pesar del comentario del ingeniero cumplió su promesa de llevarme hasta la ultima sesión.

Después de salir del simulador nos sentamos para el “debriefing” y repasar lo que se había hecho.
Me dijo, – Madrigal, como usted se dio cuenta no tiene suficiente experiencia para poder ir al examen final. Lástima no tenerlo como copiloto en nuestra compañía porque usted es una persona muy decente y eso solo se trae desde la cuna. Lo siento pero mañana nos regresamos a Bogotá. –

Senti como si me estuviera desangrando después de ser ejecutado. Cuando llegué al hotel coincidencialmente escuché una canción en la radio que decía “Don’t worry be happy” (No te preocupes se feliz).

Decidi viajar a Los Angeles y quedarme un par de meses visitando a mi madre y de paso calmar mi tristeza. Aproveché para sacar mi licencia de manejo y esto me abrió las puertas a una futura historia por estas tierras.

A pesar del dolor fueron muchos los sueños que realicé y por eso digo:
Gracias Avianca y gracias Dios mio por haberme regalado tan bellas experiencias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En lo personal, veo bastante entusiasmo, pasión y amor por esta profesión. Pero mucha predisposición en cada oportunidad que tenía en una aerolínea grande. Conozco mucha gente en Avianca que sin ser familia de pilotos entraron a Avianca allá por los 90's. Pesar que no haya sido.