Algo que me gustaba de mi trabajo en la bodega de carga en el aeropuerto de los Angeles (año 1990) es que disfrutaba ver de cerca muchos aviones en las diferentes pistas y además estaba en contacto con los imponentes jumbos 747 azul celeste de la compañía Korean Air Cargo.
Mi trabajo consistía en transportar contenedores dentro de la bodega con montacargas eléctricos o de gas. También con aparatos especiales bajar la carga desde los aviones y colocarla dentro de la bodega o viceversa cuando iba a salir algún vuelo. Sabía que me iban a pedir que trabajara toda la noche pero le dije al jefe que yo también estudiaba y que prefería trabajar durante el día.
Se sorprendió cuando le dije que estudiaba aviación y me autorizó a trabajar en el día. Me gustaba ver a los tripulantes cuando salían o llegaban de vuelo. Se veían extraños entrando con sus uniformes dentro de una bodega, simplemente estaba acostumbrado a verlos en el terminal de pasajeros.
Algunos de mis compañeros, la mayoría mejicanos, no me creían que yo podía volar un avión y me decían, – !Pinche Carlitos, si no puedes manejar el forklift (montacargas) menos vas a menejar un pinche avión!…!Nooo maaames! – Me hacían reir bastante.
Un día que estábamos barriendo afuera en la rampa con uno de estos incrédulos mejicanitos se me ocurrió hacer una pilatuna.
No había casi trabajo en la bodega y le dije que aprovecháramos y nos subiéramos al jumbo para mostrarle la cabina y explicarle todo sobre los controles. – Nooo cuate, nos chinga el supervisor si nos ve! – Me dijo, pero lo animé diciéndole – Esos coreanitos están ahora almorzando y los de seguridad también, aprovechemos! – Y nos subimos por las escaleras externas al avión. Localizamos una segunda escalera dentro del avión que nos llevaba a la cabina de mando. Entramos y el mejicanito todo asustado me decía que no tocara nada y que mejor nos regresáramos.
Me senté en el puesto del capitán y le dije que se sentara en el puesto del copiloto. Apenas le empecé a mostrar para que servía cada control empezó a abrir la boca como si estuviera viendo una película de acción. Yo mismo me sorprendía encontrando los diferentes controles e interruptores pues nunca había estado en la cabina de un 747 y todo lo que le explicaba era basado en lo que recordaba de mi entrenamiento en el Boeing 727 en Avianca.
Después de unos minutos nos bajamos y el mejicanito le decía a los compañeros – Este chingao Carlitos…si era verdad que había volado aviones, huey, me explicó toda esa chingadera que había allá adentro de ese avión, !Nooo maaames huey! –
Jumbo de carga de Korean Air |
1 comentario:
Ese es mi esposo, me gusta lo que no se puede leer literalmente en este escrito.
Besosssss
Publicar un comentario