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martes, 16 de noviembre de 2010

VALET PARKING


(Julio 1992) Pensé en aplicar a otras empresas aéreas en Colombia, pero de solo pensar en que iba a encontrarme de nuevo con el mismo sistema de favoritismos sabía que tenía menos chance pues no tenía contactos ni amistades que pudiesen ayudarme.

Si decidía volver a luchar por conseguir aunque sea alguna esperanza esto podía tomar meses o incluso años. Mi situación económica empeoraba y sabía que tendría que buscar algún trabajo pronto. Decidí que era hora de “tirar la toalla” en esta lucha, enfrentar mi realidad y darme cuenta que solo podría encontrar trabajo pronto regresando a los Estados Unidos.

Utilicé mis últimos ahorros para viajar de luna de miel con mi novia de entonces con la promesa de volvernos a ver y emigré de nuevo para el norte. Pensaba regresar a Los Ángeles pero al pasar por Miami descubrí un nuevo mundo que me daba la mano con su calidez latina y decidí quedarme un tiempo alojado donde mi hermana Margarita Rosa.

Su esposo me ofreció que trabajara con él al norte de Miami como “Valet Parking” o asistente de parqueo de carros en un lujoso condominio. Sin saber, iniciaba así en febrero de 1993 mi vida en el sur de la Florida. Me gustó mucho el ambiente y decidí quedarme del todo.
Conseguí rentar un pequeño cuarto y así empecé mi vida de soltero una vez más. Empezaba también mi sueño de volver a ser piloto profesional.

Fue en estos días cuando encontré en la mesa de trabajo una revista de aeromodelismo. Enseguida sospeché que el asistente del turno de la noche le gustaba este hobby también. Fue aquí donde me encontré con mi gran amigo peruano Gustavo  Ambos seguimos de una forma paralela nuestro gusto por los planeadores de radio control y por la aviación profesional.

Al principio Gustavo estaba un poco frustrado por la cantidad de obstáculos que se le presentaban para poder empezar a estudiar aviación. Lo motivé bastante y poco a poco le di empujoncitos para que se fuera metiendo en los libros y en los procesos de la escuela de vuelo. Lo increible fue que en cuestión de 2 años y bastantes sacrificios Gustavo logró completar su carrera de piloto comercial.
El ayudarlo me ayudó a mí también para levantarme de mis frustraciones pasadas y volver a empezar mi propio proceso en la aviación.

Un día temprano en la mañana mientras parqueaba los primeros carros me entró en la mente el deseo de comprar el periódico local para leer noticias. Yo nunca lo hacía pero ese día tenía en mí esa extraña sensación de querer leer el diario. Fui a un local dentro del mismo edificio donde compré para desayunar un delicioso bagel con queso crema, un jugo y para saciar ese presentimiento compré el diario.

Unas horas después cuando no había mucho trabajo me senté y aproveché para leer poco a poco el diario. Llegué a una sección que decía… “THE AMERICAS”. Busqué abajo donde decía, “COLOMBIA”. Recuerdo que era una sección corta que más o menos decía: “BOGOTA:  Se ha registrado el dia de ayer (Junio 6 de 1993) un accidente aéreo de un avión Twin Otter (HK-2759) de la compañía AEROTACA. El vuelo se originó en Bogotá con destino a la ciudad de Yopal al noroeste de esta ciudad. En el accidente murió el capitán Luis Alejandro Salamanca y su copiloto Cesar León. No murieron pasajeros pues llevaban solo correo y el periódico en este primer vuelo de la mañana. El rescate fue bastante difícil debido a la zona montañosa donde ocurrió”.

La noticia me estremeció y me llevé la mano a la boca. No podía creerlo. Pienso que fue el mismo espíritu del capitán quien quería desde el más allá comunicármelo. Miré hacia el sur como queriendo ver en otra dimensión a mi Colombia y dije – Que en paz descanse capitán. – Varios años más adelante supe, por intermedio de un piloto local que había volado en Colombia, que el accidente parece haber ocurrido en una situación muy parecida a aquel último vuelo que tuve con él cuando se acercó de forma muy temeraria a las montañas. Pero solo él y su copiloto saben en realidad las verdaderas circunstancias de aquel fatídico vuelo.

Pienso que fue aquí donde en realidad cerré mi capítulo con AEROTACA y toda una vida de aventuras en la aviación en Colombia. Ahora que escribo esto me pregunto... volveré a volar en Colombia?


Foto del HK 2760 en el aeropuerto de Villavicencio en Agosto de 1991 justo en la época en que estaba volando en Aerotaca.



Foto en uno de mis trabajos de Valet Parking al norte de Miami. Aqui con un compañero cubano (izquierda), en el medio un compañero ruso, yo y atrás en la puerta el supervisor peruano... cuatro nacionalidades!   

Foto de la página de internet de la compañía de Valet Parking. Después de cinco años todavía aparezco en esta página!

3 comentarios:

Lumediana dijo...

Impresionante! me gusta el seguimiento de esta historia, en situaciones como estas es donde uno rescata la certeza de que cuando todo luce peor (como cuando te despidieron)en realidad todo esta en orden.
Me deja muy reflexiva esta historia

Unknown dijo...

Hola Carlos!
Es cierto lo que dice tu esposa..... cuando crees que todo va mal, en realidad es así como "debe" suceder.... Un saludo para los dos.
Pily.

Augusto Rosas dijo...

Mi hermano Carlos
Los sentimientos que transmites en tu narración me transportan a la fecha en que nos conocimos hace ya 27 años y de la que ahora doy gracias a Dios que te mantenga con vida desde el día que te libró de la muerte y que a lo mejor no lo veias de ese modo, al retirarte a tiempo y ya no estar en ese fatídico vuelo de Aerotaca.
Coinsidentemente hoy después de tantos años, ambos hemos decidido volver a los Estados Unidos casi en la misma fecha y con el mismo anhelo y deseo de seguir volando lo que en un momento permitió que compartieramos gratos e inolvidanles momentos, y sabes muy bien que me refiero a esos vuelos donde bien uniformados disfrutabamos desde el preflight hasta la conclusión de nuestro vuelo sobre las playas de Miami y también no puedo dejar de mencionar nuestros momentos igualmente inolvidables en que nos divertíamos haciendo volar con la ayuda de la naturaleza nuestros planeadores radio controlados.
Ahora estamos viviendo un encierro forzado pero esto no impide seguir soñando, y estoy seguro que te inspirarà nuevamente para recordar otros pasaje de tu vida que a la a lo mejor lo titularás "Mis memorias en el tiempo de la batalla contra el Coronavirus"
Recibe un fuerte abrazo virtual del amigo que un dia se olvidó su revista de Aeromodelismo en la mesa de trabajo hace 27 años pero que sirvió para que desde ese momento naciera una verdadera amistad.
Dios te bendiga y te conceda los anhelos de tu corazón.
Tu hermano Peruano,
Augusto Rosas