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miércoles, 17 de noviembre de 2010

LOS "BRITISH"

Aqui comienzo un nuevo capítulo en un medio nuevo y diferente... los Estados Unidos. Estas historias las estaré intercalando con historias que me han brindado mis amigos en este fabuloso mundo de la aviación comercial. Disfrutenlas.

CAPITULO VIII
PELICAN AIRWAYS

LOS “BRITISH”

Pasaban los días en mi trabajito de Valet Parking en Miami a mediados de 1993 y con ellos la realidad de que tendría que buscar la forma de seguir volando para sacar las licencias gringas si algún día quería volar por estos lados.

Pronto vino de Colombia mi novia Martha Helena quien se convirtió en mi segunda esposa. Logramos con el trabajo de ambos iniciar una buena línea de crédito y así pude empezar a volar otra vez. Nos mudamos a la ciudad de Hollywood al norte de Miami y pronto visité el aeropuerto más cercano.

Era una antigua base de la fuerza aérea y ahora era el aeropuerto municipal de Hollywood llamado “North Perry airport”. Visitando el aeropuerto encontré una pequeña escuela llamada “Gold Coast Aviation Center”. El dueño era un gracioso cubano ya con su cabello y bigotes blancos.
Hice varias horas de vuelo con él en una Cessna 172 de cuatro puestos y me causaba gracia cuando me regañaba en español durante algún ejercicio y pensaba que salir de Colombia no me libraba del típico instructor gritón.

Me di cuenta que cerca estaba otra escuela que se veía mucho más organizada y tenía mejores aviones. Decidí pasar y averiguar sobre sus entrenamientos. Me recibió una muy agradable señora llamada Megg con un elegante acento británico. Me sentía llegando a una escuela en Londres!

Me llamó la atención que los instructores usaban uniforme de piloto con camisa blanca, corbata negra, pantalón negro y presillas doradas algo que para esa época no se usaba en Colombia. Recordé que precisamente este uniforme clásico tenía sus orígenes en los antiguos uniformes navales.

La escuela se llamaba “Pelican Airways”…más “British” el nombre no podía ser! El dueño era el esposo de Megg y era piloto retirado de una aerolínea de Inglaterra. Me inscribí con ellos y empecé a volar un hermoso avión, moderno, construido con materiales compuestos y fibra de vidrio. Se llamaba el “Katana”. Carretearlo y volarlo me hacia sentir en un pequeño carro de carreras con alas. Era bastante sensible y disfrutaba mucho volándolo.

El Katana. Parecía un planeador de fibra de vidrio con motor. Al ser tan eficiente
 usaba un pequeño motor un poco más grande que el de un
 ultraliviano lo que lo hacia muy silencioso y maniobrable.

A la izquierda esta la escuela Pelican y al fondo se puede ver la antigua torre
 de control que fue luego usada como parte de un restaurante llamado “May –Day”.

Empecé mi entrenamiento con la intención de adelantar los requerimientos para lograr mi licencia de instrumentos. Sentía que renacía en mí la pasión por mi carrera y disfrutaba mucho cada entrenamiento al mismo tiempo que me enamoraba más y más del Katana. En vuelo, este avión era tan sensible que sentía que las alas eran la proyección de mis brazos…que sensación más maravillosa!

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