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domingo, 7 de noviembre de 2010

ALFOMBRA MAGICA


El “slogan” de la compañía Aerotaca era “Vuele por Aerotaca, la alfombra mágica sobre los llanos de Colombia” y en los aviones estaba dibujado un gracioso “llanerito” sobre una pequeña alfombra al estilo de las fábulas de Ali Baba. 


Cortesía de Aerocol.net

También le decían con humor negro “Vuele Aerotaca…. para una muerte berraca”. Como fuera yo estaba gozando de mi alfombra mágica y justo un día volamos sobre una gigantesca alfombra verde en los llanos.

Era un vuelo charter que me tocó con el capitán Buitrago, un ex–Aces. Teníamos que recoger a un grupo de misioneros en una lejana finca y llevarlos a Villavicencio que está también en los llanos. Esta finca estaba a una hora de vuelo al norte de Villavicencio.


DHC-6 Twin Otter AEROTACA

Salimos de Bogotá y después de pasar la cordillera nos dirigimos con rumbo sur-este hacia esta finca.

Yo tenía ya bastante curiosidad por saber como sería aterrizar en una finca. El capitán empezó a descender y yo buscaba por todos lados la pista. – No hombe’ no va a encontrar la pista porque simplemente no hay pista. – , – Comooo? – Le dije, y me señaló al frente – Si ve esa casita al lado de la carretera? Esa es la finca y podemos aterrizar donde queramos. – Me quedé mirando al frente boquiabierto.

Era una inmensa alfombra de pasto de un verde brillante, bien cortado que se extendía por muchas hectáreas alrededor de la finquita.

Pasamos por encima para ver la dirección del viento en una pequeña mangaveleta colocada al lado de la casa. Hicimos otro sobrepaso más bajo para avisarles que ya íbamos a aterrizar. Me sentía dentro de un aeromodelo que iba a aterrizar en una inmensa cancha de pasto cuadrada.

Viramos de acuerdo al viento y el capitán seleccionó una pista imaginaria para aterrizar. Apenas nos acercábamos hacia la suave alfombra verde sentía que perdía un poco la percepción de altura. Era como estar aterrizando en el mar y me confundía la perspectiva de profundidad al estar rodeado de un horizonte completamente plano y sin montañas. Que sensación mas bella cuando sentamos suavemente el tren principal en la fresca hierba llanera.

Lo que estaba viviendo parecía más bien un capítulo de aviación deportiva.

Llevamos el avión hasta la casa, apagamos el motor izquierdo y esperamos a los pasajeros. Esto parecia sacado de un sueño.

Después de que subieron nos preparamos para despegar y de nuevo tuvimos que hacer el cálculo y definir una pista imaginaria para despegar con el viento lo menos cruzado posible para así salir con rumbo sur-oeste hacia Villavicencio.

 Ese dia volé en alfombra mágica a una mágica alfombra verde! Otro regalo de mi Padre creador!




Llanos orientales.