EL CAPITÁN “CANDADO”
Después de nuestras prácticas de vuelo invitábamos a partidos de fútbol a estudiantes de Aerocentro, del Aeroclub y a un grupo de cadetes de la fuerza aérea que tomaban algunas clases en nuestra escuela pues tenían basados ahí algunos de sus aviones a modo de “soberanía” local.
Invitábamos también a las chicas del colegio odontológico que quedaba cerca al aeropuerto y esto hacía más interesantes los encuentros deportivos.
Un día le ganamos a los de la fuerza aérea y ellos para el “desquite” nos invitaron al partido de revancha a la base aérea de Melgar al sur oeste de Bogotá. Invité a mi novia y armamos tremendo paseo.
Jugamos allá un partido muy sabroso y compartimos bastante con ellos. Luego nos fuimos al pueblo a tomarnos unos traguitos y después decidimos acampar en una finca muy bonita no lejos de ahí cerca del pueblo de Chinauta. Esta finca era de un piloto al que llamábamos capitán Panamá pues sus papas eran comerciantes con mucho dinero.
Armamos nuestras carpas y ya cansados le dije a mi novia que nos fuéramos a dormir. Varios de mis compañeros que eran los “chachos” especialistas en convencer a las chicas, estaban todavía con sus traguitos y querían invitar a mi novia a charlar y a seguir la fiesta.
Se acercaron a la carpa y le decían - ¡Oiga “monita” salga de la carpa para charlar un rato, no sea “aguafiestas”! El cierre de la entrada de la carpa tenía al final un broche para ponerle un candado… ¡Y se lo puse! Ellos intentaron abrir la carpa pero no entendían porque no podían abrirla. Y yo muerto de la risa les dije - ¡Bueno a “piratear” mujer a otro lado! Y obviamente desde ahí quedé “capitán candado”.
GORDO BURLON
Lo que hacía era que subía el avión hasta que sonara la “chicharra” de la alarma de pérdida y luego pegaba un descenso brusco y al empezar a nivelar la cara se me pegaba hacia atrás como chupada por el exceso de gravedad. El tipo era feliz viendo como yo sufría durante “zipote” bajada. Lo que yo hacía es que siempre que me tocaba con él me apretaba bien el cinturón de seguridad para no flotar sobre la silla y asi lograba que no se divirtiera tanto a costillas mías.
CAPITAN "RASCA RUEDAS"
Yo pensé que eran unos cien pies pero cuando miré hacia abajo por la ventanilla abrí los ojos del susto ¡Estaba a solo a 10 metros! Y le grité – ¡Usted lo que esta es pegado a mi! – Sentía como si fuera a aterrizar encima de él y le dije – ¡Ya se divirtió suficiente viéndome de cerca el tren de aterrizaje así que voy a subir para que sigamos la formación como estábamos! – Y asi se quedó... "Capitan rasca ruedas".
Continuará...
Cessna 172 de Aeroandes en un crucero.Cortesia de Airliners.net
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