Durante el festival de planeadores de radio de Juan Cojo 2007 en Medellín hice una buena amistad con el piloto de Bucaramanga Carlos Hernán Calvache. Me contaba durante el festival que a veces viajaba a los EU por cuestión de negocios. Mantuvimos contacto por internet y así recibí muchas de las fotos de su grupo que tengo en este libro.
Un día me escribió diciéndome que talvez vendría de visita a los EU para abril del 2008. Una noche me sorprendió cuando me llamó por teléfono contándome que estaba en la casa de un familiar en Weston a unos quince minutos al oeste de Hollywood. ¡Que sorpresa! Había venido con su mujer Claudia Rocío a quien reconocí enseguida pues también la había visto en Medellín.
Enseguida coordinamos para así recogerlos y aprovechar mis dos días libres para ir a disfrutar de nuestro hobby. El primer día fuimos a la tienda de aeromodelismo local y Carlos hizo varias compras. Parecíamos niños en una tienda de dulces. Ahí supe que a Claudia le gustaban mucho los botes de radio. Luego nos fuimos al parque y aunque estaba haciendo mucho viento le hicimos un vuelito al Omei de unos diez minutos.
Lo despegué y cuando tomé algo de altura aproveché para darle el control a Carlos para que lo volara un poco. |
Al siguiente día estuvimos muy de buenas pues el viento entró por el sureste dándonos la oportunidad de volar en la playa. Fuimos a la playa de Hallandale por la tarde y preparamos el Omei. Claudia Rocío tomo varias fotos y también un video de nuestra aventura.
Listos para volar. Se puede ver en la pequeña veleta en la antena del radio que el viento esta a nuestro favor. |
Tras un buen despegue pudimos mantenerlo sobre los edificios. Aqui esta Carlos Hernan haciendo minutos de vuelo en edificios. je,je. |
Después de unos diez minutos de vuelo el viento bajó de intensidad y perdí un poco de altura y decidí colocar potencia. Sin darme cuenta coloqué muy rápido el acelerador y al parecer el motor se salió de balance reventando inmediatamente las hélices. No sabía porque no tomaba altura y sentía como si entrara en una fuerte descendente. Me quedé sin altura para virar hacia la zona despejada y me tocó aterrizarlo “a las patadas” en la sección angosta de la playa pasando cerca de algunos bañistas lo cual no me gusto nada.
Uno de los niños de la playa llegó primero al avión, lo levantó de la arena y me lo entregó. Afortunadamente la arena amortiguó el fuerte golpe. Buscamos las hélices pensando que había sido el aterrizaje el que las había quebrado pero fue después que recordé que escuché un extraño ruido cuando venia bajando. Era el motor con las bases de las hélices girando a altas revoluciones. Ya había perdido las hélices antes de caer.
Les ofrecí a Carlos y a Claudia que nos sentáramos un rato en las sillas de playa que había traído para calmar el sabor de aquel aterrizaje forzoso. Nos quedamos viendo el mar un rato y charlando de otras cosas y así disfrutamos de esa especial terapia que nos ofrecía el océano. Fueron dos días llenos de aventuras y un sueño se acababa de cumplir.
Gracias por la visita Carlos y Claudia!
Link del video del Omei en la playa: https://www.youtube.com/watch?v=L_DMN4NaeW4
No hay comentarios.:
Publicar un comentario