Sentía que me adentraba en mi sueño de pertenecer a la compañía insignia de Colombia AVIANCA (año 1988). Se me hizo un nudo en la garganta que me duró una semana debido a mi estrés con todos los procesos para entrar al curso.
Vinieron varios exámenes de conocimientos de aviación y luego los exámenes sicológicos que fueron bastante extensos y dispendiosos. Tambien varias entrevistas con personas que tenían rangos elevados en la compañía.
Por fin llegó el día que nos reunimos todos los escogidos en un salón de clase. Todos intercambiábamos nuestras experiencias y nuestras aventuras para poder clasificar al curso.
Ahora seguía la gran contínua tortura de saber que teníamos que pasar todo el curso y luego el simulador para poder lograr el tan deseado puesto de copiloto en la empresa.
Disfrutaba cada una de las clases a medida que descubría el maravilloso mundo de los sistemas de este inmenso avión.
Este es el 727 – 200 que es un poco más largo que el –100. Aquí esta con el nuevo diseño de pintura que siguió a todos los aviones como conmemoración a la llegada del primer Jumbo 747 a Colombia. Disfruté mucho estar tan cerca de esta maravilla de avión durante el curso y en vuelo. |
Comenzamos a sentir la gran diferencia con los pequeños aviones que habiamos volado en la escuela.
Rapidamente busqué un grupo para estudiar a medida que avanzaban las clases.
Me causó mucha gracia que una bella morena entrara al salón de clases y nos ofreciera a todos el famoso tinto o cafecito colombiano. Ese aroma del café rodeado de aviación me trasladó a mi niñez cuando las auxiliares de vuelo servian el café en pleno vuelo.
Un dia tomando una de las clases de simulador básico me encontré de nuevo con el ingeniero jefe de la escuela quien un dia me habia sacado del salón y me dijo – Huy Madrigal, yo no sabía que usted estaba clasificado para este curso, disculpeme por haberlo sacado asi ese dia. – Y yo le dije, – No, tranquilo que yo tampoco sabía, fue despues que me escogieron, je,je. – Y se me quedó mirando como confundido.
Me facinaba ir al simulador y varios de mis companeros me pedian que los ayudara en sus ejercicios. Recuerdo tambien que me enamoré de la belleza y feminidad de nuestra única compañera mujer Tatiana Bonilla.
Muchos de los que entraron tenían “prioridad” por ser hijos de capitanes de la empresa y por lo mismo muchos de ellos estaban entre sus veinte y vienticuatro años de edad.
Me sentía casi de regreso a las épocas del colegio. Algunos en clase tiraban papeles para molestar a otros, hacían chistes imitando a los instructores y nos reíamos cantidades celebrando cualquier cosa graciosa que se nos ocurría.
Pienso que era la mejor forma de combatir el estrés al que todos estábamos sometidos. Para muchos era un mundo completamente nuevo. Debido a que yo uso gafas tuve que hacer varios exámenes extras de la vista para mantenerme en el curso.
El oftalmólogo de la empresa me decía – Yo quiero estar seguro de que cuando usted este volando el avión, con mi mama y mi hija de pasajeros, no se vaya a estrellar por no tener buena visión. – Me puso lentes de contacto a ver si mi ojo izquierdo se adaptaba pero después de varias citas decidió que para mi estaba mejor seguir con las gafas.
Al mismo tiempo que avanzábamos en el curso de tierra nos asignaron volar en las diferentes rutas domésticas como observadores en la cabina para irnos familiarizando con los procedimientos antes de ir al simulador final a Denver Colorado.
En estos vuelos de observador aveces los capitanes me dejaban volar el avión y de aqui vienen varias historias más.
Me sentía casi de regreso a las épocas del colegio. Algunos en clase tiraban papeles para molestar a otros, hacían chistes imitando a los instructores y nos reíamos cantidades celebrando cualquier cosa graciosa que se nos ocurría.
Pienso que era la mejor forma de combatir el estrés al que todos estábamos sometidos. Para muchos era un mundo completamente nuevo. Debido a que yo uso gafas tuve que hacer varios exámenes extras de la vista para mantenerme en el curso.
El oftalmólogo de la empresa me decía – Yo quiero estar seguro de que cuando usted este volando el avión, con mi mama y mi hija de pasajeros, no se vaya a estrellar por no tener buena visión. – Me puso lentes de contacto a ver si mi ojo izquierdo se adaptaba pero después de varias citas decidió que para mi estaba mejor seguir con las gafas.
Al mismo tiempo que avanzábamos en el curso de tierra nos asignaron volar en las diferentes rutas domésticas como observadores en la cabina para irnos familiarizando con los procedimientos antes de ir al simulador final a Denver Colorado.
En estos vuelos de observador aveces los capitanes me dejaban volar el avión y de aqui vienen varias historias más.
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