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martes, 1 de junio de 2010

EXAMEN FINAL (2a parte)



Continuación...

Inicié el avión, despegamos y nos dirigimos de nuevo al área de Zipaquirá para continuar con los “step down” o aproximaciones hasta una altura acordada que simulaba estar saliendo de las nubes para aterrizar en una supuesta pista imaginaria a una altura de mil pies sobre el terreno. Por fin hice mejor la maniobra y me alistaba para la siguiente cuando de pronto el capitán dijo, –Madrigal, dígame el procedimiento para falla de motor. – Se lo respondí de memoria creyendo que era parte del examen y me dijo, – ¡Que hubo que no lo hace! ¡Mire los instrumentos! ¡Ponga rumbo a Guaymaral que este motor esta fallando! –

No podía creerlo, por un segundo creí que me estaba poniendo a prueba pero cuando vi que empezaban a caer las revoluciones del motor y aumentaba la temperatura me di cuenta que estábamos entrando en una verdadera emergencia.

El motor poco a poco se ponía mas ronco. Hice todo el procedimiento para tratar de estabilizarlo. El capitán llamó a la torre y explicó la situación para que cuando llegáramos tuviéramos prioridad.

A pesar de que habían bajado las revoluciones no perdimos altura y llegamos al área del aeropuerto sin problema. Aterrizamos normalmente y cuando nos acercábamos a los hangares del Aeroclub empezamos a notar un olor a aceite quemado. Me señaló que lo parqueara al frente del hangar de mantenimiento, cortamos el motor y salimos enseguida del avión.

Del motor empezaba a salir un poco de humo señal de que estábamos ya perdiendo aceite tal vez por el problema que traíamos. No estaba seguro que iba a hacer el capitán y pensé en que tendríamos que repetir el examen. Me sentía frustrado pues todo parecía conspirar contra mí... ¡Hasta el mismo avión!

Este Cessna 152 del Aeroclub tiene el diseño de pintura de los 80.
Este es el HK-22 47 que vole muchas veces. Para esas épocas estos aviones
 traían el sufijo con la letra -I (India) que significaba "Instrucción"
 pero luego se cambió a -G (Golf) que significa "General".


 Entramos y me pidió mi bitácora de vuelo. Sin que yo viera escribió lo requerido en el libro y me llamó a su mesa. – Mire Madrigal, yo lo voy a dejar graduarse porque pasó “raspando” el chequeo...pero le hago una advertencia, una vez tenga su licencia... ¡No se vaya a poner a volar solo porque se va a “quebrar el culo”! !Esta claro!–

Después de la emergencia esta si que era una buena noticia. ¡Por fin había pasado mi examen final!

Aquel día descubrí que un “agüero” que tenía había hecho de las suyas. Siempre que yo decía “este es el último o la última vez”, como en este caso el último vuelo en el Aeroclub, era de muy mala suerte y se cumplió el agüero con esta emergencia. Luego me quité este “agüero” simplemente siendo mas positivo mentalmente y añadiendo que lo último es solo temporal.

Al día siguiente, sin perder tiempo llevé todos los papeles necesarios a la Aeronáutica Civil en el aeropuerto El Dorado de Bogotá para procesar mi licencia comercial. Aquella tarde organizamos con mi esposa Cony y unos amigos una pequeña celebración con una deliciosa cerveza fría en un bar en el centro de Bogotá. Ese día agradecía con mucho sentimiento el haber logrado mi sueño de ser piloto comercial.

Gracias a mi padre Dario, a mi madre Rosa Maria, a mi esposa Cony, a la empresa Ecopetrol, a mis instructores y a todos los que me apoyaron en mi travesia para lograr este escalón, un escalón en este gran camino que se llama aviación... y asi mi sueño se hizo realidad!




Este es el plan de vuelo que conservo del examen final con el capitán Potes.
 Diciembre del 86…¡Que buen regalo de navidad!



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