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viernes, 11 de junio de 2010

SEGUNDO INTENTO EN AVIANCA


Supe por mi padre que el actual presidente de Avianca para ese entonces (1987) había sido anteriormente su jefe en la empresa ECOPETROL. – ¡Waoooo! ¡Era demasiada coincidencia! Era como si por fin hubiese encontrado el camino que había estado buscando.

Enseguida preparé una nueva hoja de vida y aleccioné a mi padre para que buscara a como diera lugar una entrevista con él y así pudiera entrar mi hoja de vida. ¡El presidente de Avianca! ¡Quien mejor que el mismo presidente para que me ayude a entrar!

Tenía todas mis esperanzas en esa entrevista y una gran emoción y expectativa de que tenía bastantes posibilidades de lograr clasificar para un curso. Mi padre logró la entrevista con su antiguo jefe y me dijo que pudo hablar con él pero le dijo que aunque él era el presidente tenía poco “peso” entre el cerrado círculo de los pilotos. Le decía que los pilotos eran los niños consentidos de la empresa y “mangoneaban” mucho a cada rato con sus exigencias.

Esperé como una semana y me di cuenta que no habíamos logrado nada con nuestro “presidente”. Sentía como si me hubiese estrellado con una inmensa muralla. No sabía cual pudiese ser la siguiente estrategia pero me sentía encausado y motivado a continuar con la lucha.

Supe durante mis anteriores periodos de simulador que el encargado en hacer las entrevistas y reclutar a los nuevos pilotos era un tal capitán Ramelli. El había sido capitán en SAM y proveniente de la fuerza aérea.

Se me ocurrió cambiar de estrategia e ir directamente sin palanca alguna a tocar su puerta aunque pensaba que estaba ante un muro aun más alto. Pero sucedieron cosas de las cuales ahora me sorprendo que fueron cambiando mis circunstancias.

Llegué a su oficina vestido de civil con saco y corbata y me encontré con su secretaria quien para mi sorpresa me recibió de una forma muy agradable. Me preguntó que si traía ya mi examen de inglés. Ella creía que yo era ya un candidato que estaba en una fase avanzada y había ido allí para entregarle el resultado de mi examen de inglés.

Mi mente rápido se agarró de esta nueva oportunidad y le dije que necesitaba una autorización del capitán Ramelli para poder tomar el examen.

Mientras esperaba pude escuchar como otro candidato hablaba con el capitán y le decía que le dejara tomar otro examen pues no lo había pasado. La secretaria me miró y me dijo, – ¡Si ve! Ese muchacho no pasó el examen de Inglés y por eso no lo ha puesto en el curso. –

Luego el capitán Ramelli le dijo a la secretaria que todavía no tenía mi hoja de vida y que no me podía autorizar a ningún examen. Pensé en que debía insistir por este lado a ver si lograba algo y decidí seguir visitando su oficina para tratar de hablar con él. Esto es lo que otros pilotos llamaban “gastar tapete” en alguna oficina de la compañía.

Ya había ido unas cinco veces y gracias a que le había caído bien a la secretaria conseguí hablar por primera vez con el capitán. Me preguntó si ya había entrado mi hoja de vida y le dije que ya lo había hecho con el capitán Gracia y que le pedía que me autorizara a tomar el examen de inglés.

Me dijo que él no podía hacerlo hasta que mi hoja de vida no estuviera aceptada.
Fui como dos veces más a su oficina insistiendo en su autorización hasta que un día, al parecer ya cansado y para “deshacerse” de mí, me autorizó a hacer el examen pero que eso no garantizaba nada. Yo salí súper feliz de ahí agradeciéndole también a mi dulce secretaria quien fue parte de este intrincado milagro.

Por lógica no tenía sentido que me aventurara a un segundo paso con este examen si ni siquiera mi hoja de vida había sido recibida. Pero mi angelito guiaba mi intuición para que siguiera ese camino.

Fui al centro Colombo Americano y con los poquitos pesos que tenía contraté un profesor por una tarde para que me preparara para el examen. Este era el mismo examen TOEFL que había tomado años atrás en Denver.

Presenté luego el examen y lo pasé sin problema con un buen puntaje. Llevé el resultado muy contento a la oficina del capitán Ramelli y su secretaria me recibió felicitándome por haber pasado el examen diciéndome que había problemas con los nuevos pilotos por este examen.

Ella se lo llevó al capitán y cuando me hizo pasar me repitió que hasta que no tuviese mi hoja de vida no podía hacer nada. Yo le agradecí por la oportunidad de haberme dejado tomar el examen y pude ver por primera vez de reojo la lista de los candidatos con tachones y anotaciones.
Estaba tan cerca ... pero tan lejos. Esa era la famosa lista donde muchos pilotos soñábamos estar.

Llegué esa noche a nuestro pequeño apartamento al norte de Bogotá a darle la noticia a Conny quien se puso muy contenta y salimos a celebrar con unas cervezas. Aunque no había logrado entrar mi hoja de vida sentía que había terminado un movimiento en este juego de ajedrez con mi destino.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Edwin Marin Valencia commented on your link:

"CARLOS: MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR ESTOS RELATOS TAN AGRADABLES Y ADEMAS ESCRITOS DE UNA MANERA TAN MAGICA.
DE VERDAD DISFRUTO MUCHO ESTAS HISTORIAS Y PUEDO SENTIR EL VIENTO Y LA MUSICA DE LOS MOTORES.
GRACIAS ¡¡¡"

charlin45 dijo...

La Pasión por tu profesión se nota a flor de piel, los detalles y aromas sólo lo ven profesionales como tu que nacieron para ser lo que son, pilotos, serio, creativos, mágicos, reales te quiero mucho amigo sigue adelante en el momento menos pensado aparece la oportunidad, tu amiga de eventos sh.