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martes, 6 de abril de 2010

EL CAPITÁN “NIDO”



En una de las clases de aerodinámica en AEROCENTRO (1983) se incorporó un nuevo alumno llamado Manuel (para respetar su privacidad) y se veía bastante “boqui flojo” e irreverente. Era de origen paisa, alto, robusto e infundía algo de temor. La mayoría de las veces que abría la boca interrumpiendo al instructor para burlarse de algo o de alguien nos hacía reír a carcajadas. Pero a veces también molestaba a más de uno y le pedíamos que se callara.

A él le llamó la atención que yo era de los mejores estudiantes y pronto se acercó a mi para que le ayudara a entender las materias y para que estudiáramos. Yo era como una especie de “genio” para él, pues no hacía sino hablar bien de mi y me adulaba delante de otros.

Con el tiempo esto me empezó a fastidiar y trataba siempre de desfasar el tema para hablar de otra cosa. Me llamaba la atención que supiera mucho sobre los procesos de las aerolíneas y sobre todo de una en especial donde luego supe que su madre era copropietaria.

Pero él se rehusaba a tratar de entrar a ésa aerolínea pues su madre no quería que él fuera piloto. “Que ironias”, pensaba yo, él tenía tan cerca pero tan lejos el puesto en esa empresa. Parecía que su relación con su madre era muy turbulenta.

El amor por la aviación nos volvió buenos amigos con el tiempo.
Mientras que recibía mis primeras horas de vuelo tenía que inscribirme muy temprano para así poder lograr turno el día siguiente. Pero la burocracia de nuestro pueblo pronto me afectó directamente cuando supe que mi turno se lo habían cedido al hijo de un ex presidente del país que también tomaba clases en ésta escuela y por lo tanto debía quedarme callado. Me sentí pisoteado. Cuando le conté ésto a Manuel se indignó también y me dijo que él se estaba cansando ya de esta escuela y que se iba a pasar a otra.

Yo con curiosidad empecé a seguirlo en sus trámites y a preguntarle como podía yo hacerlo también. Era como si siguiera a mi hermano mayor en terrenos que no conocía. El hizo las cartas necesarias con la aeronáutica civil y pronto nos entrevistamos con el jefe de operaciones de la otra escuela llamada Aeroclub que era una de las tres que operaban en el aeropuerto de Guaymaral.

Recuerdo que solo hice veinticuatro horas de vuelo en total en Aerocentro y el jefe de ésta escuela pronto estaba preguntándome la razón de mi cambio, pues no querían perder alumnos. Pero sabía que el hecho de decirles la razón no iba a cambiar las cosas así que decidí hacer maletas e iniciar una nueva aventura.

Fue en la nueva escuela de Aeroclub donde otro “boquiflojo” le puso a Manuel el sobrenombre de “capitán nido”…pues decía que el sólo hablaba… "¡Pura paja y pura mierda!”, je,je..

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