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miércoles, 14 de abril de 2010

EL CAPITÁN POTES

CAPITULO III
ESCUELA AEROCLUB DE COLOMBIA
EL CAPITÁN POTES



Logré por fin “mudarme” en el año 1984 a esta nueva escuela donde obviamente la primera gran diferencia era el tipo de avión con el que quería seguir mi entrenamiento. Se trataba del Cessna 152 con motor adaptado para la altura de Bogotá que al estar sobre los ocho mil pies debía dar más potencia que el original para así poder subir sobre los encumbrados picos de las cordilleras Colombianas.

La gran diferencia con los de Aerocentro es que tenían el ala arriba lo cual los hacia un poco más pequeños pero con muy buena vista hacia los lados pues el ala no obstaculiza la visión excepto en los virajes.

Esta es una antigua postal de los años setenta de la escuela Aeroclub de Colombia donde muestra en la parte delantera y debajo de este avión Cessna 152, las instalaciones del club y de la escuela. Al centro se puede ver una cancha de tenis, arriba esta la cede y alrededor los hangares. A la derecha esta la vía de acceso desde Bogotá y a la izquierda esta la porción de entrada a la pista de aterrizaje. Esta postal me la mandó a Denver mi instructor Gustavo Guerra de esta escuela. El alumno piloto del Cessna en esta foto es una simpática bogotana que por grandes coincidencias de esta vida me la encontré también en Denver mientras estudiaba Inglés.

Vista actual de la rampa del Aeroclub con el 2247 que esta con los nuevos colores. Tuve la oportunidad de volar este mismo avión varias veces durante mi entrenamiento. ¡Todo en esta foto se mantiene muy similar después de casi veinte años!

Vista interior de una Cessna 152 muy similar a las que volé en ese entonces.


Otra vista actual del HK–2247

Me entrevisté entonces con el jefe de la escuela, el famosísimo capitán Pierre Potes (ni modos de esconderle el nombre). Era un ex fuerza aérea con un carácter bastante pesado, autoritario que infundía bastante temor entre los estudiantes.
El ambiente de la escuela tenía también cierto ambiente “militar” por las continuas reuniones que este capitán nos exigía para escuchar una y otra vez las reglas y procedimientos a seguir.

Siempre después de un vuelo con algún alumno cumplía el mismo rito de pedirle un “tinto” (café) a la encargada de la cocina, entraba a orinar y después salía prendiendo su cigarrillo y vociferando llamaba al alumno como si se tratara de un cadete militar.

Recuerdo que el solo hecho de saber que tenía que volar con él me llenaba de miedo y nerviosismo. Casi el mismo día que entré nos exigió usar el uniforme básico de piloto con pantalón negro, camisa blanca con corbata y una insignia de la escuela en la camisa que todavía guardo como recuerdo. Creo fuimos la primera escuela en Colombia en usar uniforme blanco y negro.

Insignia del uniforme de Aeroclub en los 80.

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