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jueves, 12 de agosto de 2010

LAS ALAS DE ACES


Era Mayo de 1989. Una vez teníamos nuestra soñada licencia del avión de la compañía en nuestro bolsillo teníamos que continuar con el proceso para poder seguir en la empresa donde exigían un periodo de prueba de tres meses como copiloto.

Un día sin ceremonia alguna me llamó la secretaria para que recogiera mis alas de la empresa. Ese momento lo había soñado por toda una vida y para ellos estas alas eran simplemente un “documento de identidad” que debía usar en mi camisa y saco.

Cuando las recibí en la mano me quedé mirándolas y sentí una alegría infinita de haber logrado uno de mis grandes sueños, obtener a si sea condicionalmente, las alas de una aerolínea de Colombia. Veía esas alas como un gran tesoro!




Nos mandaron a conseguir el uniforme y llegó así también otro día soñado, verme ante un espejo con el uniforme completo, mis alas brillando en el saco negro con los soñados tres galones dorados en la manga.

Dediqué un minuto en el espejo para recordar todos los sacrificios y obstáculos que había saltado para por fin llegar a este momento. Miré hacia arriba y di gracias a Dios.

Madrugué como a las cuatro de la mañana para esperar una camioneta que hacía un recorrido para recoger tripulantes. Me sentía extraño saliendo de la casa todavía a oscuras como un ladrón y más extraño todavía subiéndome a una camioneta con mi uniforme. Todo parecía irreal.

Aquel día gocé mucho la sensación de estar en la rampa del aeropuerto sintiendo el aire fresco de la madrugada y aquel olor a queroseno quemado que provenía de uno de los Twin que estaba en prueba por los encargados de mantenimiento.

Por fin estaba disfrutando lo que tanto había estado esperando. Preparé el avión de tal forma que estuviera listo para cuando el capitán llegara pudiéramos abordar ya los pasajeros.

El primer vuelo fue a un pequeño pueblo llamado Urrao relativamente cerca a Medellin. Cuando estábamos aproximando, el capitán tomó el mando diciéndome que esa pista era un poco complicada y el iba a aterrizar.

Yo empecé a buscar la pista pero no la encontraba. Y el capitán me dice  – Ni se saque los ojos buscando la pista que no la va a encontrar. La pista es ese potrero al lado del pueblo! – Y con los ojos bien abiertos observaba como el capitán aterrizaba en esta pequeña pista.

Cuando parqueamos para dejar los pasajeros abrí la ventanilla del avión para disfrutar de este bello pueblito rodeado de montañas.

Volamos luego a otros pueblos donde hice mis primeros despegues y aterrizajes con pasajeros. Ese día sentía que cada vuelo era un regalo y disfrutaba cada momento cuando tenía mis manos y pies en los controles de este magnifico avión: DHC-6 De Havilland Twin Otter.

En pleno vuelo a veces veía mis alas doradas reflejándose sobre el vidrio de los instrumentos. Era el reflejo de un sueño hecho realidad.


 Estrenando uniforme cuando regresé a Bogotá con Cony,
 Miguel y la perrita Cicciolina, mi primer matrimonio.

Celebrando mi entrada a ACES.

4 comentarios:

Ikana dijo...

Enhorabuena por haber logrado tu sueño ^^

Anónimo dijo...

Yo tengo 10 años ! :D
Mi sueño es ser piloto y tu me inspiras mas ! ... :D

Unknown dijo...

Nothing like the smeel of Jet A1 in the morning....

Anónimo dijo...

Todavia no puedo creer , parece un sueno , que la compania nos mando a Miami por tres semanas , todos los gastos pagos para entrenarnos en el famoso Boeing 727 , yo pense este avion es super complicado y tenia mis dudas . Despues de muchas horas en el simulador y clases diarias aprendiendo todo lo referente a este avion , pasamos nuestra check ride y volvimos a Bogota con nuestras nuevas licensias listos a volar . yo pensaba volar my ruta favorita Bogota Barranquiila Miami ,lo cual no sucedio , esta ruta estaba reservada para tripulacionas senior y aprendi a volar la mayoria de aeropuertos en Colombia , los mas dificiles para my que requerian muchisima atencion Pasto y el antiguo aeropuerto de Medellin .