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martes, 10 de agosto de 2010

PARA BARRANQUILLA


Al final del curso de tierra en ACES (1989) nos mandaron de a dos al entrenamiento de vuelo en Barranquilla con el capitán Muñoz para así poder sacar la licencia de copiloto de multimotor ante la aeronáutica civil.

Viajamos primero Jairo Solano y yo por haber obtenido los dos primeros puestos.
Llegamos al hotel y nos pusimos a estudiar hasta que nos cansamos. Llegó la noche y dijimos, – Lo que sabemos ya lo sabemos y no creo que nos entre nada más… excepto una cervecita. – Salimos al bar, pedimos un par de cervezas y nos pusimos a contar anécdotas de los vuelos de observador. Como siempre al final terminamos hablando de mujeres.

Al otro día por la mañana tuvimos el encuentro con el capitán Muñoz. Íbamos a volar en un avión que luego iba a ser usado con pasajeros y por eso el entrenamiento tenía que ser bien temprano o tarde en la noche.

Recuerdo antes de empezar, el capitán en el “briefing” me preguntó si era verdad que yo había estado en AVIANCA. Sabiendo que me arriesgaba con cualquier comentario por las envidias ocultas alrededor mio le dije que solo había tomado el curso de tierra y me habían echado. Le confirmé que en realidad estaba muy interesado en pertenecer a ACES.

Subí al avión y me sentí un poco intimidado pues era la primera vez que me sentaba en el puesto del copiloto de este avión. Creo que por decisión del capitán yo volé primero mientras que Jairo esperaba su turno en un asiento atrás.

En uno de los circuitos de entrenamiento me dijo, – !Usted esta volando como en la escuela! …!Aplique los procedimientos! …!Si sigue así lo devuelvo para Medellin! – Esto me hizo poner el estómago de hielo y rezaba para que no me fuera a sacar de la empresa tan pronto.

Logré hacer los despegues y aterrizajes de tal forma que el capitán me dejó continuar. Luego siguió Jairo y no olvido el pobre como sudaba tratando también de hacerlo lo mejor posible.

Cometí el error de no desayunar antes del vuelo sobre todo al haberme bebido una cerveza la noche anterior y esto combinado con lo que habia volado más las maniobras de Jairo me crearon una fuerte nausea. No tuve más opción que tomar una bolsa de mareo de los pasajeros y vomité varias veces. El capitán alcanzó a verme y riéndose me decía – !Compóngase que ahora sigue usted! !ja! !ja! – No podía creer que en pleno entrenamiento me estuviera pasando esto.

Hicimos varios vuelos de día y después por la noche. No se porque pero los vuelos nocturnos me fascinaron, tal vez porque me recordaban aquella vista tan surreal de las luces de la ciudad del simulador en Denver cuando estuve en AVIANCA.

Afortunadamente ambos pasamos el examen final y con esto ya podíamos sacar la licencia para poder trabajar en la empresa. Regresamos a Medellin en un vuelo de ACES para así ir luego a Bogotá y hacer todos los papeles con la aeronáutica civil.

Había culminado una fase y empezaba otra en mi carrera de piloto.



1 comentario:

DAVID dijo...

Y luego que ?? Falta la segunda parte y como fueron los.primeros vuelos que tal. Creo que es lo que falta.