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miércoles, 3 de marzo de 2010

EL VUELO DE HONDA (2a parte)

Continuación...

Grité, – ¡Libre! – Enseguida Edgar soltó los cables de nariz, se hizo a un lado, corrí unos dos pasos y sentí que el mundo del aire me tomaba en sus manos con un fuerte movimiento hacia arriba.


En esta foto estoy despegando la Olympus en el páramo del Neusa. Justo ahí estoy bajando mi mano derecha a la barra horizontal para volar acostado. La foto la iba a desechar pues estaba dañada con una mancha al lado del ala. Pero esto la hizo más interesante aún. ¡Parecía como si fuese el sol! Y esto con el movimiento mío de la carrera de despegue le dio un toque muy mágico. (Foto de Edgar Hazbón)



Pasé las manos a la barra inferior y me acomodé rápidamente en posición acostado. Di un pequeño viraje pasando de nuevo más alto por el sitio de despegue y les grité, – ¡Yeheeeee Edgar…que ascendente tan del carajo!.. ¡uuhhuuu que vuelazoooo! –

Pude ver un poco más al norte a los otros pilotos tomando más altura. No tenía radio y por lo mismo no sabía entre ellos como estaban planeando la continuación del vuelo. Decidí de forma conservadora concentrarme en estudiar las diferentes laderas y sus ascendentes para quedarme en el área manteniéndome.

Haciendo ya varias pasadas en S sobre el área de aterrizaje empecé a relajarme y recorrer un poco más al norte y a admirar la grandeza de este paisaje. Edgar se quedó un buen rato observándome con su amigo antes de decidir bajar con el campero y yo aprovechaba para gritarle en pleno vuelo cuanta cosa se me ocurría.

Poco a poco me aventuraba a volar un poco más al norte para ir conociendo las diferentes formas de la ladera y así conseguir mejor ascendente. Aún así me devolvía al monte “nodriza” que era el que me mantenía constantemente a buena altura.

De pronto, un poco más al norte del sitio de despegue vi a unos niños que subían por la montaña desde alguna finca cercana y empezaron a hacerme señas. Me di cuenta que querían acercarse lo más posible a mi para saludarme. Subieron casi hasta la cima. Una vez se hicieron en un claro empezaron a gritarme y a saludarme con los brazos. Me alegró mucho verlos emocionados con el hombre cometa que les estaba dando toda una función. Les devolví el saludo agitando también mi mano y gritándoles, – ¡Hola chicos!.. ¡Les voy a hacer un círculo sobre ustedes! – Me adelanté y luego hice un rápido círculo sobre ellos. Estaban felices viendo que les daba gusto y que podíamos comunicarnos.

A veces volaba lento casi estacionario sobre ellos mientras hablábamos. Que momento más mágico. Me podía ver reflejado en alguno de ellos mirándome a mi mismo volando en el futuro. Después de una media hora los niños bajaron y se perdieron entre los matorrales.

Edgar y su amigo ya habían bajado. Volví a quedar solo con la inmensa naturaleza que me rodeaba. 

... Continuará.

2 comentarios:

Lumediana dijo...

Marido:
Estas escribiendo muy hermoso, tienes unas figuras literarias muy bellas! felicitaciones por tu blog y por la manera como lo estas llevando.
Lumediana

mostrenco dijo...

Excitante descripcion de su vuelo y sus reacciones sobre el vuelo. Gracias.
Ezio