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lunes, 29 de marzo de 2010

MI PRIMER VUELO SOLO


Era el año 1983. Para ayudarme a pagar mi entrenamiento para piloto comercial, empecé a trabajar por primera vez en un almacén Sears al norte de Bogotá y así entraba a un nuevo mundo donde podía ver más en directo que lo que se desea lograr tenía un costo real.

Después de recibir unas quince horas de vuelo y de sufrir un poco por los pagos de las clases logré que me aceptaran para poder hacer mi primer vuelo solo. Jamás olvidaré como poco a poco los nervios y la sensación de susto en mi estómago se apoderaban de mí.

Llegó el día y el instructor en la clase teórica me dijo que primero íbamos a hacer unos despegues y aterrizajes para que así luego lo dejara a él en la pista paralela y pudiera yo continuar con los siguientes yo solo.

La palabra “solo” de pronto tomó un nuevo significado para mí. Me sentí como un niño a punto de perderse en un bosque lleno de animales peligrosos.

Hicimos los despegues y aterrizajes de práctica y cuando pensé que todavía faltaban más me dijo, –Está listo, déjeme aquí en la paralela y continue…ya sabe… ¡No la vaya a cagar! – Pero apenas mi instructor cerró la puerta empecé a “cagarla”.

Pensé que la salida a la pista era la que tenía a mi izquierda y la tomé. Enseguida el controlador de la torre me preguntó que si quería despegar desde esta intersección lo cual era factible. Nunca había escuchado algo así de la torre por lo que creí que era mi autorización para despegar y enseguida aceleré el motor para ingresar a la pista.

Justo en ese momento venía otro avión aterrizando y acto seguido el controlador gritó por la radio: – ¡1689 proceda a hacer sobrepaso inmediatamente! – Yo pensé... “1698”… yo era el 1687 y ¿Que hacia otro avión aterrizando si el controlador me dio el despegue a mi?

Pero la torre acababa de evitar un accidente y enseguida me gritó: – ¡1687 de un ciento ochenta y regrese al inicio de la pista..o…si quiere despegar desde ahí hágalo de inmediato! – Enseguida todo comenzó a aclararse y me di cuenta de la “embarradota” que había cometido.

Por un instante no reaccionaba y enseguida como actuado por un resorte mi mano hundio el acelerador a fondo e inicié mi carrera de despegue. Una vez estaba en el aire empecé a sentir como el corazón quería salirse del pecho del susto que tenía.

 Pero apenas hice mi primer viraje para volver a la pista miré a mi derecha y pude de pronto relajarme al sentir que en efecto estaba solo y que podía hacer lo que quisiera sin el regaño del instructor.

Esto enseguida me calmó y se apoderó de mí una refrescante sensación de poder al saber que el control del avión era solo mío. Esto me calmó y así pude continuar con los siguientes aterrizajes bastante bien.

Una vez paré la práctica salí de la pista y recogí al instructor en el punto donde lo había dejado. Pensé que me iba a matar a gritos por lo que había hecho pero muy calmadamente me dijo: –¿Se dio cuenta de lo que hizo?... Pero en lo demás le fue bien, ¡Felicitaciones por su primer vuelo solo! –

Cuando llegamos a la rampa de la escuela pensé que iban a estar varios amigos rodeando el avión para recibirme y darme el famoso “bautizo” de aceite y patadas pero para mi sorpresa no había nadie. El instructor me dijo que no sabían pues mi vuelo no estaba en el horario.

Luego dos compañeros a los que les conté me invitaron a tomar unas cervezas pero antes uno de ellos me dijo que no me salvaba del corte de cabello. Fue a la oficina por unas tijeras y yo, como si fuera un honor, sin resistirme bajé mi cabeza y dejé que me cortara un buen mechón de pelo lo suficiente como para que el peluquero no tuviera otra opción que raparme completamente.

Me había salvado del bautizo de aceite, pero más adelante el destino me tenía preparado este bautizo de una forma diferente, en otra historia de hangar… más adelante.

En esta foto estoy usando por primera vez mi gorra de aviación que compré en la escuela especialmente para tapar mi “rapada”de mi primer vuelo solo. Para esos entonces era mal visto andar sin pelo, aunque en la escuela era lo contrario pues significaba un estatus más avanzado. También estrenaba esta chaqueta estilo piloto que ayudaba a que mi ego se inflara un poco más. Mi padre Darío a la izquierda con mi madre Rosita y a la derecha una compañera de mi madre de la universidad en una reunión en nuestra casa.

Este es una pequeña placa que yo mismo hice para recordar mi primer vuelo solo. Es del mismo tamaño que se muestra en esta foto. Le puse las alas de la escuela de Aerocentro en el medio. Estas alas las solía lucir en mi saco o chaqueta para impresionar a mis amigos y en especial a las chicas,je,je. Al ver estas alas me llegan aún más recuerdos.

Este es mi famoso 1687. Tuve mucha suerte de encontrar esta foto, pues en los archivos de este sitio de internet solo estaban un par de aviones y justo está mi famoso Piper Cherokee en el que volé solo. Más suerte aun que todavía mantiene el mismo diseño de pintura de esos días pues ya lo cambiaron. . (Cortesía de Juan Bog de Airliners.net)

Otra vista del 1687. Al fondo se puede ver otro Cherokee con el nuevo diseño en su pintura. Este también lo volé durante mi entrenamiento. (Cortesía de Juan Bog de Airliners.net)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!... casi muero de la emoción con esta foto!... muchos de mis compañeros decían que este era el avión mas difícil de todos para volar y a mi me encantaba!... mi soleo fue en el HK1691I... como disfrute estos días!! gracias!!
Un especial saludo de Ivonne

Giovanni Escobar Torres dijo...

Madrigal que gran historia

Anónimo dijo...

Me identifique con la historia, que buenos apuntes los que publicas, 73 capi