Powered By Blogger

miércoles, 10 de marzo de 2010

¿ASTRONAUTA O PILOTO?

Desde mis seis hasta mis trece años siempre mantuve mi respuesta de que quería ser astronauta hasta cuando decidí averiguar más a fondo como podría llevar acabo mi sueño.

Ya en Bogotá decidí escribirle a mi tío Felipe, hermano de mi madre que todavía vivía en los EU. Le pregunté que debía hacer para poder ser astronauta. Para mi sorpresa el me respondió con todo el proceso.

Debía primero iniciarme en el College, luego entrar a programas para iniciarme en la marina o la fuerza aérea de los EU, luego inscribirme en programas como piloto de pruebas para así poder aspirar al programa espacial.

Leer esa carta fue la más hermosa revelación que haya tenido! ¡Descubrí que los astronautas eran en su inicio pilotos! Todo aquello que flotaba como fantasías era ahora sólidamente real. ¡Estaba feliz!
A medida que me iniciaba en el aeromodelismo y experimentaba la delicia de poder tener el control de un avión a pequeña escala me acercaba a pasos agigantados a mi gran pasión de ser piloto.



En esta foto estamos celebrando la inauguración de “CAF” o Compañía de Aeromodelistas Felices con unas amigas. En el medio esta Edgar Hazbón en sus onces, Ernesto Villegas a la derecha en sus treces también afiebrado al aeromodelismo con Magda, una de nuestras “fans” y yo a la izquierda en mis quinces. A la derecha mía, Consuelito, una de mis “tragas” que hacia alarde de un hermoso cuerpo femenino y unos bellos ojos azules a sus dieciséis años. Eran las divertidas épocas de la creatividad y la imaginación con nuestros primeros modelos de vuelo real… ¡Bueno me refiero a los aviones y no a nuestras “modelos”! je,je.

Todavía guardo con cariño parte del fuselaje de uno de los primeros aviones de “CAF”. Recuerdo que mientras construía estos modelos podía ir viendo como en realidad estaba constituida la estructura de un avión a escala completa. Era fascinante tener en mis manos un pequeño avión que volaba de verdad.

El aeromodelismo me abrió la puerta a la aviación deportiva y fue cuando me encontré con mi otro gran amor…el vuelo en cometa o alas delta.

Yo veía a estos pilotos como personas que habían decidido vencer todo lastre y obstáculo para vencer la gravedad y volar de verdad. Eran la proyección de lo que yo deseaba ser. Eran mis nuevos superhéroes.

Al mismo tiempo a mis quince años, mientras estaba en el colegio, decidí buscar libros de aviación en la biblioteca. Me emocioné mucho al descubrir varios artículos en la enciclopedia y todos los descansos los pasaba leyendo e investigando.

Me sentía adentrándome en la intimidad de la aviación. Era fascinante descubrir como un avión podía ser navegado solo por sus instrumentos y saber en base como funcionaban sus sistemas. Por fin encontraba algo para hacer que de verdad me motivaba en el aburrido horario del colegio.

Me sentía orgulloso de saber más que los demás compañeros del colegio sobre aviones. Se estaba convirtiendo en algo que era verdaderamente mío. Entre mis quince y dieciséis ya tenía firme en mi mente mi deseo de ser piloto de aviones.

Recuerdo que empezó a volverse una obsesión ir al aeropuerto y observar lo más cerca posible aquellas maravillosas máquinas voladoras despegando y aterrizando. Trataba de observar lo más cercano posible lo que hacían y decían los pilotos.

Empezaba sin darme cuenta a labrar mis primeros pasos en esta profesión al aprenderme poco a poco la diferencia entre un avión y otro y los nombres de las diferentes compañías aéreas. La meteorología ya no era un nombre extraño y empezaba a cobrar vida e importancia.



Esta foto fue tomada en 1977 en el aeropuerto “El Dorado” de Bogotá. Siempre que visitábamos este aeropuerto salía corriendo a esta parte del edificio a observar con toda atención estos hermosos jet 727 de la empresa Avianca. Me quería aprender cada detalle de estos aviones y esperaba el momento de ver a uno de sus tripulantes subir o bajar del avión. Fue la época en que empecé a enamorarme del uniforme de piloto. Era simplemente un contraste muy fuerte con las demás personas su color negro con blanco y sus líneas doradas en la manga. La gorra negra y lo más llamativo…las alas doradas que llevaban todo el símbolo del vuelo en si mismas. (Cortesía de José Carreño de Airliners.net)


Otra vista en el aeropuerto donde se ve el edificio principal y la torre de control.

Este es un 727 de Avianca aterrizando en Miami en los setentas. Era la misma vista que podía disfrutar cuando de vez en cuando íbamos con mi familia de paseo cerca al aeropuerto El Dorado a una calle al lado de la pista de aterrizaje. Me fascinaba sentir tan cerca estas máquinas posándose con tanta majestuosidad y gracia sobre la pista. Después desplegaba el reverso del motor y venía un gran rugido que me hacía sentir lo potente de estas naves. Era ese sonido el que podía escuchar inclusive desde mi casa a varios kilómetros de distancia. Este sonido tan especial del motor jet sin hélice abría un nuevo capítulo en mis fantasías. Eran mis nuevas “naves espaciales”. (Cortesía de Ellis M. Chernoff de Airliners.net)

Llegó el último año del colegio en 1978 y también el momento de decidir que estudiar. Tímidamente, como pidiendo un juguete muy especial, le expresé a mis padres que quería estudiar aviación. Mi padre me dijo que la compañía no le ayudaba con carreras que no fueran “de universidad”.

Sentí una frustración muy fuerte. Me dijo que estudiara algo similar como ingeniería mecánica y que después podría ir a los EU a estudiar ingeniería aeroespacial. Aunque parecía una forma más lejana de alcanzar la cabina de un avión sentía que por lo menos ya había la posibilidad.

Estuve unos tres años saltando de una universidad a otra pues no lograba las suficientes calificaciones para mantenerme. Simplemente estaba desmotivado y aunque pude quedarme “sobreviviendo” en una universidad lo hacia por evitar empeorar la situación con mis padres.

Recuerdo que eran solo los problemas de física, cálculo o química que tenían que ver con aviación los que resolvía con más gusto. Para estas épocas ya estaba enamorado del vuelo sin motor con los planeadores de radio control y me iniciaba como piloto de alas delta o cometas humanas. Entraba al mundo del vuelo y seguía hablando de mi tema favorito…los aviones.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin duda mi estimadísimo amigo Carlos, con esta narración y recopilación de fotos, creo que has logrado sintetizar la relación que existe en todo lo que hacemos desde nuestra niñez hasta que luego nos vemos involucrados en nuestra vida adulta en pos de alcanzar aquello que siempre estuvo presente en nuestros sueños. Me agrado leer esta memoria y te confieso que el titulo fue la clave para sentirme muy interesado, pero la clave a sentirme cada vez mas atraído fue la manera en que comenzaste tu narración con la fundación de CAF.
Felicitaciones,
Augusto

Lumediana dijo...

Marido, no puedo dejar de pensar en el legado que constituye este blog para tus generaciones venideras, que lindos recuerdos!
Lumediana